En estos días se cumplen 41 años de la llegada de uno de los mejores discos de la historia de la música: The Wall, el punto culminante de Pink Floyd que ya había arañado esas alturas inconcebibles con El lado oscuro de la luna. Sin embargo, la cohesión, la calidad musical, la concepción lírica, la profunda huella que llevaba marcada en su vida Roger Waters hicieron de ese alter ego (Pink) un personaje inolvidable
Habían estado en Canadá. Los integrantes de Pink Floyd no las tenían todas consigo. Ni entre ellos, debido al fuerte choque de personalidades entre los dos líderes: el bajista y escritor de las letras Roger Waters y el guitarrista David Gilmour. Pero lo peor solía ser en los recitales donde los asistentes se comportaban como animales (algo analizado en el rock nacional con gran profundidad por el periodista Sergio Marchi cuando se refirió al ‘rock chabón’ donde los que pagan la entrada a recitales piensan que el show está abajo con los pogos, saltos y bailes). Ahí, Waters –que tiene su personalidad, claro está- terminó escupiendo a un fan que se le había venido encima.
“Ah, si tuviera una pared”, dice que pensó.
Y ahí comenzó a desarrollar la idea.
Escribió las letras y se las mostró al grupo. En realidad, tenía conceptos para dos álbumes. El otro era una propuesta que luego desarrolló en un álbum solista como “Pro y Contra de hacer dedo”.
Pero al grupo le gustó The Wall. Y a fines de noviembre de 1979 llegaba y partía en punta por todo el mundo.
¿En qué consistía? En la historia de un muchacho (Pink) cuyo padre inglés había muerto en la batalla de Anzio y que crece sobreprotegido por su madre. Para colmo de males, en la escuela no lo pasaba bien ya que el maestro se burlaba de él porque le gustaban las poesías (eso se ve en el video de Otro ladrillo en la pared II). Pink crece y todo cambia. Se transforma en un gran héroe del rock mundial y tiene mucha fama.
El ritmo de 4×4 de Another brick on the Wall II no solo se escuchaba en las radios sino que se pasaba en las discotecas. Era un fenómeno global.
Quizá –para adelantarnos- lo que terminó de configurar una obra maestra fue la llegada del filme homónimo tres años después. El director Alan Parker, que luego hará Evita con Madonna, compagina la historia de Floyd “Pink” Pinkerton con actuaciones geniales y la aparición de dibujos animados absolutamente perturbadores.
En esta primera parte, van los prolegómenos del álbum que tuvo dos discos y más de una hora de duración.
Quizá la letra de Another brick in the Wall muestre cómo funciona la cabeza de Waters.
No necesito brazos a mi alrededor
Y no necesito drogas para calmarme
He visto la escritura en la pared
No creas que necesito nada en absoluto
No, no creas que necesitaré nada en absoluto
Con todo, eran solo ladrillos en la pared
En general, todos eran solo ladrillos en la pared
No necesitamos “la no educación”
No necesitamos “la falta de control mental”.
No al sarcasmo oscuro en la clase,
profesores dejad a los niños en paz.
¡Hey! ¡Profesores! ¡Dejen a los niños en paz!
A fin de cuentas, es sólo otro ladrillo en la pared.
A fin de cuentas, solo eres otro ladrillo en la pared.
No necesitamos “la no educación”.
No necesitamos “la falta de control mental”.
No al sarcasmo oscuro en la clase,
profesores dejad a los niños en paz.
¡Hey! ¡Profesores! ¡Dejen a los niños en paz!
A fin de cuentas, es sólo otro ladrillo en la pared.
A fin de cuentas, solo eres otro ladrillo en la pared.
“¡Mal, hacelo otra vez!”
Si no te comes la carne,
no comerás el flan.
¿Cómo vas a comer el flan
si no te comes la carne?
“¡Vos!” “¡Sí, vos, el que está detrás de la caseta de las bicis,
ponete derecho, pibe!
En la Argentina, el tema estaba prohibido pasar en las radios por el gobierno militar. Pero en los boliches sonaba fuerte.
En esta segunda parte, se muestran escenas del dibujante Gerald Scarfe en forma de dibujos animados impactantes.
Todo sumó. La obra siguió teniendo difusión y la película potenció sus virtudes líricas con un filme excepcional.
El productor y también cantante Bob Geldorf se animó a ponerse el traje de Pink y actuó en forma sobresaliente en la película.
Antes que llegar al cine, el SNT (televisión privada del Paraguay) solía pasar los trasnoches de sábado segmentos de la película que los azorados televidentes miraban con fascinación.
Aquí la segunda parte del informe con motivo de los 40 años.
Un año después de su lanzamiento, en 1980, el tema Another brick in the Wall fue usado en Sudáfrica como himno entre los estudiantes negros. Se usaba para protestar contra el apartheid que en ese entonces hacía estragos en las escuelas del país.
Así van pasando los años para el pobre Pink. Se desprende de su madre, corta el hilo umbilical, llega al éxito pero no puede desprenderse de otros demonios que acecharán toda su vida.
Esta es la parte final del homenaje a The Wall efectuada en canal 12 en el programa Derecho al Autor.
El final (Adentro o afuera de la pared) trae una letra preciosa y alegórica sobre la vida de los artistas.
Solos o de a dos
Los que realmente te aman
Caminan hacia arriba y hacia abajo
fuera de la pared
Algunos de la mano
Y algunos se juntan en bandas
Los corazones sangrantes
y los artistas hacen su show
Y cuando te lo hayan dado todo
Algunos se tambalean y caen
después de todo, no es fácil
quedar golpeando tu corazón
contra la pared algún asilo de insanos
Excelente
Gracias Ma. Cristina!
Un poco de buena música y buenas letras siempre vienen bien!
Algunos artistas y algunas obras envejecen mejor que otras
Este es un ejemplo de lo primero
Hermoso Turi! Qué viaje esta banda por favor! Un flash!!!
Tenés razón Vivi.. como se nota hija de quién sos eh…ja ja