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martes, diciembre 3, 2024

Ana María Banks, una historia que impactó desde las redes al mundo

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No hay edades para conocer la fe. Ana María Banks lo hizo de grande y desde entonces, consagró su vida en ayudar a quienes más lo necesitaron. Es por ello que a quince años de su muerte, su hija decidió contar algunas anécdotas de su vida en las redes sociales, acción que conmovió a miles de personas. 

Esta belleza fue mi mamá”. Así comenzaba un tuit días pasados de una hija que llamaba “mi santa preferida” a su madre. Ana María Banks, nació el 19 de junio de 1950 en San Antonio, Texas, Estados Unidos. Allí, vivía con su familia por el trabajo de su padre, Luis María Banls, un geólogo petrolero. A los pocos años, junto a su familia se mudaron a Venezuela, luego a Paraguay (país de origen de su padre) y finalmente a la Argentina.

Ana María Banks (está en el medio con suéter violeta) junto a sus hermanos

Ya en el país, específicamente en Buenos Aires, hizo el colegio secundario en el Northlands, donde un año recibió un premio a la alumna sobresaliente y se lo entregó en mano, nada más y nada menos, que Jorge Luis Borges. Era una mujer brillante, según contó su hija María Estanislada Urraza a Infobae. 

Pero luego de un tiempo en Buenos Aires, Ana María y su familia, se mudaron a City Bell, cerca de la ciudad de La Plata. Allí, conoció al amor de su vida: Eduardo Adrián de Urraza, por quien, cabe resaltar, se hizo peronista, inclinación política que mantuvo hasta sus últimos días.

Ana María junto a su esposo Eduardo Urraza

Según relató su hija, Ana María estudió geología un tiempo, pero recibió una amenaza en la facultad y se asustó. Es por ello que abandonó la universidad. Esto ocurrió en la época de los setenta, y ella era difícil de encasillar ya que provenía de una familia tradicional y de ideas progresistas. Sin embargo, no quiso continuar con su carrera, por lo que se hizo profesora de inglés. Se casó con Eduardo en 1974 y tuvieron cuatro hijos: Eduardo Martín, María Estanislada, María Margarita y José María.

En ese sentido y a modo de homenaje por la vida llena de luz que tuvo su madre, María Estanislada Urraza, su hija, decidió dar a conocer quien fue su madre a través de un “hilo” escrito en la red social Twitter. 

El hilo comenzó con la frase “Esta belleza fue mi mamá”. Luego, María Estanislada, siguió explayando sus sentimientos cuando contó: “Una mujer que traía los fines de semana a los chicos del instituto de menores a la pileta. Años después de su muerte, tocó la puerta uno de ellos para entregarle su título universitario”.

Comienzo del hilo en Twitter de parte de su hija, María Estanislada Urraza

El texto es una suerte de homenaje vocacional de una madre a una hija, a quince años de su fallecimiento, en diciembre del 2006. En su hilo cuenta pequeñas imágenes que retratan quién fue Ana María, a quien llama “mi santa preferida”.

Es por ello que las escenas que eligió cuentan algo de su historia: “Ayudaba a los necesitados del barrio y, sobre todo, transmitía su enorme fe. Una vuelta, convenció a una pareja humilde del barrio a que se casaran por iglesia y, como no tenían plata, les organizó el casamiento en casa. Y ahí estábamos, sus hijos vestidos de fiesta y haciendo de mozos en casa, para gente desconocida”, dijo. A su vez, añadió: “Estudió geología un tiempo como su padre, pero al final fue profesora de inglés. Visitaba siempre a los enfermos, y les masajeaba los pies. Fue una de las primeras en utilizar la dieta cetogénica para el tratamiento de la epilepsia de mi hermano, porque para todo, iba a fondo. Era alegre y elegante. Viajó por el mundo. Y no sabía lo que era una ropa de marca, o una cartera cara. Era de otro lugar”.

Al respecto, cabe destacar que el hilo produjo una emoción inmediata en la red social: ya que hasta hace unos días atrás, tenía más de 19 mil Me Gusta, otros tantos miles de retuits y cientos de comentarios de personas conmovidas. Pero una vida entera, y sobre todo una vida como la suya, no entrará jamás en un hilo. 

Es por ello que María Estanislada, quien escribió el hilo en Twitter, conversó también con Infobae y contó: . “Su historia creo que tiene que ver con esas personas pequeñas que andan al lado nuestro y que son de una peculiaridad enorme. Yo creo que mi mamá fue una santa directamente. Hay muchas personas que están alrededor del mundo que son así y no las reconocemos. Ella no fue nunca reconocida ni por sus propios hijos”.

Ana María Banks, en alguna parte del mundo

Ya a comienzos de los años ochenta, luego de sufrir una depresión, Ana María, tras superar esa dura etapa, pudo salir adelante y conocer la fe en Dios. Aunque luego, durante años después de ese episodio, se lamentó de no haber llegado antes a la iglesia. Pero se entregó con devoción a la religión y a los otros. También en los ochenta, y luego de la guerra de Malvinas, rechazó su ciudadanía norteamericana: a partir de allí nunca quiso renovar su pasaporte estadounidense a causa del apoyo que ofrecieron a Inglaterra durante el conflicto.

Pero además de ser una persona muy culta, ya que hablaba inglés, español, guaraní y francés, era tremendamente hermosa: “Los amigos de mi papá lo burlaban, le preguntaban cómo había hecho para que le diera pelota”, contó María, y agregó: “Después de estudiar el profesorado de inglés, se dedicó a ser profesora en distintos colegios, y trabajó también en un instituto de menores. Y todos los fines de semana andaba de acá para allá con los chicos. Los traía a casa a que usaran la pileta, todo. Y yo a veces me quejaba, y ella me decía que yo tenía la pileta para mi toda la semana, y ellos solo el fin de semana”.

Ana María junto a tres de sus cuatro hijos

Muchos de los chicos del orfanato la recordaron por años. Uno de ellos apareció en la casa en el 2006 y le abrió la puerta el hijo mayor de Ana María. El chico -el hombre, ya- se había recibido de ingeniero y quería ir a contárselo a ella, que había sido su maestra una década atrás y quería agradecerle que siempre lo alentó. Llegó apenas tarde: Ana María había muerto hacía un año. El hombre sacó su título universitario y se lo mostró a la hija, para que supiera lo que había hecho su madre por él: “Ella decía que su mejor momento era el ahora. Decía que durante años no había sido del todo feliz, que renació cuando conoció a Jesús y recién ahí se sintió plena”, relató María.

En 2002 murió Eduardo en un accidente de tránsito. Fue un golpe duro para ella. Un año y medio después le diagnosticaron cáncer de mama. Murió en el 2006, pidiendo comulgar cada día para estar cerca de Dios. Desde entonces, sus hijos no paran de encontrarse con personas que les cuentan una anécdota sobre ella, que les agradecen algo que hizo por ellos, que les dicen lo generosa que fue. Origen: Infobae Edición: Micaela Carnevale

Ella fue Ana María Banks, quien merece que su nombre despierte una sonrisa de admiración en todos nosotros.

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