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viernes, noviembre 22, 2024

2020, el año en que la educación se desafió a sí misma

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Como no podía ser de otra manera, esta nota se hizo de forma virtual. Su metodología rindió tributo a la temática que la convoca: la digitalización. Esta fue protagonista en un año marcado por la Pandemia, que se termina con muchos balances por los desafíos afrontados. Pero sin dudas, fue la educación quien tuvo que superarse a sí misma. ¿Estaba preparado el sistema para mutar de forma abrupta a la forma remota? ¿Cómo vivieron este proceso sus protagonistas: docentes y alumnos? Y la pregunta que la mayoría se hace: ¿la virtualidad llegó para quedarse?

Sin dudas la mirada es muy distinta según el nivel académico. En este caso, desde Política Misionera nos enfocamos en la educación universitaria. Una entrevista realizada tanto a alumnos como una docente de la Universidad de la Cuenca del Plata (UCP)revela que, pese a todos los avatares característicos de los cambios abruptos, las metas pudieron cumplirse.

Política Misionera: ¿Es lo mismo estudiar y aprender en el aula que con el zoom?

“Depende la materia, estudiar la teoría es lo mismo tanto presencialmente como de manera virtual, si se pone empeño se aprende, pero con el contenido práctico se dificulta”, admite María Eugenia Kleinubing quien pasó a quinto año de Nutrición.

En este sentido, los docentes destacan que nada puede reemplazar el contacto cara a cara. “No es lo mismo: nosotros estamos acostumbrados a la presencialidad, a ver al estudiante y que ellos nos vean; entonces mantenemos contacto visual y una atención en la clase que no se da por zoom. Me refiero a que la atención del estudiante se dispersa en un ambiente diferente, un ambiente destinado a otra cosa. Algunos estudiaban y aprendían en sus habitaciones, otros en el patio, en la sala comedor, teniendo que la familia adaptarse a eso también. Tengo alumnos del interior que tenían dificultades con internet. Entonces era clases casi perdidas para ellos”, lamenta la profesora Celeste Gómez de la Licenciatura en Criminalística.

Grabar y verlo después

La alternativa la encontraron en las grabaciones que después estaban a disposición del alumnado para que pudieran acceder cuando mejoraban sus condiciones de conexión: “Igualmente, cada clase, al menos en la Cuenca del Plata, es grabada y luego subida al aula virtual para que el alumno pueda recuperar dicha clase”.

Todos conectados. En el 2020, las clases fueron virtuales, o no fueron.

¿En qué cambia y cuáles son las ventajas y desventajas de cada sistema?

“Cambia en el modo de aprendizaje y la dificultad en cuanto a comprender bien. La ventaja del aula es que se le puede comprender bien al profesor, porque lo tenemos enfrente y nos puede resultar más fácil entender y la única desventaja que encuentro es el levantarse temprano para llegar a horario. Las ventajas del zoom es que estas en la comodidad de tu casa y las clases quedan grabadas y las desventajas pasan por las conexiones, tanto de los profesores como de los alumnos: son malas en general, las clases no se entienden bien y es un problema grave. También que a veces algunos profesores que dan materias difíciles no saben explicar para que los alumnos logremos comprender bien la materia”, señaló Tobías Caramuto, alumno de la Licenciatura en Criminalística.

“la ventaja del aula es que se le puede entender bien al profesor, porque lo tenemos enfrente”, sostiene el alumno tobías caramuto.

Si bien en todas las profesiones la práctica es fundamental, hay algunas que directamente es imprescindible. Para estos casos, la distancia resulta una traba: “En las materias con mucho contenido practico se dificulta ya que muchas veces no se tienen los recursos materiales para practicar en el hogar o no se dispone del tiempo necesario, además al estudiar, la practica sin realizarla es como estudiar algo en el aire. En mi carrera es el caso por ejemplo de las materias donde se realizan preparaciones culinarias adaptadas a diferentes patologías”, explica la alumna Kleinubing quien está a pocas materias de recibirse.

Alumnos avanzados de Nutrición haciendo las prácticas desde sus hogares

La comodidad del hogar, es la principal ventaja de la virtualidad: “Cambia prácticamente todo, desde el contexto hasta las metodologías y estrategias de enseñanza utilizadas. La ventaja es la comodidad de la casa, que resulta siendo desventaja a lo largo. Podemos conectarnos desde cualquier lugar, eso en cuanto a la conectividad, e igualmente para los estudiantes” precisa la Licenciada Gómez.

¿Es bueno estar en la escuela, en el aula con los compañeros y con los profesores?

Para los docentes, la observación directa es fundamental para que puedan ejercer su labor de compartir conocimientos, entiende la Lic. Gómez quien además es profesora de Portugués: “Es buenísimo estar en el aula, en la Universidad o en el espacio donde uno trabaje con las otras personas. Hay cosas que observamos como docentes que solo lo podemos hacer de esa manera en contacto con el otro. Compartir ese espacio es fundamental, hay cosas que con la virtualidad no podemos ver en varios aspectos. El grupo de estudiantes que tuve este cuatrimestre ya habían sido mis estudiantes, por lo cual ya los conocía y había confianza entre el grupo, y eso es fundamental para conseguir que el alumno participe. No digo que no se logre con la virtualidad, pero el proceso es diferente”.

“Hay cosas que podemos observar como docentes que solo lo podemos hacer de esa manera en contacto con el otro. Compartir ese espacio es fundamental”, reflexiona la lic. gabriela gómez.

Esta postura es reforzada por los alumnos, aunque ellos desde su propia perspectiva: “Claro que es bueno estar en el aula y compartir, debatir ideas entre todos sin tener que prender o apagar un micrófono y que se corte el audio, salir de contexto con las charlas en los tiempos libres, perder la vergüenza al dar una opinión y que todos te miren, aprender a observar a las personas ya que muchas cosas no se expresan solo con palabras”, entiende la alumna María Eugenia Kleinubing. A lo que Caramuto enfatiza: “Hay más entusiasmo de parte de los alumnos para participar en la clase”.

¿Es más fácil en vivo o en zoom?

Aquí las respuestas varían según la experiencia personal. Entre los mismos alumnos hay posturas contrapuestas. Mientras que están quienes piensan que “es más fácil por zoom, porque en la computadora tenés todo a mano (libros/pdf, páginas, power point)”, tal como lo plantea Caramuto, hay otros que ya se acostumbraron a la presencialidad desde la escuela primaria.

La docente Gómez admite: “Para nosotros acostumbrados al vivo, no resulta siempre más fácil. No significa que no nos podamos adaptar, ya que es una cualidad humana. Pero estamos más cómodos viendo a los estudiantes y compartiendo el espacio áulico con ellos”.

Entre PDF y Words. La profesora Celeste Gómez enseña en la carrera Criminalística.

¿Qué balance hace del desafío para estudiar este año?

“Yo hablo desde mi experiencia: tuvimos un balance positivo. Nunca dejamos de dar clases. Hoy se anunció que no volveríamos a la presencialidad y mañana ya estábamos conectados a las redes. Por supuesto, que no se dio esto de manera inmediata, sino que fue un proceso de aprendizaje en conjunto tanto del profesor como del estudiante. Una experiencia que en el cierre de año podríamos decir gratificante, también pasamos por momentos buenos y otros de angustia, tratando de poner en las clases virtuales diferentes estrategias para conseguir que el estudiante pueda aprender, parece que no llegas con todo, la cabeza te funciona a mil, tratando de reinventarte en cada clase, y no solo dentro de la clase, si no que fuera de ella también”, reflexiona la profesora.

La virtualidad también llevó a que las consignas se resuelvan de una manera más pragmática, sin tener que recurrir a las reuniones grupales ya que estuvieron vetadas por la cuarentena. “Estudiar de manera virtual fue bueno para amigarme con la tecnología y para aprender a trabajar en equipo sin la necesidad de juntarse. En cuanto al aprendizaje, en mi caso, fue bueno ya que tuve muchas materias teóricas este año. Mas allá de eso, fue difícil tener a los compañeros lejos y no poder reunirnos para simplemente socializar ya que eso hacia más llevadero el estudio y las obligaciones”, dice Kleinubing.

“Estudiar de manera virtual fue bueno para amigarme con la tecnología y para aprender a trabajar en equipo sin la necesidad de juntarse”, admite Kleinubing, futura licenciada en nutrición.

¿Qué cosas calcula que no van a volver y cuáles sí tendrían que regresar, en materia de aprendizaje?

“Los trabajos hechos a mano por los estudiantes creo que sí tienen que volver, la escritura es fundamental. En un día donde las redes sociales nos permiten escribir de forma abreviada, con diferentes términos que trae la nueva generación, cortar y pegar en un trabajo practico. Creo que es fundamental que no se pierda esto, ya que van a ser futuros profesionales”, considera la docente de la Cuenca del Plata.

Mientras que entre los alumnos están los que consideran que “no van a volver las clases tal como eran antes, sino que van a ser progresivas hasta que mejore al 100% la situación epidemiológica y las que sí tendrían que volver son las practicas dado que son una herramienta fundamental a la hora de tomar conocimiento y aprendizaje”. A lo que Kleinubing concluye: “Espero que vuelva todo a ser como antes”.

COVID-19 update for students - 26 March - ANU

La humanidad no será la misma en el 2021. Un virus la golpeó fuertemente e implicó resguardarse en la intimidad del hogar para encontrar una protección. Lo que la distancia impidió, la tecnología (a su manera y con sus limitaciones) lo permitió. Y la educación estuvo ahí, presente, librando la batalla del saber tan necesaria para avanzar en el desarrollo.

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