El insólito episodio ocurrió en Coronel Pringles, provincia de Buenos Aires: multaron a un hombre por el canto de su gallo. Y por la friolera de casi 40 mil pesos. Y éste rechazó el castigo y dijo que lo necesita porque de alguna manera, provee alimento y además lo entretiene
Muy al sur de provincia de Buenos Aires, en el tranquilo municipio de Coronel Pringles (a unos 130 kilómetros de Bahía Blanca, famoso sólo por un viejo tema de Celeste Carballo) Vicente Castellucci no lo podía creer. A sus 72 años, no sólo le pedían que su gallo deje de cantar sino que lo notificaban que iba a tener que pagar $ 39.950 por no haber cumplido con las advertencias.
El gallo de nombre Perico hace lo que debe hacer: canta a las 5 de la mañana y eso era algo no tolerado por un vecino en especial de Castellucci que varias veces se le quejó.
Y además, pidió intervención a la Municipalidad.
Los agentes fueron y confirmaron que el gallo existía (Perico tiene su harén y se desvive por las “chicas”) y canta, claro.
Bien temprano, el timbre de su voz estalla por los aires de Coronel Pringles con pulmones casi tan potentes como los de Celeste Carballo.
Y así, el enojo fue subiendo de nivel.
Quejas van, protestan vienen.
Y la multa llegó.
El Municipio le notificó a Castellucci que va a tener que pegar $ 39.950 por no haber cumplido con las advertencias. Igualmente, podrá recibir un descuento del 50 % si lo paga de manera voluntaria.
“Cuando me llegó la multa, me maté de risa, vinieron entre ocho y nueve veces por el tema del gallo. Hasta que un día me encontré con la denuncia, un papel en el que me multaban, y nadie me quería creer, la gente no me creía, me trataba de mentiroso”, relató Castellucci al portal Elordendepringles.
Una de las sugerencias venía en las sucesivas visitas que le hicieran los agentes municipales a Castellucci. Y luego dijo qué iba a hacer con la multa.
“Primero me pusieron un papel con letra manuscrita pidiéndome que le tapara al gallo la cabeza para que no cante. Eso es una cosa de locos, no puedo hacerle eso a un gallo. La multa no la voy a pagar, tendría que hacer un descargo, pero no la voy a pagar”, agregó.
Por qué es tan importante el rol de Perico
Para Castellucci es vital tener un gallo. Porque atiende a sus gallinas. Y estas le van dando alimento diario. “El gallo canta a la mañana y tiene un canto hermoso. Déjenlo tranquilo. Junto todos los días cuatro o cinco huevos, tengo para comer eso”. Y además dejó en claro algo: no piensa hacerle nada a Perico. “Al gallo no lo voy a matar. Lo pagué 4.000 pesos, es un gallo de plantel. Además, me corre por el patio y me hace matar de risa, al gallo no lo mato por ninguna planta ni por ningún acuerdo”, expresó.
NO es sólo que Perico atiende a su plantel de gallinas sino que además es un entretenimiento para el hombre.
El hombre regentea un bar y cuando vuelve a las 4 y media de la mañana, enciende la luz.
Ahí, Perico piensa que empezó su jornada. Y canta, claro está.
“Le tengo que poner un tango o algo así para que cambie su canto”. Pero que cantar, canta.
Y a algunos vecinos no les gusta.
Así se dio el conflicto.
Castellucci no piensa pagar la multa y tampoco eliminar a su querido Perico.
Porque sus gallinas se lo piden y porque lo entretiene.
“Además canta un rato a las 5 de la mañana y listo”.
Finalmente en una entrevista televisiva (ver más abajo) admitió que Perico “anda medio enojado”.
¿Se habrá enterado de su inesperada fama?
Para ver la entrevista a Vicente Castellucci, hacer click en la imagen a continuación