Se realizó la inauguración del stand de Pymes Misiones en el aeropuerto internacional de Iguazú, donde los pequeños negocios de la Tierra Colorada mostrarán al mundo sus talentos.
“Es la forma de distribuir ingresos económicos y generar inclusión económica para los emprendedores de toda la provincia”, señaló Suzel Vaider, representante de la Agencia para el Desarrollo Económico de Misiones, ADEMI.
De esta forma, los pequeños negocios de manos misioneras tienen la oportunidad de una vidriera internacional.
Esta idea se viene trabajando hace ya cuatro años. Es trabajo articulado con el Gobierno de Misiones, Aeropuertos Argentina 2000, la CAMECA (Cámara Misionera de Empresas Constructoras de Misiones), ADEMI y por supuesto los emprendedores.
Algunas historias de emprendedores que inspiran
Una maestra artesana que le pone un poco de la identidad misionera en los mates que pinta
Es maestra, pero también artesana. Cuando cuelga el guardapolvo en la percha, se dedica a crear imágenes de la fauna y selva misionera en mates de madera. Silvia Zdanovicz, que junto a su esposo Alfredo, llevan adelante este emprendimiento que comenzó solamente con la fabricación de casas para pájaros en mates de porongo.
“Nosotros comenzamos a hacer intervención en los mates ya que nos parecía que en Apóstoles no había mates con una identidad propia. Esa identidad que solo se puede encontrar donde hay espacios de mucho verde, biodiversidad y la tierra colorada que nos rodea, por lo que, junto a mi esposo, decidimos comenzar con este arduo y maravilloso camino de realizar intervenciones en los mates”.
Silvia Zdanovicz tiene 52 años y vive en Apóstoles junto a su esposo Alfredo y sus dos hijos, Giuliano y Giovanni. Con Alfredo tienen un emprendimiento de carácter artesanal, recibe el nombre de “Güirá Oga, mates artesanales”, en el que intervienen mates de porongo con pinturas, hechas por ellos mismos, con motivos de la flora y fauna de Misiones. Además, Silvia es docente y está a cargo de una biblioteca escolar.
Sus proyectos han ido creciendo.
En su fábrica elabora unos mil cucuruchos diarios y provee a heladerías
En Posadas hay solo una fábrica de cucuruchos a cargo de un trabajador que en el rubro, le sobra experiencia ya que hace más de 30 años se dedica a elaborarlos en diferentes formas y tamaños. Para conocer un poco más sobre su emprendimiento, Periodismo Misionero (PM) conversó con Víctor Manzur, dueño de la fábrica de cucuruchos.
Hoy en día, el emprendimiento de Manzur y su familia tiene su propio espacio físico, el local de ventas de cucuruchos “Franquito” se encuentra sobre las avenidas de la ciudad Francisco de Haro y Cabred. En la misma, se fabrican cucuruchos de todos los tamaños, además también se elaboran capelinas, cubanitas y pañuelitos que, según indicó, en ocasiones se solicitan para fiestas de cumpleaños, fiestas de quinces, entre otras.
Además, contó que por día fabrican 1.000 cucuruchos en un tiempo de ocho horas de trabajo: “Siempre depende del modelo, hay cucuruchos más cortos y pequeños que se pueden hacer en un total de esa cantidad por día. Aunque hay otros, más grandes que cuestan un poco más ya que tienen otro tiempo a la hora de cocinarse”, dijo.
Usa madera misionera y fabrica tablas y piezas de ajedrez
Con guayubira, incienso, gautambú, grapia y anchico y a través de la fabricación digital, el manejo de diferentes programas y maderas 100 por ciento misioneras, Jonathan Osorio se dedica a construir tablas y piezas de ajedrez que luego son adquiridas por los fanáticos -y por qué no- coleccionistas de esta disciplina.
Atacó la rosácea con moringa, dejó todo y ahora vende su cosmética natural
Cambió la comodidad de una oficina por el desafío de emprender. Y no se arrepintió. Fue la rosácea que tenía lo que le llevó a Claudia Menendez a investigar en tratamientos alternativos, ya que con los medicinales no tenía respuestas. Así fue que conoció la moringa, una planta con muchas propiedades que terminó siendo el ingrediente básico de los cosméticos naturales que hoy vende bajo la marca Ecobella Moringa que posee junto a su hija Julia Bogado.