Con el permiso de la Municipalidad de Posadas para poder circular con el camión por el microcentro de la capital misionera, Gabriela Schirmer cumplió su sueño de llegar al altar de la iglesia arriba del histórico camión que maneja su padre. Para conocer un poco más sobre este sueño hecho realidad, Periodismo Misionero (PM) se contactó con la protagonista de esta historia para conocer más detalles sobre el hecho.
El gigantesco camión partió desde frente del Espacio Multicultural de la Costanera de Posadas. Semejante “bicho” era de cuidar para moverlo dentro de la ciudad y en una hora “pico”. Pero todo estaba previsto. Adentro del vehículo, Gabriela Schirmer era la novia y el que manejaba era su papá. El camión fue yendo por la calle Félix de Azara y cuando llegó a la plaza Nueve de Julio dejó la calzada y se subió a lo que es el solado del paseo central de Posadas. Allí a pocos metros, terminó su recorrido frente a la Catedral de Posadas. La novia, Gabriela de 30 años oriunda de Posadas había cumplido su suelo y también el de su progenitor. El 26 de diciembre –mismo día que cumplió años-, ella pudo cumplir su sueño de llegar al altar de la iglesia Catedral San José que se encuentra ubicada en la Plaza 9 de Julio de la ciudad en el camión que maneja su padre, Luis Schirmer. Allí, contrajo matrimonio con Marcelo Fermín Vázquez, quien es oriundo de Puerto Rico, aunque desde muy chico vive en Posadas.
Al respecto de su llegada al altar en el camión de su padre para dar el sí, Gabriela contó a PM los motivos. “La idea de llegar en el camión se me ocurrió como forma de agradecerle a mi papá por todo lo que hizo durante su vida por mi familia y por mí. Y desde que le conté esto a mí esposo, quedó fascinado debido a que sabe lo que esto representa para mí”.
Además, agregó el valor que tiene ese tipo de vehículos. “Para mi familia, el camión tiene un significado muy importante ya que fue nuestro sustento, gracias al trabajo de mi papá pudimos comer, estudiar y tener una vida sin necesidades”.
Luis Schirmer tiene 70 años, es descendiente de alemanes y nació en El Soberbio.
Actualmente está jubilado, aunque aún trabaja como transportista de Coca Cola -ya que el ejercicio de su trabajo no es incompatible con lo que refiere a la jubilación–
“Si es por mi papá, mientras le sigan otorgando el carnet, seguirá manejando su camión”, dijo Gabriela. A su vez, contó que su padre comenzó a manejar este tipo de vehículos desde los 19 años: “Primero manejó el camión del hermano, un Chevrolet naftero. En 1973 ingresó a la conscripción. Allí manejó el camión del ejército y en 1974 salió como conductor motorista”, recordó.
Respecto de su segundo camión, también había una historia detrás. “En 1982 tuvo su primer camión marca Aclo (vehículo de origen inglés armado en Argentina por la firma SIAM que también fabricaba coches en la década del ’60 del siglo pasado) que luego tuvo que traer a Posadas para arreglarlo. Una vez aquí, comenzó a trabajar para la empresa transportista Pedrozo, hasta que en 1991 pudo terminar de arreglar su camión. A partir de ello, trabajó solamente haciendo fletes con por su propia cuenta con el que llevaba maderas desde Misiones hasta Buenos Aires, Neuquén, Mendoza y a la vuelta de esos viajes, traía cebolla o sal hasta Clorinda”.
Actualmente, hace 16 años que Luis trabaja haciendo fletes exclusivos para la empresa Coca Cola, donde lleva cargas de este producto hasta Corrientes y por diferentes zonas de Posadas.
Teniendo en cuenta la importancia del camión en la vida de Luis, Gabriela comentó que junto a su esposo contrataron a un organizador de eventos, Leandro Benítez, a quien le gustó la idea de que ella llegase al altar en el camión de su padre: “A mi papá no quise contarle la idea hasta que la Municipalidad de la ciudad nos aprobase el pedido que presentamos con a través de una nota con fotos adjuntas del camión. Luego de la aprobación del pedido, cuando mi papá se enteró, se puso muy feliz y quería llevar a lavar el camión para que esté listo para el día de mi casamiento”, contó Gabriela.
En cuanto a la gran repercusión que tuvo este momento tan especial en su vida en las redes sociales indicó que no se lo esperaban. “Sabíamos que era algo fuera de lo común, pero jamás imaginamos toda la repercusión que tuvo el evento. La mayoría nos felicitó, nos decían que la llegada del camión les emocionó y mi papá se siente famoso, solo recibe mensajes en el que le piden para realizar notas, él está feliz y muy emocionado”, expresó.
Hasta el canal TN a nivel nacional se hizo eco.
Con respecto a su relación con Marcelo Fermín Vázquez, quien ahora es su esposo, Gabriela detalló que ambos se conocen desde que eran muy chicos ya que vivían a una distancia de tan solo tres cuadras en el Barrio Sur Argentino de Posadas. “Nunca fuimos compañeros de grado ya que él es cinco años más grande que yo, pero nos cruzábamos en actos de la escuela, en el barrio, en la Capilla San Mateo y en los colectivos. Nos llevábamos bien, pero nunca nos miramos con otros ojos más que los de amigos”, recordó.
A su vez, añadió como el conocimiento mutuo fue aumentando. “Cuando yo ingresé a la facultad, nos cruzábamos más ya que ambos fuimos a la Universidad Católica de Santa Fe en la que estudié abogacía y él arquitectura. Una vez, nos pidieron desde la Capilla que acompañemos a los jóvenes a un campamento parroquial, allí comenzamos a hablar más pero siempre como amigos, ya que él creía que yo seguía de novia. Pero cuando se enteró que ya no salía con ese chico, nos fuimos acercando más y ahora ya somos esposos”.
Gabriela y Marcelo planearon su casamiento desde hace algunos años atrás, sin embargo el pedido oficial de matrimonio llegó el 26 de diciembre del 2020 por lo que querían que su boda sea el siete de agosto del 2021 ya que en esa fecha cumplían diez años de novios, pero con las restricciones que seguían a flote por la pandemia del Covid-19, no fue posible.
Además, ambos tienen familiares que viven en Paraguay y en ese entonces, el cruce internacional aún no estaba habilitado por lo que decidieron casarse el 26 de diciembre del 2021, fecha en la que Gabriela también cumplió sus 30 años.
En cuanto a los preparativos de la boda, Gabriela contó que en junio del 2021 reservaron el salón del Hotel Julio César de Posadas en el que realizaron la fiesta del casamiento ya que era uno de los pocos lugares que en ese momento estaba habilitado. “El organizador fue Leonardo Benítez que nos recomendó nuestra madrina de casamiento y mediante un trabajo en conjunto fuimos armando la boda que para nosotros fue soñada”, dijo.
La fiesta fue completa. Hasta Fernando Rosa puso su impronta de humor en la ocasión. “También contratamos al humorista Rulo Espinola y a dos de los mejores fotógrafos, Facundo Angelino y David Quintana. Vivimos una noche soñada”.
Finalmente, Gabriela agradeció a la municipalidad de Posadas por haberles otorgado el permiso de ingresar el camión a la Plaza 9 de Julio y permitirles también recorrer las calles del centro de la ciudad hasta la Costanera para luego trasladar a la pareja hacia el hotel.
Notas: Micaela Carnevale
Edición: Mario Pernigotti
