Una propuesta de la Pastoral Santa María – Posadas, Misiones
Cada año al llegar el tiempo de preparación para la Navidad comenzamos a preparar y a disponer los adornos navideños, entre ellos nuestro querido pesebre.
La propuesta de esta novena navideña es, precisamente, armar el nacimiento durante los nueve días antes de Navidad, meditando así cada una de las figuras principales que aparecen en él y preparando nuestro corazón al nacimiento del Niño Jesús, quien una vez más nos invita a hacernos hermanos en su amor.
La estructura que se presenta es muy sencilla. Para ello, antes de comenzar la novena es necesario tener preparado el lugar, así como la escenografía básica (cueva, montañas, pasto, etc) según
nuestro estilo, donde iremos colocando las imágenes cada día.
La novena se desarrollará todos los días de acuerdo con el siguiente esquema básico:
- Saludo inicial.
- Oración para todos los días.
- Presentación del personaje del día.
- Lectura Bíblica.
- Meditación.
- Oración final y colocación de la figura en el pesebre.
- Despedida.
Oración para todos los días
Aquí estamos, Señor, reunidos en torno a ti;
no deseamos nada más sino encontrarte en nuestras vidas.
Queremos reconocerte en el niño que nace en Belén, con la misma alegría que lo hicieron Los pastores, los ángeles y los magos de oriente.
Prepara tú nuestros corazones para que recibamos con alegría y compromiso el Reino de Dios que se hace presente entre nosotros,
proclamando con todos los ángeles y a través de nuestra vida
“Gloria a Dios en el Cielo y en la tierra paz a los hombres que ama el Señor”.
Que la meditación del Misterio de la Encarnación de tu Hijo Jesús
renueve nuestra fe y nos haga mejores cristianos. Amén.
Primer día
16 de diciembre: La Virgen María
- Saludo inicial:
Hoy estamos aquí para prepararnos juntos para el nacimiento del Señor. Queremos orar con Él, escuchar su Palabra y meditarla; dejar que sea Él quien nos transforme, así como lo ha hecho con todos los que le escuchan. Así que dispongámonos a participar en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. - Oración para todos los días. (ver al principio)
- Presentación de la figura del día:
Hoy vamos a meditar la figura de María. Ella fue la primera en recibir la noticia del nacimiento del Salvador; fue la primera en acoger la palabra en su corazón y cambiar sus planes para aceptar a Jesús. Escuchemos hoy cómo ella recibió el Verbo de Dios. - Lectura Bíblica: Lc 1, 26-38
- Meditación: En esta lectura se nos presenta a María como aquella que está a la escucha de la palabra, es interpelada por ella y recibe la misión de ser la madre de Dios. Ella, aunque sorprendida por el mensaje del ángel, cree firmemente en los planes de Dios y proclama con fuerzas “hágase”. Entiende que para Él nada es imposible.
Nos preguntamos:
Observando la imagen de la Virgen María. ¿Qué me dice a mí? ¿Medito yo diariamente la Palabra de Dios? ¿Voy descubriendo la voluntad de Dios para mi vida? ¿Cuáles son las preguntas que
me surgen de la escucha de su voluntad?
Cerramos el compartir con un canto a María.
- Oración final y colocación de la figura de la Virgen María en el pesebre:
Te damos gracias, Padre, porque en María nos has mostrado
la grandeza de tu amor.
Te pedimos que germine en nosotros la pureza de corazón, y así seamos libres para hacer tu voluntad.
Abre nuestros oídos para que escuchemos tu Palabra, y que sepamos decir que “sí” a tus planes como María.
Te lo pedimos por Jesucristo nuestro Señor. Amén. - Despedida. El Dios de la Vida, que hizo fecunda la virginidad de María, nos bendiga en el nombre
del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén
Segundo Día
17 de diciembre: San José
- Saludo inicial: Queremos escuchar hoy lo que el Señor nos quiere decir. Por eso estamos alegres, Dios se acerca a cada uno de nosotros y nos habla al oído. Preparemos nuestros corazones para que sea su voz la que escuchemos, descubriendo su voluntad para nosotros.
Comencemos esta celebración en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. - Oración para todos los días
- Presentación del personaje del día: Nos acercaremos en este momento a la figura de José. Seguramente un joven entre unos veinte y veinticinco años, con las ilusiones de casarse con María.
Ellos ya estaban comprometidos, así que solamente faltaba esperar un tiempo y llevar adelante los planes como cualquier pareja de su época. Pero las dudas invaden el corazón de José, quien pone sus preocupaciones en las manos del Señor. Dios no se hace esperar, y acude a José; la necesidades mutua: José desea respuestas sobre lo sucedido y Dios necesita la respuesta de José parabponer a su Hijo bajo sus cuidados. Escuchemos con mucha atención la siguiente lectura del
Evangelio. - Lectura Bíblica: Mt 1, 18-25
- Meditación: Hemos escuchado que José era un hombre prudente y justo, por lo que no actuó según su primer impulso, sino que prefirió meditar y despedir a María de una manera discreta. Él no desespera y Dios se le manifiesta encargándole cuidar de su hijo. José no tarda en hacer la voluntad del Señor y al despertarse hace lo que le ha sido ordenado.
Nos preguntamos: Observando la figura de San José ¿Qué me dice a mí? ¿Actúo con prudencia o me dejo llevar por mi primer impulso, sin pensar y cometiendo actos que en la reflexión posterior me doy cuenta de que fueron injustos? ¿Medito los acontecimientos de mi vida en oración o es una cosa separada de la otra?
Cantamos una canción a San José. - Oración final y colocación de la figura de San José en el pesebre:
Tu amor Padre, ha sido conocido por San José, hombre justo y padre fiel; él ha sido de quien Tú quisiste que Jesús aprendiera el amor paterno, experiencia que luego relacionó contigo hasta decirte ¡Abba! (¡Papá!). Ayúdanos a ser comprensivos con los demás, buscando en nuestras relaciones siempre tu justicia, y danos la capacidad de responderte con prontitud, así como José lo ha hecho. Te lo pedimos por Jesucristo nuestro Señor. Amén. - Despedida: El Dios que nos salva continuamente, quien ha bendecido a José con Jesucristo, nos bendiga en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén
Tercer Día
18 de diciembre: el burrito y el buey
- Saludo inicial: La creación ha sido hecha en Cristo, y por eso es importante que la recordemos en esta novena. Sobre todo, cuando en estos tiempos se hace tan importante reflexionar sobre la
ecología. Antes de comenzar, hagamos un pequeño momento de silencio y escuchemos los ruidos que la naturaleza nos brinda. En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén. - Oración para todos los días
- Presentación del personaje del día: San Francisco, creador del pesebre, introduce dos nuevos elementos en la representación del nacimiento del niño Dios. Son el burrito y el buey. El buey, animal fuerte y fiel, seguramente lo ha deducido puesto que las narraciones bíblicas nos hablan de un establo; el burrito recuerda aquel animal en el cual se trasladó María desde Nazaret hasta Belén.
En estos dos animales, se representa toda la armonía de la naturaleza que llega a su plenitud en Jesucristo. También se nos recuerda que a aquél a quien nadie quiso recibir en su casa, fue calentado y acogido por estos animales. Escuchemos lo que nos dice el profeta. - Lectura Bíblica: Is 11,1-9
- Meditación: Recibir a Jesucristo en la propia vida implica luchar activamente por la paz. El burrito y el buey son expresión de la pobreza en la cual nace Jesús: ¡El Salvador ha elegido nacer en medio de los más pobres, y en condiciones precarias! El nacimiento de este Rey de la gloria, es una denuncia a todos los atropellos que se cometen a los hermanos. La naturaleza no podrá encontrarse en paz mientras los hombres y mujeres no aprendamos a vivir en armonía tanto entre
nosotros como con el resto de la creación.
Nos preguntamos: ¿Qué me dicen a mí las figuras del burrito y del buey? ¿Doy cabida en mi corazón a Jesús o le expulso de él con excusas? ¿Soy solidario con mis hermanos más necesitados? ¿Cómo lo demuestro? ¿Valoro la naturaleza y la respeto como parte de la creación?
Cantamos una canción. - Oración final y colocación de las figuras del burrito y el buey en el pesebre: Al ver al burrito y el buey, Señor, vemos el regalo que nos has hecho en la creación. Te pedimos perdón por aquellos que con intereses mezquinos cada día acaban con parte de la naturaleza. También te pedimos perdón por nosotros, porque muchas veces no sabemos ser solidarios con quien nos necesitan. Danos un corazón de carne, para que sepamos ser misericordiosos y dar nuestro calor
humano a los demás. Te lo pedimos por Jesucristo nuestro Señor. Amén. - Despedida: El Dios creador, que nos recuerda su amor en cada huella de Él que encontramos en la naturaleza, nos bendiga en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén
Cuarto día
19 de diciembre: La estrella de Belén.
- Saludo inicial: En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
- Oración para todos los días
- Presentación del personaje del día: Estar atentos a los signos de los tiempos, es vivir en una relación profunda con Dios, nuestros hermanos y el cosmos. Hoy meditaremos sobre la lectura de estos signos en nuestras vidas, recordándolos como aquella gran estrella que anunció el nacimiento del Mesías. La estrella de Belén no es cualquier estrella en el cielo, es el signo que guía hasta encontrar al Salvador que ha nacido, pero solamente pueden darse cuenta de ello los que miran el mundo con ojos que buscan al verdadero Dios. De esta manera, hay muchos detalles en nuestras vidas que nos pueden indicar a este mismo Salvador. Tengamos los ojos y el corazón bien abiertos para que podamos descubrir aquello que nos guía a Jesús.
- Lectura Bíblica: Ap 22,12-17
- Meditación: Jesús es la luz, es la estrella radiante de la mañana, es quien nos enseña el rostro del Padre. Su presencia ilumina toda nuestra vida y nos guía a que encontremos el sentido del amor en plenitud; nos convierte en signos radiantes de su alegría para que los demás nos vean como esas estrellas que guían hasta Él. Este es el don gratuito de su amor: su presencia resucitado en el hoy de la historia.
Nos preguntamos: ¿Qué significa la estrella de Belén para mí? ¿Verdaderamente siento a Jesús como la luz de mi vida? ¿Busco ídolos en el cosmos o busco las huellas de la presencia del Señor que me lleven hasta a Él? ¿Soy estrella radiante para los demás o mi vida es opaca, triste, sin reflejar a Jesús?
Cantamos una canción. - Oración final y colocación de la estrella de Belén en el pesebre: Te damos gracias, Señor, porque nos sigues amando, y nos muestras a través de la creación el camino que nos lleva a amarte. Tu Hijo es la estrella radiante de nuestras vidas, y así, toda la creación se llena de júbilo; el día al día le pasa el mensaje, la noche a la noche se lo susurra: ¡El Salvador ha nacido! ¡Nuestro Rey ha llegado! Por eso, la alegría se hace presente en la historia, y el pecado es vencido por tu
Amor. Infunde, Padre, ese espíritu de Amor en cada uno de nosotros para que seamos colaboradores de la historia de salvación que nos revelas a cada instante. Te lo pedimos por Jesucristo Nuestro Señor. Amén. - Despedida: Que la alegría de Dios Padre, Hijo y Espíritu Santo nos acompañe siempre y la llevemos a los demás. Amén.
Quinto día
20 de diciembre: Los ángeles
- Saludo inicial: En el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
- Oración para todos los días
- Presentación del personaje del día: En la actualidad mucha gente habla de los ángeles, pero los presenta como seres mágicos, celestiales, que son capaces por ellos mismos de dar el bien o el mal. La visión cristiana es diferente. Los ángeles aparecen en la Biblia como aquellos seres que llevan una buena noticia de Dios a los demás, comprometen a los destinatarios del mensaje y les van protegiendo de los peligros que les amenazan. Así, los ángeles aparecen ante los pastores y les anuncian a los más pobres el nacimiento de Jesús. Escuchemos el relato.
- Lectura Bíblica: Lc 2,8-14
- Meditación: En el lenguaje cotidiano, cuando a alguien se le compara con un ángel es porque ha hecho el bien a otro, y refleja en su vida el amor de Dios. Los ángeles van a anunciar a los más pobres la buena noticia del nacimiento de Jesús; son portadores de alegría y le muestran el camino a los demás para encontrar esta alegría. El coro celestial invita a glorificar a Dios con la paz, y esta no es una invitación particular para unos pocos, sino a todos los hombres porque el Señor les ama.
Nos preguntamos: ¿Qué significan las figuras de los ángeles para mi? ¿Qué representan? ¿Soy portador de buenas noticias para los demás?
Cantamos un canto sobre los ángeles. - Oración final y colocación de la figura del ángel en el pesebre. Tú has enviado, Señor, tu ángel para que camine delante de nosotros, protegiendo nuestros pasos y guiándonos hacia tus caminos; te sirves de ellos para anunciarnos buenas noticias. Enséñanos a ser buena noticia para los demás, a hacer el bien sin ninguna restricción, así construiremos la paz con nuestros hermanos y haremos realidad el Reino de Dios entre nosotros. Te lo pedimos por Jesucristo Nuestro Señor.
Amén. - Despedida: Dios que nos envía a anunciar su redención a todos nuestros hermanos y hermanas, nos bendiga en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén
Sexto día
21 de diciembre: Los pastores y las ovejas
- Saludo inicial: El día de hoy queremos unirnos a todos los hombres y mujeres que tienen un corazón sencillo, porque ellos son capaces de descubrir en medio de sus vidas las manifestaciones de Dios. Jesús lo ha afirmado al decir: “Bienaventurados los puros de corazón porque ellos verán a Dios”. En un momento de silencio busquemos a Dios que se hace presente en medio de nosotros, en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
- Oración para todos los días.
- Presentación del personaje del día: Los pastores representan a los pobres del pueblo de Israel, a aquellos que tenían su corazón puesto en el Señor y que vivían desde las necesidades de cada día que Dios es quien salva. El rey David había sido un pastor, y Yahvé le llamó para ser rey de Israel; los pastores del tiempo de Jesús son los primeros llamados a descubrir al Rey de la Gloria.
Este paralelo indica cómo el Reino de Dios se manifiesta en primer lugar y se construye desde los humildes. Escuchemos el relato del evangelio y pensemos si nos identificamos con estos pastores. - Lectura Bíblica: Lc 2,15-20
- Meditación: El pobre cree y actúa según su fe, puesto que para él la esperanza está en el Señor. Muchas veces nos llenamos de tantas cosas que dejamos de ser pobres y comenzamos a ser ricos en ideas, cosas, poderes… El pobre no da muchas vueltas y se pone rápidamente en camino, a ver según lo que le ha dicho el ángel, y no se queda con su fe, sino que la comparte con los demás.
Hay dos partes importantes de nuestra fe: oír y ver. Necesitamos escuchar el evangelio, creerlo y luego ir corriendo a ver, a vivirlo, a tener la experiencia de abandonarnos en los brazos del Padre.
Así, tendremos razones para alabar y glorificar a Dios, de lo contrario, nuestras alabanzas serán vacías, sin una base de la propia vida.
- Nos preguntamos: ¿Qué significan para mí las figuras de los Pastores y las ovejas? ¿Creo con
un corazón pobre o estoy lleno de tantas cosas que no me permiten creer en la buena noticia de
Jesucristo?
Cantamos una canción acorde al tema.
- Oración final y colocación de las figuras de los pastores y las ovejas en el pesebre: En los más pobres de tu pueblo, Señor, tú manifiestas la grandeza de tu amor. Danos un corazón pobre y
humilde, como el de los pastores a quienes tus ángeles anunciaron el nacimiento de tu Hijo; para que te podamos reconocer en los más necesitados de nuestra historia, y, atendiendo su clamor, imitemos tu amor. Por Jesucristo Nuestro Señor. Amén. - Despedida: El Dios que enaltece a los humildes, nos bendiga en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén
Séptimo día
22 de diciembre: Las mujeres y los niños
- Saludo inicial: Ya se acerca la fiesta del nacimiento del Niño Dios, y cuando es el cumpleaños de alguien, usualmente le llevamos un regalo. Preparemos ese regalo que somos nosotros mismos en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
- Oración para todos los días
- Presentación del personaje del día: En un pesebre siempre hay, junto con los pastores, mujeres y niños que corren hacia el lugar donde ha nacido el Mesías. Y es que la vida de Jesús fue un constante reivindicar de la situación femenina e infantil en la sociedad judía: para ellos, las
mujeres y los niños eran menospreciados y no se les tomaba en cuenta. Jesús, por su parte, asumía la salvación de toda la humanidad y por ello se acercaba sin temor a niños y mujeres. De hecho, el encargo más importante, anunciar la resurrección, fue dado a las mujeres. Meditemos sobre las relaciones que tenemos con mujeres y niños, a la luz de este Evangelio. - Lectura Bíblica (Lc 1,39-56)
- Meditación. Una mujer embarazada y su hijo en el vientre han reconocido la maternidad divina de María. La sensibilidad femenina ha sido capaz de descubrir aquello que estaba oculto. Y María reconoce la acción del Señor en la vida de los que son socialmente marginados con el canto del Magníficat. La servicialidad, la humildad, la sencillez, la apertura a la vida, el fiarse de la mano de Dios… todas estas son cualidades que se encuentran presentes en el corazón de la madre. Y si
queremos ser verdadera imagen de Dios, debemos procurar tener un espíritu de niños, libre de prejuicios y dispuesto para amar.
Nos preguntamos: ¿Qué significan para mí las imágenes de mujeres y niños en el Pesebre? ¿Soy capaz de reconocer los valores y las cualidades de las mujeres que me rodean? ¿Encuentro en los niños esa imagen de Jesús niño?
Cantamos una canción acorde al tema. - Oración final y colocación de las figuras de las mujeres y los niños en el pesebre. Señor, Dios de nuestras vidas, te damos gracias porque has sido para nosotros Padre y Madre, cuidándonos a cada instante, llenándonos de dones para vaciarnos, como las madres, en los
demás. Danos un espíritu libre, sencillo y disponible a amar, a quien sea y dónde sea, para que, como niños pequeños, nos dejemos conducir por ti y así hagamos realidad la fraternidad a la cual nos invitas. Por Jesucristo nuestro Señor. - Despedida: Dios que es fuente de verdadera humanidad, nos bendiga en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén
Octavo día
23 de diciembre: Los Reyes Magos en camino
- Saludo inicial: Ya se va acercando la fiesta de la Navidad, y cada día que pasa, pensamos en los regalos que vamos a dar a nuestros amigos, familiares. Tomémonos este momento para recibir el regalo que Dios nos quiere dar, que es su Palabra, y démosle también un pequeño presente, nuestra adoración. Hagámoslo en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
- Oración para todos los días
- Presentación del personaje del día: La tradición cristiana nos ha pintado a los tres reyes magos como aquellos hombres sabios que siguen los signos de los tiempos, una estrella brillante en el cielo, y así encuentran a Jesús en el pesebre. Simbolizan estos reyes paganos que la salvación de Jesús ha llegado para todo el mundo, judíos y no judíos. Melchor, Gaspar y Baltazar le dan como presente al niño aquello que era considerado muy valioso para ellos: oro, incienso y mirra. Escuchemos qué nos dice el relato bíblico sobre estos tres hombres.
- Lectura Bíblica: Mt 2,1-12
- Meditación: Los Magos van en primer lugar a donde los poderosos de Israel, pensando que el niño Jesús había nacido allí, ¿de qué otra forma podía ser si estaban buscando al rey del universo?
Pero Dios nos sorprende al elegir otro lugar para dejarse encontrar: Belén de Judá, un pequeño pueblo que era despreciado por todos menos por el profeta. En nuestras vidas, buscamos el poder de Dios en grandes manifestaciones, pero no nos damos cuenta de que Él actúa por medio de los pequeños. Los Magos se pusieron en camino y del palacio llegaron a una casa pobre; allí encontraron a María con el niño.
Nos preguntamos ¿Qué significan para mí las figuras de los reyes magos? ¿Dónde estás buscando la presencia de Dios en esta Navidad? ¿Te has puesto en camino, como los magos, o sigues instalado en el palacio de la comodidad, de la separación del otro…? - Oración final y colocación de las figuras de los Reyes en camino en el pesebre: Ven Espíritu de Dios a mi corazón, no veas el sucio que pueda haber en él y ayúdame a limpiarlo; dame ojos nuevos para poder reconocer tu presencia allí, donde nadie piensa que puedas estar; dame pies nuevos para salir de mi palacio y caminar, como los Magos, hasta tu pequeña casa de Belén. Te doy gracias, porque cada día haces nueva mi existencia, y así me haces testigo de tu amor con los hombres. Que mi oro, mi incienso y mi mirra, sean mi corazón, mi misericordia y mi acción. Por Jesucristo, Nuestro Señor. Amén.
- Despedida: El Señor que nos pone en camino hacia su encuentro, nos bendiga en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén
Noveno día
24 de diciembre: El Niño Jesús
- Saludo inicial: Esta noche es nochebuena y mañana es Navidad. Hoy se reúnen las familias para cenar juntos y compartir alegría y regalos. También es tradición colocar juntos el Niño Jesús en el Pesebre, llenando de contenido esta fiesta. Tomemos unos minutos y reflexionemos el sentido del acontecimiento que estamos celebrando en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo.
Amén.
Cantamos un canto navideño. - Oración para todos los días
- Presentación de la figura del día: Jesucristo es la verdadera razón de esta fiesta. La Navidad es el nacimiento de Jesús, y decir que Dios se ha hecho hombre, es afirmar que no es un Dios lejano, sino que ha querido asumir todos “los gozos y las esperanzas, las tristezas y las angustias de los hombres” de todos los tiempos, “sobre todo de los pobres y de cuantos sufren”. Escuchemos la narración del nacimiento de Jesús según el Evangelio de San Lucas.
- Lectura Bíblica: Lc 2,1-7
- Meditación: Ante el misterio de la encarnación del Hijo de Dios, no se puede hacer más que callar y dejar que hable en nuestro corazón. Por ello, guardemos unos minutos de silencio y contemplemos al niño que hemos encontrado envuelto en pañales y acostado en un pesebre.
Luego de un momento de silencio, nos preguntamos y compartimos: ¿Qué significa para mí el Niño nacido en Belén? ¿A qué me invita en mi vida?
Canto apropiado. - Oración final y colocación de la figura del Niño Jesús en el pesebre: Querido Niño Jesús, así comenzábamos nuestras cartas a ti cuando éramos pequeños, hoy queremos decírtelo porque hemos encontrado la grandeza de tu amor por nosotros. En nuestro caminar, nos hemos apartado de ti, pero hoy queremos descubrirte de nuevo, recibirte y seguirte por donde nos lleves, porque reconocemos que tú eres el Señor del universo, el Rey de la Gloria por siempre. Amén.
- Despedida: El Dios de la Vida, que nos ha regalado al niño Jesús para nuestra redención, nos bendiga en el nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
Edición Gilda Pernigotti