Alem: A pedido de su hijo instaló un comedor para niños

Susana Lagos empezó hace tres años con el Merendero Los Peques. Más de 50 niños vienen cada día a retirar lo que ella cocina. Y, así va cocinando y alimentando

Hace tres años, Cristian Antúnez era un adolescente con problemas auditivos. Gracias a gestiones de todo tipo estaba consiguiendo sus deseados auriculares para poder empezar a llevar una vida más normal. Y en esas circunstancias, le dijo a su madre, Susana Lagos, que debían hacer algo por la comunidad en forma de agradecimiento.

Y así, de a poco, la idea empezó a germinar. Hasta que surgió en el barrio Sagrada Familia de Leandro N Alem el merendero Los Peques. La idea se había concretado.

Así, Susana Lagos todos los días se larga a ver qué cocinar, con qué elementos cuenta, quién es el dadivoso o generosa del día que le acerca algo de arroz, algo de pollo, puchero o lo que fuere para poder ir tirando.

“A veces nos donan arroz. Los negocios, no tanto. A veces sí, a veces no. Mis amigas me dicen: ‘te mando un kilo de carne’. Y yo, con 3 kilos ya puedo cocinar para 52 chicos que son los que vienen a retirar su porción diaria”.

Sí, los chicos pasan por lo de Susana y ahí les van cargando lo que cocinó Susana. Por las cuestiones sanitarias de la pandemia no pueden quedarse a comer allí, aunque muchos preferirían hacerlo, admite la cocinera.

Cristian mientras tanto se sigue atendiendo en el Cenemi de Oberá (es el Centro de día. Instituto de discapacidad). “Por ahora, no puede asistir regularmente por las cuestiones de protocolo actual; así que trae la carpeta y hace los trabajos en casa. Aunque sus nuevos audífonos no llegaron aún, él trata de seguir su vida normal. Hasta llegó a competir en una maratón ¡y ganó!”, señala con orgullo Susana.

Visita de un famoso

Matías Sebely es una de las figuras más conocidas de Leandro N Alem. Y uno de sus proyectos individuales se denomina De la finca. Allí producen snacks que son liofilizados así como turrones de semillas y vegetales en hidroponía (cultivo de plantas sin tierra).

Así, el propio Sebely informó en sus redes sociales que tomó contacto con la encargada del merendero Los Peques.

“Hace unos días, Susana Lagos se comunicó conmigo para que le acerque unos plantines de lechuga al Merendero “Los Peques” que lleva adelante en el Barrio Sagrada Familia. Para sumar a la huerta que tienen en el hogar para las comidas de todos los días”.

Así lo comunicó. Y claro, al llevar los plantines de lechuga, aprovechó para ver in situ la tarea que realizan Susana y su hijo.

“Aproveché para visitarla y conocer de cerca esta maravillosa actividad solidaria que implica tener un merendero. ¡Impresionante el trabajo que hacen!”, acotó Matías.

Y de despedida, Susana entregó algo a cambio. “De paso, me regaló un poco de ruda para el 1° de agosto”, contó Sebely.

Susana Lagos tiene 54 años, y trabajó muchos años en la cooperativa tabacalera. No tiene la edad para jubilarse y sobrelleva una hernia de disco. Pero nada la disuade de su tarea para los “peques”.

“Sí, estoy plantando para los chicos: ahora plantines para replantar lechugas pero tengo cebollitas, ajo, acelga, remolacha, entre otras cosas para la cocina diaria”.

El barrio Sagrada Familia está en la zona de la Terminal de ómnibus a unas diez cuadras y aunque en la localidad hay otros comedores, Susana tiene una ventaja.

El suyo trabaja todos los días. “Los otros creo que solo entregan comida de lunes a viernes. Yo hago todos los días. A veces, hacía prepizzas. Pero se nos arruinó el horno. Y tuve que hacerlas a la parrilla. Para el día del niño llegamos a hacer 75 pizzas. Las entregamos hasta las 4 de la tarde. Además de la comida que empezamos a entregar entre las 11:30 y 12 del mediodía, también damos chocolotada o mate cocido”.

En la comida diaria, todo lo que le envían sirve. A veces, guiso de fideo, a veces porotos o lentejas. “Para hoy –dijo por el día martes 27 de julio- tenemos un buen locro”.

Y comenta algo simpático: “Hay una señora de Posadas, del barrio Fátima que me envía alimentos por colectivo. Me manda el mensaje de Whatsapp y yo voy a la terminal a retirar. Para cocinar, tengo cuatro ollas y lo que lamento por ahora es no tener el horno en condiciones. Imagínese, tener que hacer pizzas en la parrilla no es gracioso… Pero no nos quejamos”.

Ahí va Susana Campos, agradecida como siempre, haciendo el bien, ayudando al prójimo, a los más pequeños…

Toda una parábola bíblica de Mateo 25:40 “… porque lo que le hagan a uno de los más pequeños, a mí me lo están haciendo”.