Escribe: María Rita Nahúm – Periodista y Master Coach.
En ocasiones veo a este tiempo como un “puzzle”, esa palabra extraña que habilita la multiplicidad de fragmentos que, sin ton ni son, duermen en una mesa o sobre el piso sin destino cierto. ¿Dónde encajar? ¿Cómo hacerlo? ¿Quién tiene el diseño de cómo debería ser? Es interesante observar entonces las emociones que nos llevan a la acción. ¿Qué estamos mirando? ¿Desde dónde lo hacemos?¿Qué nos impulsa a dejarlo todo o a seguir buscando la manera de enlazar las piezas inconexas una y otra y otra vez, hasta encontrarle un sentido a tanta búsqueda?. Aún más allá de lo que observo, creo en esa capacidad de seguir adelante, de elegir el desafío, de apostar, de renunciar a la comodidad para diseñar un futuro donde las piezas conocidas no tengan cabida y el desafío mayor sea el no conocer y aún así persistir.
“El Rompecabezas de este tiempo nuevo se nos ofrece como una oportunidad. Cada pieza es fundamental. La tuya, la mía, la Nuestra”.
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En este nuevo tiempo compartido, donde las fronteras de lo conocido se estrechan y aparece con fuerza lo que desconocemos invitándonos a la acción, tal vez podríamos reunir nuestras fortalezas para diseñar un futuro de colaboración. Quizás pudiéramos acceder a nuevas comprensiones si corriésemos las fronteras de lo que debería ser, dejando de mirar paradigmas obsoletos o, por lo menos, poco aplicables y nos diéramos un espacio para la Comunicación, esa Común Acción que requiere de todos para ser posible.
El Rompecabezas de este tiempo nuevo se nos ofrece como una oportunidad. Cada pieza es fundamental. La tuya, la mía, la Nuestra. Necesitamos respondernos quiénes queremos ser, dónde queremos estar, qué aspectos de la normalidad queremos conservar y cuáles cambiar, para hacer de nuestro planeta ese espacio común en el que el respeto y el encuentro creativo sean la base para crear y disfrutar del destino común.