Rovira pide reflexión, humildad y acción para una provincia con capacidad propia

El líder de la Renovación se reunió con todas las líneas de acción, desde el Ejecutivo provincial hasta las intendencias pasando por los cuadros intermedios. En una reunión virtual, pudo recordar la irrupción del Frente que encabeza y cómo Misiones tiene una marca propia que viene de 200 años

“Hay un tiempo político que se avecina y ahora es un momento más que propicio para analizar y mirarnos al espejo con la transparencia de nuestros actos. Con nuestros errores, nuestros aciertos, tratar de vernos en los egos que muchas veces apuntan a lo primero, a hacernos equivocar”, indicó Carlos Eduardo Rovira en el encuentro del Frente Renovador donde hubo presentes en persona, pero también muchos vinculados a través de la tecnología. Fue el jueves 25 de marzo en el Centro de Convenciones. Y desde allí, a toda la provincia.

El primer mensaje es sencillo. “Debemos retomar la tarea con mucha fuerza y con mayor humildad”. La humildad, dijo, es un concepto significativo.

Hay que reforzar esta cuestión porque si se descuida, vienen los problemas de vanidad, de creerse más que los demás.

Una cuestión recorre toda la Renovación y es sencilla: ¿Se está cumpliendo cabalmente con lo que se juró defender , esto es, al pueblo de Misiones?

• Defender las necesidades;
• Acompañar esa búsqueda de concretar la solución de los diferentes problemas;
• Si somos dignos del acompañamiento recibido;
• Si somos dignos representantes de ese pueblo;

Si hubo desvíos (a esa lealtad) habrá que retomar el rumbo. “Esto no es filosofía, ni religión. Esto es política”.

La nueva pregunta es ‘¿En qué puedo ayudar?’.

O más precisamente: ¿En qué puedo ayudar a hacer más feliz al pueblo de nuestra provincia?

De allí que surge el verbo que deja en un segundo plano a la teoría y pasa todo por la praxis: “el verbo hacer”.

“Es el acto de pasar el pensamiento de esa voluntad, de ese quiero al puedo, y hago”.

Dirección y autonomía

De allí surge la convicción del líder de la Renovación de ver el derrotero hacia dónde vamos. “Es un rumbo sólido, manejado acertadamente por quien gobierna la provincia, nuestro Gobernador, acompañado por su Vicegobernador y por todos nosotros.  El rol de los intendentes en cada uno de los pueblos, fundamental; acompañados por sus concejales, por sus comunidades”.

Con esta malla de contención, queda en evidencia que la provincia tanto en las buenas como (principalmente) en las malas tiene carácter político y no sólo autoridad.

Acá no hay una rebeldía absurda, estudiantil, señaló Rovira. Y recordó que durante el siglo XX, el bipartidismo tuvo vigencia hasta inicios del nuevo milenio.

En ese punto, memoró el inicio de un tiempo de cambios a partir de ese bipartidismo.

“Yo, como la gran mayoría de los dirigentes formé parte de uno de esos partidos, el Justicialista. Era afiliado, hice toda mi juventud y vida universitaria abrazado a la JP, cantando la Marchita, orgulloso de eso, hasta hoy. Invité a los correligionarios de mi provincia, con Hugo Passalacqua (y tantos otros radicales) a la cabeza en su momento, a hacer la Renovación, y así se fue gestando esto. Nos corrimos, nos fuimos, nos echaron. Fueron procesos, la mayoría traumáticos de la vida partidaria, y así fuimos conformando lo que hoy es la Renovación”.

De esa manera surgió todo: Un proceso que no se ha detenido y sigue con una vida muy intensa. Y que ya no depende de la dirigencia: eso constituye una de las grandes conquistas partidarias, sino que depende de la gente. “Siempre dije: el poder está en la gente. Y lo sigo pensando que es así”, recalcó el líder de la Renovación.

Desde el inicio de la Patria, rebeldía con causa

Y recordó que los procesos libertadores no se iniciaron en 1816 sino un año antes. “Nosotros lo hicimos en 1815, en el Congreso de Arroyo de la China, donde los primeros delegados políticos -la mayoría indígenas de nuestra provincia que no respondían a los caudillos porteños de la rosca de Buenos Aires- con el mandato de los pueblos misioneros, fuimos y votamos en el Congreso convocado por el artiguismo en el Arroyo de la China, provincia de Entre Ríos, cerca de Concepción del Uruguay”.

De allí viene y se gesta esta “estirpe de rebeldía con causa”. De allí el reconocimiento directo al propio padre de la Patria. “Siempre se buscó ser entendidos, respetados, defender lo nuestro. Don José de San Martín, que nació en este territorio…no es correntino, es misionero, nació en el territorio de las Misiones, Yapeyú…No fue el líder natural de todos nuestros comprovincianos de la época. No corrieron atrás de él al Cruce de los Andes, se quedaron acá defendiendo en la trinchera”. 

Una concepción verdaderamente federal de la política que tiene que ver con nuestra historia. Y esa es la explicación que da Rovira.

Y con la llegada de los Estados-nación aparecen los padres fundadores de esos países que tenían sus sueños inspiradores, con sus cuestiones fundantes: Hacia dónde vamos, para qué nos juntamos, para qué hacemos esta Nación. Y acá en Misiones, la tenemos.

Ahí, Rovira recordó una frase premonitoria de Mariano Moreno, el gran secretario de la primera junta revolucionaria de mayo de 1810. “Si los pueblos no se educan, si no se vulgarizan sus derechos, si cada uno no sabe lo que vale y lo que le deben, después de cavilar algún tiempo entre mil incertidumbres, será quizá su suerte mudar de tiranos sin destruir la tiranía”.

Y vindicó la frase atribuida a Juan José Castelli. “La revolución de mayo es un sueño eterno”.

Y así llegó a lo nuestro. “Ya no se levantan armas, ya no hay caudillos, estamos en el mundo de las ideas, como decía Platón; con las ideas estamos combatiendo; en paz; sin grieta porque somos anti grietas; pero nuestras ideas forman parte de esos sueños inspiradores del misionerismo”.

Algún desprevenido quizá pregunte de qué se trata, aquí van las respuestas. “No nos vamos a quedar levantando la mano cuando los patrones de Buenos Aires de los partidos políticos pidan que se vote tal o cual cosa. Los representantes de Misiones y de nuestro espacio político están comprometidos a seguir y a votar lo que indica el pueblo de Misiones, como se ha hecho hasta aquí”.

Y parafraseó a Winston Churchill durante la segunda guerra mundial, cuando dijo que sólo tenía sangre, sudor y lágrimas para ofrecer. “Es muy parecido a nuestra proposición, hasta la sangre también porque para hacer los plasmas como un recurso antiviral también estamos ofreciendo sangre: quienes son médicos lo saben”.

Realidad en ascenso

En todos los sectores de la economía aparecen buenas señales.  Hoy Misiones ha entrado en un período de crecimiento. Crecimiento que viene de abajo hacia arriba, recuperando terreno. Pero crecimiento real, en todos los órdenes; desde la actividad primaria, todos los índices aparecen con señales positivas. Hay más producción yerbatera, tealera, forestal, agrícola, ganadera, frutihortícola, el comercio.

Respecto de la situación sanitaria, señaló algo muy contundente. Si Misiones tuviera todas las vacunas, “en 20 días se puede inmunizar a toda la provincia”.

Pero la emergencia del coronavirus no afectó la atención del resto de las enfermedades ni la cobertura necesaria.

“En ningún momento sufrimos hasta el día de hoy la saturación de nuestro sistema por la pandemia. Están las demás patologías que nunca dejamos de atender. Desde intervenciones menores, hasta altas cirugías como se hacen gratuitamente en todo el sistema de salud provincial”.

Este mensaje es conmovedor: Ese carácter misionero de tener lo propio. Porque si no, ¿qué quedaría? “Ir a pedir y rogar a Buenos Aires o rogarle a Dios. No, lo estamos resolviendo entre todos. Entonces es obligación visualizar esto como política”.

Y dentro de los anuncios para la Salud Pública, señaló que en un mes aproximadamente, “se inaugura el más importante y completo Hospital público del país, en Oberá, provincia de Misiones. El más importante del país, de nuevo construido con recursos propios, que, por supuesto ya es o se va a constituir en un eje para toda la Ruta 14 y que viene a complementar la tarea que ya realiza el Hospital Madariaga”.

Así, Rovira volvió al comienzo. Esto es acción. Palabra concretada. Hechos. Cumplir la promesa.

El cierre vino con una exhortación: “Estemos al lado de la gente, con las cosas simples, sencillas. Y transitemos este maravilloso presente y forjemos un maravilloso porvenir, pero no dentro de un mes, sino mañana, hoy mismo”.