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jueves, noviembre 21, 2024

Menos contaminación; más lindura

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El uso de chips coloreados se transformó en una jugada doble: por un lado, se aprovechan los restos vegetales que se recolectan a diario y por el otro, se utiliza su producido para embellecer la ciudad. Y se evita la quema a cielo abierto o la descomposición de material orgánico y sus efectos nocivos en el ambiente

El proceso iniciado en Posadas no es casual. No sólo se ven en torno a la gran estatua del héroe misionero Andresito Guacurarí. O en los jardines de la plaza Nueve de Julio.

Andresito y una nueva ornamentación con figuras geométricas. (foto: Prensa Municipal).

Se sabe que el emprendimiento recientemente dado a conocer con la aparición y puesta en escena en el gran escenario de la Costanera el fin de semana del 22 y 23 de agosto de 2020 resultaron impactantes. Y que la iniciativa tiene cuatro meses de funcionamiento, pero el proyecto en su totalidad tiene ya un año de proceso de punta a punta.

Aunque la cuestión ornamental (“queda lindo”) aparece como la punta del iceberg, no es menor la importancia al tema ambiental y, de paso, el costado económico: por un lado, con el asesoramiento de especialistas capacitados en Europa, se aprovechan y se dan un uso productivo a desechos orgánicos.

Chips coloreados con pinturas biodegradables bajo normas europeas (foto: Prensa Municipal).

Todos los días, los camiones municipales recogen unos 100 mil kilos de gajos, ramas y despuntes resultantes de las podas realizadas por los vecinos. Si este material se dejara a la intemperie, con el paso del tiempo produciría gases de efecto invernadero (GEI). Y si se decidiera eliminarlos a través de la quema, se producirían gases como el monóxido y dióxido de carbono.

En cambio, trasladados a la planta de reciclaje del Municipio en la zona aledaña al Parque Industrial de Misiones. Allí reciben el tratamiento para transformarlos en chips. Esto es, pequeños trozos de madera.

Así, la poda de los árboles y plantas se acopian y se chipean. Del chipeado se obtienen chips con hojas y chips sin hojas. El chip sin hojas es utilizado para colorear y ornamentar.

En la plaza Nueve de Julio, las novedades con los chips pintados. (foto: Prensa Municipal)

Esta nueva disciplina (tan flamante que ni siquiera nombre tiene) combina elementos de la Arquitectura, la Ornamentación, cuidado del ambiente y reciclado de materiales. Y allí es cuando, obtenidos los chips, se utiliza una tinta de pigmentos biodegradables acuosos.

¿Y qué es todo esto?

Se dice que un producto es biodegradable si está bajo ciertas condiciones predefinidas, ciertos microrganismos descomponen el material en agua, CO2 y lo que se conoce como biomasa.  Algunos plásticos tienen esta característica actualmente, pero la mayoría no lo son bajo la forma de fabricación actual. Actualmente existen varias películas que cumplen con éstas normas y que se comercializan como biodegradables, hechas a partir de celulosa, almidones de maíz o ácido poliacrílico.

Además del colorido, los chips impiden que crezcan las malezas (foto: Prensa Municipal)

Se especifica que además de biodegradables deben de cumplir otros requisitos de desintegración como son los residuos que dejan, los cuales se deben evaluar para no caer en otros problemas de contaminación, independientemente de la desintegración del producto. Además, se dice que un producto es compostable (se transforma en compost) si cumple con una serie de normas específicas como la DIN EN 13432 en Europa o la ASTM D6400 en Estados Unidos.

Al hablar de tintas, algunas de las reglas que tienen que cumplir incluyen: no ser tóxicos, que no dejen metales de residuos y no sólo los tradicionales metales de la norma (como el plomo, mercurio, cadmio y cromo) incluyendo ahora al zinc, cobre, molibdeno, selenio, níquel, arsénico y flúor, éstos últimos, aunque no son metales también están restringidos por los residuos que dejan al subsuelo.

¡En los canteros también! Todo es susceptible de usarse para mejorar (foto: prensa Municipal).

Que quede constancia. Hay cuidado ambiental. Antes se contaminaba el aire cuando se hacía la quema de la poda y también el suelo, es decir se evita una doble contaminación.

Todo esto no se detiene en las ornamentaciones preciosas que se vienen llevando a cabo en Posadas. La planta chipeadora sigue funcionando. Los chips se siguen coloreando pero por sobre todo, como desafío por delante se tiene un proyecto energético porque con esos chips –además de usarlos para el embellecimiento de la ciudad- también pueden servir también para el proceso industrial, con la obtención de energía.

El caso de la Plaza Nueve de Julio

Las tinturas que se usan deben respetar el ambiente y no afectar la tierra. (foto Prensa Municipal)

El embellecimiento de la ciudad continúa desarrollándose en distintos espacios icónicos de la capital provincial, a través de la colocación de chips de colores. Esta tarea se realizó en la Plaza 9 de julio, en donde se colocaron en los planteros y canteros un total de cinco bateas en total para cubrir todos los lugares aptos para tal fin.

Mediante una planificación desarrollada por los equipos técnicos de distintas Secretarías municipales, se ejecuta este trabajo que consiste en decorar varios lugares, mediante pequeñas piezas de madera producto del chipeo que se realiza en la Planta chipeadora que funciona en Nemesio Parma. El pigmento utilizado es biodegradable y su utilidad sirve para el abono, fertilizante, controlador de malezas, paisajismo, entre otros beneficios. El mantenimiento de estos lugares se realizará cada tres meses. Este tipo de intervención se enmarca dentro de las siglas Reducir, Reutilizar, Reciclar y Recuperar, un proceso que posibilita la utilización de objetos descartados en una nueva función. De esta manera se da el puntapié inicial hacia la conciencia ambiental.

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