Eduardo “Balero” Torres se animó a una novela sobre los orígenes y los afectos y se animaba a preguntar: qué pasa por la mente y el corazón de alguien que ha vivido sin saber que sus padres lo entregaron. Y qué hace cuándo se entera de esa realidad. Destino incierto se ubica en Misiones, pero puede ocurrir en cualquier lugar. Una historia que usted podrá acceder en su totalidad de modo gratuito con un solo click y bajarla a su computadora
Quien esto escribe ya superó las seis décadas. En su infancia, una de las cachetadas más fuertes que se podían dar en los juegos entre niños era claramente esa: “Calláte vos, que sos adoptado”.
Imagine el amable lector si quien recibe semejante descubrimiento y es informado así, brutalmente con la crueldad de la niñez, que sus padres no eran sus padres…
¿Cómo solían darse esas situaciones? Fácil. En muchas charlas familiares, a veces, los padres comentaban entre ellos, que “tal, ese tu compañero de juegos, es un hijo adoptado”.
Y eso era manejado como una información confidencial lista para ser usada en el momento más dramático.
Lo legal y lo permitido
En Argentina, la adopción es una institución jurídica, que tiene como objetivo proteger el derecho de niñas, niños y adolescentes que no logran completar sus necesidades afectivas y materiales con sus familias de origen. La búsqueda de una que sí le procure los cuidados tendientes no tiene como fin convertir en padre o madre a los individuos, sino garantizar la vida y el desarrollo de los más pequeños.
Eso es lo que dice la ley, dirán muchos escépticos.
En “Destino incierto”, la novela de Eduardo “Balero” Torres, el hombre ya está bien crecido (tiene 47 años) y lo hace de modo indirecto, a través de una correspondencia dirigida a su padre adoptivo quien acaba de fallecer.
Recordar Gambito…
La historia de “Gambito de dama” es elocuente. La niña ya es grande cuando pierde a su madre (el padre no ha existido en su vida). En la serie de Netflix, ella conoce su condición y todas las chicas en el orfanato son educadas para que alguien las venga a rescatar. A no todas les pasa porque -como se dice- muchos prefieren pequeños. Tiene suerte y una mujer que no ha sido madre la adopta (casi sin consentimiento del marido). Pero muchas no logran eso. El motivo es sencillo y el lector debe sospecharlo.
El deseo de la gran mayoría de postulantes es adoptar un recién nacido, un bebé pequeño de pocos meses o en un niño en la primera infancia, que aún no haya empezado la escolaridad.
Pero el problema sigue siendo de los “Ralf”, aquellos que hace 60 años, a los que se molestaba (bullying, se dice ahora) y se los estigmatizaba con el “¡adoptado, adoptado!” como un grito de guerra.
Así, en la novela que usted podrá bajar al hacer click en este link donde está escrito con letras celestes que vienen luego de la imagen.
https://www.periodismomisionero.com.ar/wp-content/uploads/2021/05/IRACEMA-BALERO-1.pdf
…el drama de Ralf es ése: sospecha que hay algo en su pasado y que se le aparece en formas de sueños o pesadillas. Es que ha sido dado en adopción a los tres años, una edad donde los recuerdos no están fijos aún. Y cuando termina por confirmar sus sospechas y temores, se desencadena una serie de sentimientos encontrados que lo dejan por los suelos.
En paralelo, como vías del tren que nunca se juntan, viaja la historia de Irasema, una púber del interior de Misiones que vive en la chacra y que es avasallada por sus hormonas. Irasema vive con naturalidad la llegada de su sexualidad porque lo ve en los demás animales de la chacra.
“Los protagonistas son ficticios, pero existen muchas Irasemas en el interior”, se animó a decir Torres, con respecto al personaje que va adquiriendo una mayor definición con el devenir de las páginas mientras padece diversas formas de agresión en la ciudad.
«Luego de que me jubilé me puse las pilas y terminé de escribir esta obra, que comencé hace varios años. Tiene que ver con las adopciones, lo bueno y lo malo de ellas; los sentimientos de quienes tienen que entregar su hijo en adopción o de quienes son adoptados, los que se enteran cuando son grandes, todo lo que les genera”.
Allí Balero muestra sus armas. “Tomé elementos de la realidad, antecedentes jurídicos, conversé con personas que entregaron en adopción a sus hijos y muchos amigos que hicieron aportes”.
Una novela cargada de dramatismo donde hay momentos muy emotivos (cargados de alegría y de dolor por partes iguales).
Y, por otra parte, el autor se dio el gusto de dejar algunas definiciones a través de su “alter ego” Ralf: va definiendo a la sociedad argentina y por extensión, expresa la admiración por Misiones, así como el papel muchas veces cargado de hipocresía de los pastores de las iglesias, los dueños de los medios de prensa y los políticos. Nada se salva de su ácida mirada e invita al debate.
Vale la pena intentarlo: desde la emoción de varios capítulos y desde la polémica de otros.