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domingo, noviembre 24, 2024

El libro que se adelantó al tema entre Suiza y Argentina

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Una novela previó de alguna manera el clásico conflicto “tranquilidad versus incertidumbre” que se planteó días pasados. Fue cuando una ministra argentina dijo que en Suiza todo era más tranquilo pero más aburrido. En Destino incierto se plantearon estas cuestiones

El tema de fondo es la adopción y el derecho del adoptado de conocer sobre sus orígenes. Pero también en “Destino incierto” la historia trata acerca de cómo es la vida en Argentina y en Suiza.

De allí que cuando Sabrina Frederic, la ministra de Seguridad nacional quisiera relativizar los hechos de violencia y los hechos delictivos decidió usar una frase poco feliz. “Suiza es más tranquilo pero más aburrido” señaló y hasta el embajador suizo le respondió con un famoso video donde la máxima figura nacional deportiva Roger Federer intenta convencer al actor Robert De Niro que vaya a filmar una película en su país. Y el actor desiste porque “Suiza es demasiado perfecta”. Ironía pura.

Dentro de la historia que trata el caso de un hombre que cuando es grande se entera que fue entregado en adopción. Él vive con su esposa en Suiza y su nacimiento tuvo lugar en Misiones donde existen comunidades suizas muy arraigadas. Con su experiencia vivida en el interior de Misiones, Eduardo Torres conoce muy bien el paño y sale a contar sus vivencias en esta historia. Que además se pone a disposición de los lectores en forma libre y gratuita.

https://www.periodismomisionero.com.ar/wp-content/uploads/2021/05/IRACEMA-BALERO-1.pdf

Una mirada suiza a los problemas argentinos

Así las cosas, el protagonista y su esposa deciden volver al país y visitar la provincia de donde era su origen. Cuando llegan a Ezeiza y toman un taxi suceden diálogos como éste:

– Somos de Suiza…, de Zúrich -contestó Ralf.

– ¡Ese es un país en serio!, son ricos y la gente gana bien con gobiernos honestos. Completamente diferente a la Argentina donde somos pocos los que ponemos el hombro mientras la mayoría vive de arriba, sin trabajar….

– ¿Es muy malo el gobierno de ustedes?

– Todos los gobiernos que tuvimos fueron pésimos, ¡todos chorean! Ni los militares dejaron de robar, no tienen cura y continuó: – durante la campaña prometen todo y luego no hacen más que robar…. ¡Hay que echarlos a todos, colgarlos en una plaza o fusilarlos! Eso es lo que hay que hacer con esos caraduras…”

(…)

Y sigue en otra parte de la obra cuando describen a Buenos Aires.

-De eso no tengo dudas, contestó Ralf. Además – dijo – me siento fascinado por las costumbres de los argentinos en general. Por un lado, esta ciudad que no tiene nada que envidiar a cualquier otra del mundo. Es sorprendente la existencia de los numerosos y variados teatros como la cantidad de museos y otras expresiones artísticas que se mezclan con casas de gastronomía de alto nivel. De igual modo, no dejan de asombrarme los contradictorios comportamientos y actitudes de sus habitantes, quienes entre ellos expresan un malhumor permanente, al límite de la agresividad. Críticos execrables contra sus gobernantes, pero no disimulan sus cotidianas violaciones de las mínimas normas legales, como de mostrarse amables y accesibles con nosotros, los extranjeros. En pocos lugares del mundo observé el pesimismo que muestran los argentinos, que también contrasta con el optimismo deportivo, especialmente cuando hablan de fútbol. (…)

Y, claro la crítica a los medios de comunicación, en especial a los audiovisuales y sus contenidos en la TV abierta

– Hemos visto todo tipo de programas. Noticieros, políticos, de entretenimientos, de la farándula como lo denominan acá y en todos encontramos un común denominador: ¡el pesimismo y la confrontación! Pareciera que en este país nada está bien; las noticias se nutren exclusivamente de lo negativo, al extremo de ver donde se critica la inseguridad creciente, y en el mismo espacio se entrevista a un delincuente que detalla sus andanzas con lujos de detalles. La economía si crece sostenidamente durante varios años o si se mantiene estancada son denostadas por economistas aparentemente muy conocidos, quienes anuncian reiterativamente la inminencia de una hecatombe económica y la debilidad del sistema. En los programas de la ¨farándula¨ se nota el mismo comportamiento, inducidos por los conductores, confrontan, aunque sus obras fueran exitosas como si fracasaran. Las ¨estrellas¨ de la pantalla y las que más espacio ocupan, son aquellos que protestan cortando el tráfico, coartando la libertad de los demás; de los que hacen huelgas en los hospitales y en los aeropuertos dificultando a los enfermos y viajeros… También notamos que son benevolentes con los famosos que se mueren, a quienes vimos enaltecer exageradamente… Después de su deceso por lo menos… Pareciera que, para los periodistas o los propietarios de los medios de comunicación, los buenos sucesos son sinónimos de malos negocios, de manera que prácticamente publicitan la indisciplina y el malhumor social, que no tiene absolutamente ninguna relación con el derecho de protestar o de reclamar que tienen los distintos sectores de la sociedad…. Lo peor a mi entender, en que los medios de difusión y los periodistas se convirtieron involuntariamente o no, en voces que fomentan y propagan los defectos de la sociedad. Sin dudas, que hay muchos que ennoblecen la profesión.

Luego de una pausa continuó:

– Son tantas las malas noticias y las críticas, que pareciera que el argentino ya lo asumió como algo natural y se enorgullece de lo que acá se denomina “viveza criolla” y que en otros lugares significa transgresiones punibles. Lamentablemente, la prensa en general no les muestra la realidad de otros países del mundo. Existe inseguridad, pero le aseguro que mucho menos que en la mayoría de las capitales de los distintos países, como también puedo afirmar que lo único que falta a este país es disciplina social, y eso no solo depende del gobierno de turno. Tienen que colaborar los demás factores de poder, especialmente la prensa.

(…)

Pero, en algún momento, surgen las características únicas del país.

– Comenté en alguna oportunidad que los argentinos –a veces- son tan soberbios que descartan hasta sus propias experiencias para evitar cometer los mismos errores y son muy contradictorios en su comportamiento, pero, aun así, este es el único país en el mundo que juzgó y condenó a los militares que usurparon el poder y violaron los derechos humanos generando la admiración del mundo. Ahora bien, los jueces y los funcionarios que persiguen a los dirigentes opositores, que los juzgan y los encarcelan, que los someten al escarnio social a través de los medios que repiten miles de veces la misma noticia sin ser condenados con una metodología semejante a la frase famosa del Goebbels, el lugarteniente de Hitler que decía: ¨miente, miente que algo quedará¨. ¿No piensan que indefectiblemente llegará una nueva etapa con otras personas y otras ideologías que van a gobernar? Es solo cuestión de tiempo para que los acusadores y sus jueces adictos pasen a ser juzgados. Si lo hicieron con los peores dictadores sin dudas, que volverá a ocurrir.

(…)

En la historia, entra hasta el Papa argentino.

-Desde que vine a este país, me ocupé de conocer su historia, de observar los procedimientos sociales y las crisis que soportaron, que al igual que la inflación pareciera que forma parte del folklore argentino. Está tan divida la sociedad entre los ¨a favor¨ y los ¨en contra¨ que puede resultar muy peligrosa y no sé si los poderes fácticos no buscan profundizar esa confrontación para justificar el uso de las fuerzas represivas y, como conocen el comportamiento social lo utilizan para lograr sus objetivos. Observe usted que, los argentinos católicos cuestionan al propio Papa que es un connacional por defender los más humildes y lo hace en todo el mundo y de acuerdo a los preceptos de Jesús. Pero acá, inducido por los medios de prensa y las redes sociales lo asocian a la oposición.

La otra parte

La novela pone el acento en forma paralela con la historia de Irasema, una chica del interior de Misiones que vive en la chacra y que es avasallada por sus hormonas. Irasema vive con naturalidad la llegada de su sexualidad porque lo ve en los demás animales de la chacra.

“Los protagonistas son ficticios, pero existen muchas Irasemas en el interior”, se animó a decir Eduardo Torres, con respecto al personaje que va adquiriendo una mayor definición con el devenir de las páginas mientras padece diversas formas de agresión en la ciudad.

«Luego de que me jubilé me puse las pilas y terminé de escribir esta obra, que comencé hace varios años. Tiene que ver con las adopciones, lo bueno y lo malo de ellas; los sentimientos de quienes tienen que entregar su hijo en adopción o de quienes son adoptados, los que se enteran cuando son grandes, todo lo que les genera”.

Allí Torres muestra sus armas. “Tomé elementos de la realidad, antecedentes jurídicos, conversé con personas que entregaron en adopción a sus hijos y muchos amigos que hicieron aportes”.

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