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domingo, noviembre 24, 2024

Mujeres enojadas: día de votación y un poco de política ficción en modo ‘deja vu’

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Las mujeres legisladoras serán protagonistas junto con sus pares varones. Pero afuera del Congreso, el martes 29 por la tarde, son ellas principalmente que enarbolarán sus insignias y deseos enancados en dos colores: verde y celeste. Hay mucha mujer enojada y todas tienen razón. ¿Qué puede pasar? Un virtual empate puede inclinarse con las intensas gestiones desde Presidencia. ¿Y si eso no funciona? Bueno, la ficción a veces ayuda…

Permita el amable lector poder imaginar una situación especial surgida solo de la imaginación de quien escribe esto. Ocurrirá esta semana.

Y el escenario es el Senado de la Nación.

Son las 4.30 de la mañana. Están todos agotados. Los legisladores vienen de días intensos. De llamadas del Presidente que los convoca a su despacho y les convence de cambiar su voto. “Pero, Alberto, yo en 2018 voté por el No cuando era Diputado, ¿cómo haré para justificar este cambio tan brusco?”.

En Misiones, todavía buscan a uno del alto Uruguay que se anda escondiendo porque quiso quedar bien con Dios y con el Diablo. Y como dicen las Escrituras… todos saben lo que les pasa a los tibios.

Afuera, en la calurosa noche porteña, los grupos celestes y verdes siguen firmes. Las mujeres enojadas no son fáciles de detener. Nunca.

La Medusa de Caravaggio. Una mujer enojada (y violada).

Algunos con oraciones y otros con cantos.

La fe es parecida, aunque se manifiesta por creencias distintas.

La votación irá por tercera vez. Las luces en los tableros se encienden. Cambian de color.

Hay tensión en el recinto.

La presidente provisional del Senado había pedido especialmente que la sesión llegara con los votos suficientes. Tanto para el quórum como para la votación propiamente dicha.

Y ya han votado dos veces. Treinta y cinco para un lado; treinta y cinco para el otro. Desde el Sanatorio de Los Arcos, uno de los ausentes lucha por su vida. Es un señor mayor que ya dirigió el país dos períodos, al igual que la Presidente Provisional. El detalle que este hombrecito deteriorado y mantenido en vida por los aparatos de la medicina moderna no apoya la iniciativa del Poder Ejecutivo. Si pudiera, votaría celeste.

Pero no lo hace.

Y la que debe decidir es la titular del cuerpo. Su voto inclinará el fiel de la balanza.

¿Cómo definirá?

Será como su instinto le dice: no quiere esa ley y que, para peor, no es suya. Nunca lo fue. Estuvo ocho años en el Poder Ejecutivo y nunca la propuso.

¿Por qué ahora debe justamente ella decidir? ¡Porque su hija se lo dijo!

Bueno, hay frases “pour la galerie”. Todos lo saben. Más en política.

Su amigo Francisco se lo agradecerá.

Pero (reflexiona otra vez) ¡están todas esas chiques ahí afuera que esperan y tienen sus miradas puestas en ella!

Que esperan su aprobación de esta ley. ¿Acaso con el anterior presidente no pudieron sacarla… por qué debe ser ahora? ¡Que se haga el año que viene!

Se yergue lentamente, habilita su micrófono y dice:

(por un instante, queda flotando en esa nada que le dice que está en un deja vu. Sí, ella ya ha pasado por esto antes…)

-Mi voto es no positivo…

Fin de la política ficción

Sergio Leavy vive momentos dramáticos. Es uno de los pocos que va a estar en las dos votaciones, en la de 2018 y en la 2020 en cámaras distintas.

En la primera ocasión, el representante de Salta votó por los celestes en contra del proyecto de la Interrupción Voluntaria del Embarazo. Ahora, pensaba hacer lo mismo.

Pero fue llamado por el presidente Alberto Fernández el martes 22 por la tarde. Ahí charlaron. Y Alberto Fernández lo convenció. Aparentemente, decidió cambiar de voto celeste a voto verde.

Pero volvió a Salta y ahí lo estaban esperando.

El periodista fue directo a la yugular:

-Usted votó en 2018 en contra. ¿Ahora votaría a favor? 

-En 2018 ya voté y claramente no han cambiado mucho las cosas. Tengo convicciones personales, pero también está lo que uno representa. Estamos debatiendo. No es una decisión tomada. Hay mucha gente en Argentina que pide cosas distintas y hay quienes quieren la ley, que existe en España e Italia. Y hay muchos que votan en contra, pero quieren que se apruebe la ley. Hay mucha hipocresía.

Los que conocen los entresijos del poder y las negociaciones en la cámara afirman que la llave para que no se necesite desempate será el ex gobernador de Río Negro, Alberto Weretilneck. Éste se ha tomado muy en serio la letra fina de la ley y planteó incorporar nuevas reglas para los abortos que ya son legales en cualquier momento de gestación por tratarse de casos de violación y/o riesgo de salud, una interpretación que hizo en 2012 la Corte Suprema del texto del Código Penal, esta ley busca clarificar y para el rionegrino tiene alcances desmesurados e imposibles de cumplir. 

Como no le dieron artículo (nunca tan bien, la comparación) decidió plantarse y no firmó el dictamen en Comisión. Ahora, lo miran. Y le dicen: “Tranqui, Alberto, cuando se reglamente, incorporamos tus pedidos”.

Si Weretilneck mira lo que pasó con el artículo 123 que creaba las Zonas Aduaneras Especiales, debería pensarlo dos veces. Otros dicen que obtendrá algunos beneficios extra para su provincia y a cambios de los mismos, acompañará la iniciativa.

Cristina Kirchner convocó a sesión para el martes 29 a las 16 horas con el temario acotado a la ley que habilita la interrupción del embarazo, que no se votará hasta el amanecer del día siguiente.

Judit y Holofernes (detalle). Otra pintura del clásico Caravaggio donde se muestra a dos mujeres enojadas

La gente decide. Pero no tanto. Los diputados representan a los partidos políticos pero los senadores representan a las provincias.

En Misiones, como en el resto del país, tenemos tres senadores. Dos por el oficialismo: Maurice Closs y Magdalena Solari Quintana. Los dos van a expedirse por el NO.

El representante por la oposición, Humberto Schiavoni, en tanto, ya anunció que votará por el Sí.

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