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jueves, octubre 31, 2024

Felicitaciones, fracasaste: cuando el hombre mira por la ventana

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Una reflexión sobre las metas que se impone la persona y cómo evalúa los resultados. La mirada del otro en una sociedad transparentada por los medios y las redes. Todo visto en el libro El éxito del fracaso de Matías Sebely y la posibilidad de acceder a dicha obra ya mismo

Matías Sebely es un dirigente de Leandro N. Alem y publicó el libro El éxito del fracaso. De allí salen las reflexiones que se pondrán a disposición de los lectores.

Aquí mismo.

Ya.

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Hacé clic en la imagen para descargar el libro gratis.

Y también esta profunda mirada introspectiva sobre qué considerar éxito y qué no. Vale la pena intentarlo.

Espero que para este momento, seas de las personas que no va a tener miedo de comenzar ni de intentar algo nuevo por miedo a fracasar, ya hay demasiadas personas como esas en el mundo, y confío en que ahora tengas suficientes conocimientos de las herramientas y consejos para sentirte seguro de que vas a poder manejar cualquier circunstancia, incluso el fracaso.

Hablamos mucho y pensamos todo el tiempo sobre alcanzar el éxito. Ahora aprendimos que el fracaso es tan importante y que tu habilidad de resistir el fracaso o usarlo a tu favor es lo que te va a conducir al éxito.

¿Sabés entonces qué pasa cuando des pues de fracasar alcanzás por fin tu cometido? ¿Cuándo alcanzas el éxito? ¿Qué es en verdad el éxito?

Pues es un concepto altamente relativo.

A veces, por mucho que luchemos por llegar a tener éxito, cuando por fin lo alcanzamos, nos encontramos con que tal vez no ganamos nada.

Como dicen, “no por mucho que madrugar va a amanecer más temprano”.

Puede que alcances el éxito, pero el éxito solo es tal si sabés en qué consiste, el por qué y el para qué lo persigues.

Tenemos que preguntarnos entonces:

¿Estamos hablando de un estado de ánimo?

¿Se trata de una recompensa?

¿De nuestro propósito?

¿Es algo único y concreto?

Tanto el fracaso como el éxito con muy subjetivos. La sociedad actual tiene estándares generales cuando se habla de estos conceptos. Cuando se habla de tener éxito en la vida, este viene asociado con haber ganado y con obtener reconocimiento, pero no es siempre así. En nuestro día a día, tener éxito o ganar puede significar muchas otras cosas según la manera en que se lo mire.

Para una persona, tener éxito, puede ser por fin haberse comido ese pastel de chocolate, mientras que para otra, puede significar un gran triunfo no habérselo comido.

Que te promuevan en tu trabajo o haber recibido un incremento salarial puede suponer una gran victoria, para otra persona, renunciar a ese mismo trabajo significaría haber ganado una batalla.

Decir te quiero o no te quiero, puede ser un triunfo para alguien. Superar el miedo a algún animal, haber probado esa fruta que no te gusta, e incluso rendirte, en ocasiones puede resultar una victoria.

Definiendo el éxito

Tenemos que definir entonces qué es y qué significa el éxito para nosotros, por qué lo buscamos y para qué lo necesitamos.

Según Winston Churchill, “el éxito es aprender a ir de fracaso en fracaso sin detenerse”.

Un hombre que no tuvo mucho éxito al comienzo de su vida, ni en los cargos que desempeñó, ni académicamente; pero que fue una figura transcendental durante la segunda Guerra Mundial, gracias a su liderazgo.

La sociedad en la que vivimos y la cultura de la época, tienen una vara muy elevada para lo que se considera ser exitoso; pero empecemos por preguntarnos qué es el éxito según los estándares de hoy en día.

El éxito es sinónimo de un triunfo visible para los demás, algo que pueda ser aplaudido, lo que deja por fuera las ideas de que también puede ser percibido como algo más personal.

El pensamiento colectivo nos predispone a pensar que ser exitoso es conseguir un alto reconocimiento, que nos lleva a tener más poder y más influencia. Por eso las personas exitosas suelen ser muy reconocidas y un punto de referencia para muchos; alguien que nos gustaría ser, parecernos e imitar.

Desde temprana edad estamos influenciados con el concepto de que si ganamos y somos los mejores, tendremos todo aquello que deseamos.

Nos aseguran que siendo exitosos conseguiremos no solo ser reconocidos por todos, sino también aplausos, influencia, poder, dinero… en fin, todas las cosas que según la televisión, las redes sociales y nuestro entorno en general, dicen que es por lo que tenemos que trabajar para conseguir. Incluso nos dicen que alcanzando el éxito tendremos la felicidad y la plenitud espiritual.

¿Es realmente así?

Por desgracia -o por suerte- las cosas no funcionan así y esas personas que buscan incansablemente el éxito para ser felices o creen que tenerlo todo les dará esa felicidad, se quedan con promesas vacías y falsas expectativas. Puede ocurrir que en nuestra carrera por alcanzar el éxito, dejemos olvidadas las cosas más importantes, como el hermoso camino que estamos recorriendo. Nos enfocamos tanto en la meta y en ese propósito, que nos volvemos ciegos para mirar a nuestro alrededor y disfrutar lo que tenemos en ese momento frente a nosotros.

Imaginate a dos hombres en edad adulta; cada uno de ellos sentados en el jardín de la casa de playa que compraron, ambos con trabajo duro y mucho esfuerzo para retirarse de mayores.

Los dos tienen vidas muy estables, familia donde se sienten amados, consideran que han alcanzados sus sueños y que son felices.

Uno de ellos se levanta cada mañana y mientras se toma un café, piensa en lo feliz que es, en que tiene la casa que siempre quiso, que sus hijos son todos exitosos y sus nietos van bien en la universidad; tiene a su ser querido a su lado y espera que nunca le  falte y recuerda siempre todos los fracasos por lo que pasó para llegar allí.

El otro hombre se levanta cada mañana y agradece levantarse al lado de la persona que ama, agradece que tiene hijos y nietos con salud que viven al máximo la vida que tienen y mientras se toma su café, sólo admira la belleza del mar y el cielo que están más allá de su ventana.

¿Quién creés que es más feliz? ¿El hombre que constantemente piensa en lo feliz que es o aquel que sólo admira la belleza del paisaje?

Cuando pensamos en alcanzar el éxito, estamos inconscientemente buscando algo más grande, buscamos ser felices; por eso las personas tienen tanta sed de éxito, pero este solo es un espejismo que se desvanece cuando lo alcanzás.

Por qué hay temores

Tenemos miedo de fracasar, porque eso nos alejaría de nuestro objetivo de ser felices. Creemos que el fracaso nos hará personas insuficientes e inferiores a las demás, cuando la realidad es que perseguir el éxito desde esa manera de pensar, es donde reside el verdadero fracaso.

Solemos buscar el éxito en cosas materiales, medir qué tan buenas personas somos por cuánto tenemos de algo o por cuán exitosos somos, y eso simplemente no está bien. Debemos dejar de buscar el éxito en factores externos y comenzar a

buscarlo en nuestro interior.

Deberíamos aprender a trazarnos metas y objetivos verdaderos. Saber que lograr el éxito no nos proporcionará amor y respeto o que llegado ese punto se terminarán todas nuestras preocupaciones y todos nuestros problemas. Esas son virtudes que no dependen de qué tan exitosos seamos en esos campos de nuestra vida, sino del tipo de personas que somos y de las acciones que realizamos día a día; de qué tan altruistas sean nuestros valores humanos.

En palabras del poeta y artista Carlos Cortez, “se alcanza el éxito convirtiendo cada paso en una meta y cada meta en un paso”.

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