Este año se está cumpliendo medio siglo desde el lanzamiento de La Biblia, una poderosa obra dentro del rock nacional. Tan vigente como entonces, los tres integrantes de la banda (Ricardo Soulé, Willy Quiroga y Rubén Basoalto) alcanzaron la eternidad, que apenas rozó al cuarto integrante Juan Carlos Godoy
Sí. Almendra había sacado su álbum del payaso triste; Los gatos eran famosos por su balsa para irse a naufragar; Manal intentaba con los blues; Pappo aún integraba agrupaciones menores y Charly García aún no jugaba en estas grandes ligas. La banda Vox Dei ya formaba parte de esa elite rockera nacional donde otros quedaban un tanto apartados (Pedro y Pablo, por caso, con sus imitaciones de Simon and Garfunkel; o la banda Alma y vida que todavía no había pergeñado esa maravilla de El gemido de un gorrión). Eso ocurrió en 1971. Hace 50 años.
Pero Vox Dei que ya había participado en el incipiente estilo en el famoso disco “Pidamos pera a Mandioca” y que había sacado un disco, ahora se venía con todo. Sí, el álbum debut tenía un exitazo de aquellos que los marcaría por años: “(El momento en que estás) Presente”.
Pero esto, era otra cosa.
Una obra conceptual
Un disco (o dos como en este caso) que se refiriera en todas sus canciones y temas a una sola cuestión.
Hasta ahí, solo la banda inglesa The Who se había animado con lo que se llamó la ópera rock Tommy (la historia de un niño autista que sufre abusos en su infancia y que se transforma en un líder de banda de rock cuando grande).
Ese mismo 1971, como percibiendo el signo de los tiempos, en Inglaterra el dúo Lloyd y Webber lanzan Jesucristo Superstar. Y ahí ya cambia todo.
De hecho, el mundo estaba convulsionado: más allá de Tommy (THe Who) la ópera rock Jesucristo Superstar sacudía estanterías. Y es de ese mismo año. Era otra obra, escrita por dos creadores ingleses (que luego harían Evita) y que también lanzaban una mirada sobre el fenómeno religioso del Hijo de Dios.
En años previos, y viniendo del folklore, Felix Luna junto a Ariel Ramírez compusieron la Misa Criolla y también fue suceso. Se trataba de una obra conceptual basada en las “letras” de una celebración litúrgica y la música provista por los ritmos regionales del país.
Y, por esas casualidades del destino, lo hizo una banda cuyo nombre significa “la voz de Dios”, aunque ninguno de sus integrantes era muy creyente.
Casi inmediatamente surgieron varias alternativas más: Vivencia una banda folk muy popular hasta Sui Generis, sacó la ópera rock Vida y Vida de Sebastián.
La idea fue de Ricardo Soulé, cuyo único acercamiento al cristianismo fue haber tomado la comunión y la confirmación de niño sostiene Daniel Bajarlía en infobae.
Pero hay que decirlo todo: “Estaba recién casado y era muy joven. La verdad es que me encontraba en un momento muy especial, muy místico de mi vida con mi esposa y con mi banda. Así que decidimos ir “a por todo”, como dicen los españoles”
Eso también lo dijo Ricardo Soulé.
La propia frase del interior del álbum doble: “Siento que crezco y que subo y que me veo por dentro y me toco y me reconozco y a mi lado estoy yo; que me hablo y me entiendo y que ahora soy sueño y me acerco y no me muero” es muy sugestiva de ese momento especial del autor de todas las letras y lírica del álbum.
Luego de compartirla con sus compañeros durante un viaje en colectivo, se la llevaron a Jorge Álvarez, que se mostró atraído por la propuesta. Inspirado en la Misa criolla de Ariel Ramírez (1964), el fundador de Mandioca tenía en su cabeza desarrollar el concepto de la misa latinoamericana en clave rock.
De hecho, se interesó por la Misa del Tercer Mundo que escribió el padre Carlos Mugica con la música de Roberto Lar, pero se alejó del proyecto cuando viró al folklore. Fue el Grupo Vocal Argentino el que lo continuó, pero nunca vio la luz porque el sacerdote fue asesinado en 1974 por la Triple A, la obra censurada y las grabaciones destruidas. Recién en 2018 pudo ser rescatada por un grupo llamado Quinto de Cantares.
O como dice un usuario de YouTube denominado “el chori”, “probablemente se necesite la inconciencia de unos pibes de 20 años para acometer una empresa como la de componer una obra conceptual (u ¨Ópera Rock¨, como se le decía por entonces) basada nada menos que en la Biblia. Precisamente eso fue lo que hizo el grupo quilmeño en lo que era tan solo su 2º LP, Editado como un álbum doble. La idea inicial fue de su líder, Ricardo Soulé, autor de todos los textos y buena parte de las partes musicales, en las cuales sus compañeros Willy Quiroga, Juan Carlos Godoy y Rubén Basoalto lo acompañaban”.
Un trabajo único para la época
Varios elementos convirtieron a este disco en algo único: fue la primera ¨obra conceptual¨ del Rock Argentino, la grabación demandó 150 horas (algo completamente inusual para la época), y para ¨Cristo, Nacimiento¨ contaron con un coro y una orquesta de cincuenta músicos, dirigida por Roberto Liar.
La Biblia (según Vox Dei) es un disco con tantas (re)encarnaciones (o resurrecciones si seguimos el patrón bíblico) que cuesta seguirle la pista. En 1974 fue versionada y grabada por el Ensamble Musical de Buenos Aires una épica iniciativa de Billy Bond que reclutó para estos efectos a Charly García, David Lebón, Miguel Cantilo, Nito Mestre y Raúl Porchetto, entre otros.
Cada una de las ocho canciones que integran La Biblia se refiere a un libro en particular del Antiguo y del Nuevo Testamento y están ordenadas siguiendo el orden cronológico del texto canónico, desde Génesis hasta Apocalipsis.
Génesis fue una de las primeras composiciones que estuvieron terminadas. Con un punteo que recuerda un poco a Come Together de The Beatles, empieza con la clásica estrofa: “Cuando todo era nada, era nada el principio/Él era el Principio, y de la noche hizo luz/Y fue el Cielo, y esto que está aquí”.
Por si algún desprevenido no la conoce o no la recuerda, aquí puede oírla
El apoyo de la Iglesia
Cuando en la iglesia alguien quiere publicar algo, se requiere una autorización. “Es el famoso Niki Losta”, dicen en tono de broma los sacerdotes.
En realidad, remite a la frase en latin “nihil obstat”, es decir que “nada obsta”, nada impide que la obra se divulgue o dé a conocer.
Las autoridades eclesiásticas tenían mucho poder, por lo que, para evitar la censura, Vox Dei llevó los textos al Arzobispado para su evaluación.
Fueron recibidos por Monseñor Emilio Teodoro Graselli, quien tras leer la letra de Génesis le dijo a Soulé una frase sorpresiva y halagüeña. “A mí me hubiera costado tres horas explicar qué es Dios y vos apenas, con un silogismo lo conseguiste”.
“Siempre el vínculo de la música con Dios estuvo presente de alguna manera. La música siempre estuvo inspirada por el amor en distintos niveles, ya sea en los amores físicos o espirituales, como puede ser a través del vínculo amoroso con otro ser humano y agradeciéndole a Dios por eso”, dijo años más tarde Ricardo Soulé en charla con Télam.
Como representante de la Iglesia, escribió una carta en la que recomendaba a la juventud escuchar el álbum. Mandioca decidió incluir la misiva en los primeros quinientos ejemplares del LP para mostrar públicamente que La Biblia tenía la venia de la Iglesia y así disipar cualquier polémica que pudiera generar en los sectores más religiosos.
En primera persona A mediados de los 70, quien escribe estas líneas ya vivía en Posadas, recién llegado de Eldorado. En el grupo juvenil de la parroquia Inmaculada Concepción se cantaban los temas de La Biblia, en especial Génesis, Libros Sapienciales, Profecías y Cristo y nacimiento.
El que mandaba con su guitarra y su entonación era Pocho Agüero un joven cantante que integraba grupos de rock como Trío Siembra y Clave de Hoy. Así con Pocho al frente todos los jóvenes entonábamos las hermosas canciones de Vox Dei.
En Libros sapienciales se hacía referencia a Salomón en especial al Eclesiástico, ya que casi toda la letra estaba inspirada en esas famosas frases (Hay tiempo de plantar y de cosechar, tiempo de hablar y tiempo de callar; tiempo de guerra y tiempo de paz, y (maravilla) tiempo para el tiempo y un rato más).
Otro de los momentos emotivos era cuando Pocho Agüero entonaba Profecías, donde se hace referencia al anuncio de la llegada de un Salvador para el pueblo judío. Comenzaba con un bellísima melodía de guitarra de Soule que decía “Ya está cerca de venir aquel que nos va a explicar sin violencia ni gritos; paz para el mundo traerá”.
En Cristo nacimiento, el tema podía llevar casi un lado entero de los discos Long Play de entonces porque duraba más de doce minutos. Comenzaba con la orquesta sonando y luego de unos minutos entraba un blues de guitarra y armónica al estilo Vox Dei mientras Soulé cantaba: “Aquí está el camino para el que quiere ver; conoce la verdad que libre te hará…”
Para el final, sólo queda un reconocimiento a estos artistas que lograron algo adelantado a su época. Y lo hicieron con las pocas armas que poseían pero lograron un resultado aún hoy vigente.