Qué hacer en caso de hurto. Las funciones que deben estar activadas para poder localizar el teléfono. Las recomendaciones de los expertos. El trabajo de la Dirección de CiberCrimen y su Departamento de Patrullaje Virtual de la Policía. Una historia real que le puede pasar a cualquiera
Se fue a jugar al tenis con su amiga. “Es un club en las afueras de Posadas –contó en riguroso off- y la verdad es que se trata de un lugar muy tranquilo. Pero ya en la segunda parte del verano, habilitaron varias actividades, como piletas y demás. Y ese día, estaba lleno de gente, como pocas veces. Dejamos nuestras mochilas con los celulares adentro a unos 60 metros de la cancha. Y nos fuimos a pelotear”.
Así, sencillo, comienza el drama.
“Todo empezó a venirse mal cuando nuestro profesor de tenis nos advirtió que cuidáramos nuestras mochilas que estaban tiradas por ahí. ‘¿Cómo que tiradas por ahí?’, pensamos. Y salimos a correr. Y sí, al llegar nos dimos cuenta que las habían abierto y que fueron sacadas de donde las dejamos y mientras revisaban lo que contenían iban marchando. No lo hicieron en el lugar donde las dejamos”.
En segundos, la situación se vuelve desesperante. El celular, ese aparato tan imprescindible (al punto de ser odiado), hoy vale más que cualquier objeto que se lleva en la cartera. Y, por lo tanto, es lo más vulnerable a ser robado. En un descuido, su propietario pierde sus contactos, sus fotos, sus redes y el equivalente a una suma de dinero que puede llegar a los cien mil pesos.
Y la chica del tenis en off termina (o casi) su historia: “Cuando quisimos darnos cuenta, no sólo faltaba el dinero de las billeteras sino –lo más importante- el celular”.
Sí, ese mismo. El de la manzanita. Cuesta mucho a valor de mercado. No se sabe a valor de reventa. Pero definitivamente es un atractivo notable para aprendices de ladrones y –nunca tan bien puesto el nombre- descuidistas.
Así es como surgen preguntas clave para poder estar prevenidos: ¿Se puede evitar un robo de celular?
Hay situaciones en que no, donde el descuido del propietario o la agilidad del ladrón son más fuertes.
Prevenciones
Entonces, la clave puede estar en tener en claro las medidas de prevención para poder localizar el teléfono, y con un rápido accionar, poder recuperarlo.
Ante cualquier acontecimiento de pérdida o ser víctima de un hecho delictivo lo que no hay que hacer es bloquear el dispositivo por la empresa prestataria. Primero realizar la denuncia POLICIAL para así disparar el mecanismo de búsqueda virtual.
Ante cualquier acontecimiento de pérdida o ser víctima de un hecho delictivo lo que no hay que hacer es bloquear el dispositivo por la empresa prestataria. Primero se debe recurrir a la dependencia policial más cercana a realizar la correspondiente denuncia para así disparar el mecanismo de búsqueda virtual.
Desde la Policía de Misiones aclaran que “tanto los robos, los hurtos y la perdida de dispositivos móviles son elementos que se trabajan todos los días”.
Las personas que fueron víctimas de algún hecho delictivo, realizan las denuncias en diferentes dependencias de la Provincia; asimismo dando intervención a la Dirección de Cibercrimen para realizar las labores técnicas: geolocalización y patrullaje virtual que es un trabajo de búsqueda en redes virtuales, mediante fuentes abiertas.
Geolocalización, vital
Para proceder a la Geolocalización de un dispositivo móvil se deben tener en cuenta ciertos requisitos:
• Correo Electrónico asociado al dispositivo móvil.
• Contraseña del Correo electrónico.
• Activar función de GPS (preciso).
• Tener configurada una cuenta en el dispositivo.
- Permitir que Google/Icloud recopile información sobre su ubicación y acepte los términos y condiciones del uso de redes inalámbricas.
• Poner un código de acceso en su teléfono. Esto es fundamental puesto que evita que la persona que sustrae el teléfono pueda desactivar la geolocalización o formatearlo rápidamente.
En definitiva, hay que erradicar la teoría conspirativa de que estamos todos controlados por intereses superiores. ¿Lo estamos? Puede ser, pero en casos de hurto o pérdida termina resultando más económico activar estas aplicaciones de localización.
Lo más fácil para aumentar la seguridad y la privacidad es poner un código de acceso en EL teléfono.
“Lo más fácil para aumentar la seguridad y la privacidad es poner un código de acceso en su teléfono. Tener un código de acceso hará que sea más difícil para alguien tomar su teléfono, desplazarse por el contenido, tener acceso a sus cuentas o instalar algo malicioso. Si alguien le roba su teléfono o si lo pierde, será más difícil para otros entrar en su teléfono. La mayoría de los teléfonos sólo piden un código de acceso de 4 dígitos, pero algunos le permitirán utilizar un código más complejo. Cuánto más complejo el código, más difícil es obtener acceso”, aclara la Comisario Inspector Sandra Marylin Ozuna de la Dirección de Cibercrimen, que posee un Departamento de Patrullaje Virtual a cargo del Oficial Auxiliar Nicolas Daniel Pasiecznik desde la Dirección de Cibercrimen.
Para no olvidar
• Cambio de Contraseñas
Emplear contraseñas y patrones complejos y modificarlos con asiduidad. No utilizar la misma contraseña para todas tus cuentas y aplicaciones.
• Cifrado del dispositivo
Para añadir un nivel adicional de seguridad, optar por cifrar tu dispositivo móvil. Así, en caso de robo o pérdida, los datos personales estarán más seguros.
• Cuidado con las redes wifis públicas
Aunque es habitual conectarse a redes públicas en aeropuertos, cafeterías o museos, hay que tener sumo cuidado de no ser interceptado por un atacante, lo mejor es desconfiar de estos puntos de acceso WiFi públicos.
• Copia de seguridad
Es imprescindible hacer copias de seguridad periódicas para evitar perder los datos personales en caso de robo o extravío del dispositivo. Se puede hacer el back up en discos duros externos o bien subirlo a la nube.
“Ante cualquier acontecimiento de pérdida o ser víctima de un hecho delictivo, no bloquear el dispositivo por la empresa prestataria. Primero recurrir a la dependencia más cercana a realizar la correspondiente denuncia, asimismo se le dará intervención a la Dirección Cibercrimen a los efectos de realizar las labores técnicas antes mencionadas”, concluye la Comisario Ozuna.
Casi final
La historia con la que se empezó esta nota fue real. ¿Cómo terminó? Bien.
Hay que decirlo, también: Pudo haber fracasado por completo. El hermano de una de las chicas encontró el lugar donde estaba el aparato. Y dijo: “Voy con un bate, esos palos de béisbol y entro a dar, hasta recuperar el aparato”.
Por suerte, lo disuadieron.
El sistema de rastreo se pudo realizar porque los celulares estaban encendidos, si no hubiese sido imposible rastrearlos. Además que uno precisa un usuario y contraseña (que debes recordar como el Padre Nuestro y de ese modo poder conectarte a otro dispositivo electrónico y poder rastrearlo). Se supone que en algún momento lo deben encender para evaluar el estado del teléfono y qué hacer con el. Al tener un código de acceso, quienes roban un teléfono así no tienen muchas alternativas de uso. Por ende, lo mas sencillo es revender las partes del teléfono como repuesto”
Al rastreo de ambos celulares por los mecanismos descriptos más arriba continuó la comunicación con la Policía provincial. Un vehículo con dos agentes llegó y en pleno centro posadeño, un negocio apenas disimulado estaba entreabierto. Las dos chicas esperaban afuera.
El agente al rato salió del local con un aparato en la mano (un tanto desarmado): “¿Es éste?”
-Síiiiii! –dijo una de las chicas… es el mío.
Y la otra:
-Agente, falta el mío…
El policía volvió a entrar, salió seguido del dueño del local y con otro aparato. Sí. Era el de la manzanita y era el de la otra chica.
Varias horas después, haciendo el aguante en una comisaría posadeña y con las actas correspondientes constituidas, los aparatos volvían a sus –ahora sí- felices y aliviadas dueñas.
La lección estaba aprendida.
