“Pero si no es para tanto”, “al final quién las entiende!”, “después se quejan que nadie las mira”… No. Una cosa es el piropo entendido por la Real Academia Española como un “dicho breve con que se pondera alguna cualidad de alguien, especialmente la belleza de una mujer”. Y otra cosa son los argumentos para justificar el acoso callejero.
Los Diputados Provinciales de Misiones aprobaron la ley que entiende al acoso callejero como una forma de violencia. “Es aquella ejercida contra las mujeres por una o más personas, en lugares públicos o de acceso público, como medios de transporte o centros comerciales, a través de conductas o expresiones verbales o no verbales, con connotación sexual, que afecten o dañen su dignidad, integridad, libertad, libre circulación o permanencia y/o generen un ambiente hostil u ofensivo”.
La adhesión a la normativa nacional implica la implementación de una línea telefónica gratuita que ofrezca un servicio de asesoramiento y contención. Esta información servirá al Consejo Nacional de Mujeres para elaborar estadísticas sobre cómo está la situación en la calle.
En el recinto –digital, en tiempos de pandemia- el Diputado Ariel “Pepe” Pianesi enfatizó en que el principal cambio es el cultural. “No es una forma de halago o apreciación positiva de la imagen. Sino que implica palabras, gestos y acciones intimidantes agresivas u ofensivas con explícito contenido sexual” dijo el legislador radical autor de una de las iniciativas que fue tratada en conjunto por la presentada por Anazul Centeno del Frente Renovador quien calificó a este acto como universal. “Habitar los espacios públicos nunca nos ha sido fácil a las mujeres. Lamentablemente salimos de nuestras casas preparadas para ser receptoras de este tipo de agresiones”, enfatizó la abogada ejemplificando “estrategias” de defensa como ser: usar una cartera bandolera que tape la cola, cruzar la calle, evitar andar por zonas oscuras, incluso en los colectivos ubicarse en zonas determinadas que eviten ser “tocadas indebidamente”. La lista es larga…
Ahora bien, si el principal cambio debe ser cultural, ¿Para qué sirve toda esta nueva normativa? Bien lo explica la antropóloga Rita Segato (2010): “La ley contribuye a ese largo y esforzado propósito de la reflexividad, e instala una nueva, distinta referencia moral, y quién sabe, un día, ella pueda representar la moralidad dominante”.
“La ley contribuye a ese largo y esforzado propósito de la reflexividad, e instala una nueva, distinta referencia moral, y quién sabe, un día, ella pueda representar la moralidad dominante”, afirma la antropóloga rita segato
Las luchas de las mujeres apuntan a generar otras leyes, que hagan de la igualdad una efectiva realidad y que se cumplan. Luchan por lo tanto también para modificar el espíritu de la ley y para que las que se han promulgado a su favor no queden como “letra muerta”.
En un mundo marcado por el distanciamiento, que el piropo sobreviva será una misión de los gentleman, hoy en peligro de extinción. Pero el acoso callejero, ya no más, por favor.