Estará el sábado 5 de marzo en la Cascada de la Costanera. Los adultos mayores que contarán con un lugar privilegiado. Su historia, su noviazgo y casamiento. Y ahora, con 80 años inicia su gira de despedida
En 1973, los nuevos aires del gobierno justicialista ya soplaba fuerte. El viejo líder Juan Domingo Perón volvía de España y se iba a hacer cargo del país. Ganaría las elecciones por tercera vez en su vida. Mientras en las radios, un cantante muy popular se animaba a cantar esta canción. Muchos lo recuerdan. Se llamaba Yo tengo fe.
Pocos años antes, el popular cantante había concentrado a todo el país.
Aquí no teníamos a Grace de Mónaco ni a Jackie Kennedy ni mucho menos, a Diana de Gales.
Pero teníamos a Palito y Evangelina.
Se habían conocido en la grabación de una película llamada -vaya título- Mi primera novia.
Más allá de ser una típica comedia “blanca” de los años 60, la popularidad del músico no decaía. Ella hacía sus “pinitos” y actuaciones en TV y en cine.
Vaya paradojas. En la película, ella termina casándose con otro, no con Palito.
Lo que no pudo concretarse en la ficción, ocurrió en la realidad. El joven tucumano, impulsivo, se puso el mejor traje, compró el ramo de flores más vistoso y se cayó por la casa de la familia Salazar.
Al estilo de otras épocas, el papá de Evangelina preguntó.
-¿Y cuáles son sus intenciones, mocito?
-Quiero ser el novio de Evangelina. Quiero pedir autorización para poder visitarla y cortejarla.
Así empezó todo.
En 2017, cinco hijos y una larga historia cumplieron 50 años de casados.
El flaquito tucumano siguió yendo y cumpliendo formalmente con su rol de novio aspirante a la mano de Evangelina.
Y lo logró.
El casamiento fue la llegada del Rey y su reina. Fue en la un 3 de marzo de 1967, en la majestuosa Abadía de San Benito de Palermo, el tímido cantante tucumano de origen humilde se casaba con la actriz porteña de sonrisa dulce y mirada triste que nunca había tenido otro novio que Palito, su primer y único gran amor.
Claro que aquel no fue un casamiento cualquiera. Él había alcanzado un punto altísimo de popularidad a partir de su trabajo en El Club del Clan -un envío televisivo donde muchachos y muchachas se dedicaban a cantar y bailar- y ella venía con una ascendente carrera como actriz después de haber trabajado en la exitosa telecomedia Señoritas alumnas, en el año 1962.
Para tener una idea del impacto que causó este casamiento, vayan los números. El feliz momento en que ambas estrellas del espectáculo dieron el emotivo sí, cerca de las 10 de la noche, transmitido en vivo y en directo, mantuvo a toda la Argentina paralizada. Además de la multitud de gente que anegaba el templo donde se produjo el casamiento -la salida de la iglesia fue un verdadero caos de apretujones al son del Aleluya-, la boda, que fue la primera televisada en el país, fue vista por el 82 por ciento de los argentinos que contaban entonces con un televisor en su casa.
Hasta figura en el Archivo General de la Nación. Y no era para menos.
La realeza argentina tuvo su fiesta. No en vano, lo llamaron El Rey.
La fiesta fue en los salones del Tiro Federal Argentino, con más de 600 personas invitadas entre familiares y famosos, la orquesta estaba a cargo del maestro Oscar Toscano, que recibía a los novios con la emocionante Marcha Nupcial, tocada por 20 solistas.
Un clásico de Palito fue cuando compartió pantalla con Libertad Lamarque en La sonrisa de mamá
Ya llegados los 80, Palito se animó a invertir sus dólares y traer a Frank Sinatra a la Argentina. Era 1981.
Al poco tiempo, Argentina devaluó y perdió todo el dinero invertido. Al poco tiempo, dejaron Argentina y se instalaron en Miami.
En los años 90, Palito volvió al país pero se dedicó a la política. Fue candidato y elegido gobernador de su provincia en la época en que Carlos Menem promovía a los famosos (Carlos Reutemann fue otro) para candidatos.
Y ya iniciado el nuevo siglo, Palito volvió a los escenarios. Los últimos años no sólo siguió cantando sus éxitos de siempre sino que se animó a grabar en el estilo de los viejos rockeros. Así se instaló en estudios de Nashville cerca de Memphis (donde estuviera Elvis Presley) y realizó un disco entero con canciones de ese estilo.
En Posadas.
El sábado 5 de marzo quedará marcado en los misioneros y gente de la región. Palito inicia su última gira. La de la despedida.
Su popularidad nunca decayó.
Y hoy los adultos mayores en la Cascada tendrán su lugar predilecto.
La organización contará con 3 mil sillas dispuestas especialmente para los adultos mayores y personas con discapacidad. Además, habrá ambulancias con equipos médicos, y gazebos distribuidos en el predio, dispuestos por Salud Pública.
La Cascada de la Costanera capitalina será la plataforma donde miles de adultos mayores se reencontrarán con su ídolo, su música, y lo mejor de su juventud, en lo que promete ser una fiesta que quedará grabada en la memoria de todos los presentes.
Teniendo en cuenta la enorme expectativa en torno al show, desde la organización sugieren sillones y mate o tereré, para disfrutar del espectáculo con mayor comodidad. El mismo dará comienzo poco antes de las 20 horas con la participación de artistas locales como Aldo Salgado, entre otros.