Antonio Tarragó Ros actuó en 2015 en el Festival del Litoral. Y vino a charlar con quien escribe estas líneas. Pese a la brevedad de programa, él mismo señaló al terminar lo bien que se sintió en esa ocasión
Fue un mediodía-siesta de diciembre de 2015. No llovía, recontra diluviaba en Posadas y el propio entrevistador pasó por el hotel del centro posadeño a buscar a su visitante ilustre.
Era tanta el agua que caía que no había forma de no mojarse. La guía del programa (“Pauta” es su honroso nombre) desparramó sus hojas en un cordón cuneta que desbordaba por todos lados: no sirvió ni para secar.
Antonio Tarragó Ros había aceptado hacer la entrevista y pese a que se le avisó que se grababa con croma (son esas filmaciones que se hacen con una pantalla de color al fondo y ahí es donde se van pasando imágenes incorporadas al programa) y que no iba a ser posible tocar en vivo…si vino con su “verdulera”. “Mirá si no la iba a traer”, dijo desafiante como buen correntino.
En el primer bloque, hace un repaso por su vida y sus antecedentes con abuelos catalanes muy luchadores y anarquistas, presos en un castillo de Montjuic.
Esta es la nota, para gozar y verla, donde relata cómo su abuela al principio le leía los textos clásicos de libros para mayores y luego cuando comienza a leer por sí mismo tal como cuando aprendiera a nadar y la sensación incomparable de la libertad conseguida. Y de cómo vivió su época de locura de las fans (al mejor estilo de Los Beatles), con histeria incluida. Y la llegada a la televisión nacional con ayuda de Luis Landriscina para dar ese primer paso. Y cierra el bloque con una polquita rural para su novia misionera. Imperdible
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Segundo bloque: más historias de músicos
En el segundo bloque, Tarragó cuenta la historia de María Va, uno de sus clásicos temas.
Y cómo fue utilizada como banda de sonido para un filme de la época llamado Maleficio.
En esta ocasión, el músico habla acerca de ese gran creador correntino que fuera Pocho Roch. “Voy mariscando” está hecho a medias entre ambos. Y cómo el oriundo de Itatí nunca quiso probar en las grandes ligas sino que prefirió la tranquilidad de los pueblos del interior.
“No se hallaba en la gran ciudad”, dijo.
Y el ascenso del chamamé al rango de gran género musical de la Argentina con los que pujaron para ello: el propio Tarragó, Teresa Parodi, Julián Zini, Mario Boffil, hasta llegar al Chango Spaciuk, como reconoce Tarragó Ros.
Y la anécdota del camarógrafo que le pide un tema, apenas entrado al estudio. Y ahí nomás Tarragosito va con su fuelle sacando sus sones.
“Es muy difícil hacer de un tatú un carpincho”, ejemplifica Tarragó al hablar de la música que él hace y de cómo deslindan géneros.
Y la increíble anécdota de Cincunegui.
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Poesía y León: buenas palabras
En el tercer bloque, Tarragó Ros muestra una faceta desconocida. No sólo para reconocer el mérito de Ramón Ayala sino para despuntar una poesía de altísimo vuelo.
No recuerda cuándo lo escribió (“tengo más años que una bandada de loros”) pero sí cómo fue que se inspiró en uno de sus versos más logrados. Vale la pena traerla acá, escrita, más allá de que él mismo se encarga de recordar esos versos.
En Misiones
No es leyenda el Curupí
Y es verdad la Caá Yarí
En Misiones.
Es de cielo el Uruguay
Payesera la yasî
En Misiones.
Una lágrima cainguá
Acuchilla la heredad
Robada.
Un hermano de asunción
Desterrado en Oberá
Hace trizas mi canción
En Misiones quedó
Para siempre el verdor
A vivir su pasión
De anaconda estival
Más allá del dolor
Donde vive la fe.
Ay! Misiones la flor
Más fragante es saber
Que se puede vivir
A tu amparo sin ser
De raíz guaraní
En Misiones quedó
Para siempre el verdor
Cuando estalla en Iguazú
Lluvia o pájaro, la luz
En Misiones.
Hechizado de color
Afiebrado como un sol
Va Quiroga.
Él plasmó la realidad
Más profunda del ayer
En Misiones.
En tu suelo germinó
Ese gringo corazón
Que la guerra desterró
Y además se acuerda de sus dos hijas y de cómo una de ellas también sigue su camino.
Y luego, claro está, lo que hicieron con León Gieco y la admiración que siente por el cantante oriundo de Cañada Rosquín
Desde que crearon Carito hasta Cachito campeón de Corrientes.
“De León aprendí mucho”.
Y luego de cómo aparece el personaje “Carito”. Y que formaba parte de una música incidental (la que se usa en el cine). De repente, esos compases que por momentos, sonaban a tango, se transforman en la magia de la canción para Carito, al ponerle letra el bueno de León. Y así, viajó por el mundo ¡hasta la versión israelí!
Video en vivo
Y Antonito Tarragó Ros se fue bufando como un toro, porque se halló mismo en el programa.
¿Cómo un toro?
Sí, como un toro… con eso se despidió
