Por qué la titular del Senado pidió a la Corte una validación de las sesiones virtuales. Y cómo incide el rechazo en la movida legislativa. a interpretación por parte de especialistas.
El poder bicameral vigente a nivel nacional tuvo sus peculiaridades.
Por un lado, Sergio Massa al frente de Diputados decidió simplemente que las sesiones se harán en forma virtual y con los medios tecnológicos que permiten la transmisión y presencia digital de legisladores en lugares distantes y sin presencia directa en el recinto.
Y, por el otro lado, la vicepresidente y titular del Senado Cristina Fernández de Kirchner (CFK) optó, primeramente, por un planteo ante la Corte Suprema de Justicia de la Nación (CSJN) para reclamar la validación de este accionar (lograr las presencias y votaciones a través de medios digitales disponibles).
¿Qué hizo la Corte? Eso mismo. Un corte, si se permite el juego de palabras.
Cuatro de sus miembros sostuvieron que como no había un verdadero conflicto, no correspondía al cuerpo expedirse. Esto es, que no había caso judicial. Y, por ende, no iban a decir nada. El propio Senado debía modificar su reglamento y con ello, arreglaban la cuestión.
El quinto juez (el titular de la Corte, Carlos Rosenkrantz) directamente rechazó in limine el pedido presentado por la representante legal del Senado, Graciana Peñafort. Y se hizo eco de lo señalado por el dictamen del Procurador, Eduardo Casal. Éste había remarcado que no había caso judicial, ni competencia originaria, y por ello la Corte no podía aclarar si se podía sesionar de modo remoto.
¿Cuál es el verdadero trasfondo de este –aparente- conflicto de Poderes?
En su origen, la iniciativa proviene del banquero (dueño de Credicoop) Carlos Heller junto a Máximo Kirchner: el impuesto a la riqueza o a los ricos que impulsa el Frente de Todos con el que se esperan recaudar entre 3 mil millones y 4 mil millones de dólares.
En ese punto, ante el temor de que los dueños de las grandes riquezas del país impugnaran la validez de una ley dictada en sesiones remotas, y que el Poder Judicial le diera la razón, la titular del Senado presentó una acción declarativa de certeza, para que la Corte aclarara si el Congreso podía sesionar de modo virtual (y que sus leyes fueran válidas per se).
Los analistas señalan que, en este juego de poderes y presiones, la CSJN se vería “tentada” a inclinarse por el planteo de los eventuales aportantes del nuevo tributo.
En este punto, resulta interesante la opinión de un especialista: Mauro Benente, Doctor en Derecho de la Universidad de Buenos Aires (UBA). “A mi entender no había competencia originaria de la Corte, y mediando incompetencia solo se pueden resolver algunas cautelares (y porque la ley lo habilita). Y era dudosa la existencia de caso judicial, fundamentalmente porque no era sencillo identificar la contraparte”, indicó en la red social Twitter.
“Cuando se conoció el dictamen, CFK dijo algo así como: cuando quiere, la Corte hace lo que quiere. (Cuando) se conoció la sentencia de la Corte, el voto de la mayoría plantea que no hay caso judicial, y entonces no puede aclarar si el Congreso puede sesionar de modo remoto; sin embargo, aclaró que puede sesionar de modo virtual”.
Y finaliza con una sentencia dura: “Con la sentencia, cobra un nuevo sentido la intuición de CFK: la Corte hace lo que quiere, incluso violar el principio de no contradicción: el tribunal dijo, no te aclaro nada, pero te aclaro todo, en el mismo sentido y al mismo tiempo”.