Tiene 37 años y dejó su país en guerra. Bogdan Holovchak llegó a Posadas el miércoles 11 de mayo. Un problema de salud le impide sumarse al ejército. Fue rescatado y traído a la Argentina junto a otros cuatro ucranianos. La comunidad lo recibió con el colorido característico de ese pueblo que tiene una bandera celeste y amarilla. Llegó el sábado al país, arribó este miércoles a Posadas, donde se instalará en un principio, con la idea de insertarse social y laboralmente
La ciudad Ivano-Frankvisk (se escribe en cirílico Ивано-Франковска) tiene unos 200 mil habitantes y está en el oeste de Ucrania a unos 150 kilómetros de la frontera con Polonia. Llegó a formar parte del imperio Austro-Húngaro en los siglos XVIII y XIX. A comienzos del siglo XX y tras la primera gran guerra, se apartó de esa pertenencia mientras muchos de sus habitantes galitzianos rumbeaban para la Argentina.
Los ucranianos recién venidos, llegaron al puerto de Buenos Aires, pero su esperanza era ir a Estados Unidos, dicen algunos historiadores. Pero parece que hubo problemas.
El entonces gobernador de Misiones Juan José Lanusse –rápido de reflejos- los invitó a instalarse en estas tierras. Y esos ucranianos aceptaron. Recibían 25 hectáreas de tierras y herramientas en consignación así como la obligación de empezar a cultivar un producto desconocido para ellos. La yerba mate.
Todo eso, hace más de un siglo.
Medio año atrás, Bogdan Holovchak llevaba una vida normal en Sumy al este de Ucrania a 30 kilómetros de Rusia. Eso es en la otra punta del país y muy alejado de su tierra natal. Él nació y se crio en Ivano Frankivsk, y cuando estalló la guerra él se encontraba trabajando en Sumy.
A fines de febrero todo empezó a venirse abajo.
Mientras en el otro extremo del país su hermosa ciudad natal Ivano-Frankvisk, colorida y con iglesias que terminan en cúpula empezó a ser bombardeada. En especial su aeropuerto y otros lugares estratégicos para la cuestión bélica.
En la actualidad, duelen ver las imágenes de los restos humeantes de la ciudad. El aeropuerto fue uno de los primeros objetivos militares cuando los ataques rusos arreciaron en febrero pasado.
Él dice que su problema de salud fue una condición que le evitó sumarse al ejército para combatir a los invasores. Según refirió Fernando Ortega Zabala -quien está cubriendo la guerra “desde el día uno”-tiene un “pequeño problema en una pierna”. Y eso habría sido motivo para excluirlo del Ejército.
Fernando Ortega Zabala (Fernando Oz, para quienes lo conocen) es un periodista argentino que cubre el conflicto. Él conoció a Bogdan y lo convenció de venirse a Misiones.
El miércoles 11 de mayo de 2022, luego de recorrer 14 mil kilómetros arribaba a Posadas y así intentaba dejar atrás el horror de la guerra. Es el primer refugiado que recibe la provincia. Tiene experiencia en el área del turismo, trabajó como administrativo y realizó algunos trabajos como periodista freelance, explicó Ortega Zabala. Dejó en su país, por el momento, a su mujer y a su madre.
Pudo salir del país por la zona de Ivano-Frankivsk de donde había salido apenas cuatro días al subirse al avión comandado por el piloto argentino Enrique Piñeyro, en Varsovia, Polonia.
El hombre aterrizó en Buenos Aires el sábado 7 de mayo junto con otras cuatro personas: una mujer de 72 años y una madre con sus dos hijos, quienes ingresaron a Argentina como turistas e iniciaron los trámites para ser refugiados .
El periplo no fue fácil, más aún al saber que dejaba atrás la tierra de sus afectos más cercanos.
La crónica de El Territorio dice que tenía el rostro abrumado y mirada sorprendida cuando fue recibido en el aeropuerto posadeño por integrantes de la comunidad ucraniana en la tierra colorada. Lo esperaban con vestimenta típica, abrazos y saludos en su idioma natal y pan con sal, una costumbre para recibir a quien viene de lejos y desearle buenos augurios. Quizá algunas ropas no se usen más ni algunas costumbres ya no se practican en la patria lejana. Pero es lo que tienen los que viven acá. Dejaron su país de origen hace más de cien años.
“Estoy muy agradecido por todo, siento que estoy en casa”, contó en ucraniano a través de Rodrigo Aranda, integrante de la colectividad que ofició de traductor. Al ver que la mayoría estaba con camisas bordadas con flores, explicó que también trajo una prenda así, pero no se la puso porque era de mangas cortas y pensó que haría frío.
Y, sí. Para un ucraniano que aquí haga 14 grados no es frío. Para un lugar como donde él vivía el invierno suele depararles temperaturas que van de 0 hasta 15 grados bajo cero.
Bogdan arribó al país el sábado junto a un contingente de otras cuatro personas que aterrizaron en un vuelo organizado por Solidaire, la ONG del cineasta y piloto de avión Enrique Piñeyro.
Lo recibió en el aeropuerto de la capital provincial el periodista Jorge Balanda, presidente de la Representación Central de los Ucranios en la Argentina, delegación Misiones, y dirigentes de la colectividad de la asociación ucraniana 27 de Agosto de Posadas.
Los otros migrantes quedaron repartidos en Buenos Aires.
“Estoy muy agradecido a Fernando (Oz) por la ayuda que me brindó. Juntos veíamos las imágenes de Ucrania y sentí cómo le impactaron hasta las lágrimas”, explicó en otro tramo Bogdan, que hace una semana salió de Ucrania por la frontera con Polonia. Tomó un colectivo y llegó justo a Varsovia para abordar el vuelo comandado y organizado por Piñeyro para llevar refugiados primero a España y finalmente a la Argentina.
Bogdan, dijo que le pone muy feliz saber que acá está rodeado de otros ucranianos y le llamó la atención tanta naturaleza.
“Vi una provincia muy verde”, comentó minutos después de poner sus pies en Misiones.
“Mi ilusión es que el próximo 9 de mayo, que en Ucrania es el Día de la Victoria, poder estar allá visitándola”, dijo y siguió: “Me siento bien de estar acá. Sé que Argentina es un país con mucha inmigración ucraniana. (Aquello fue) una gran diáspora y este es un gran país de Latinoamérica, un país muy hermoso”.
Más de 2 millones de personas abandonaron Ucrania desde el comienzo de la invasión rusa el 24 de febrero pasado, para buscar refugio, mayoritariamente, en los países de Europa Occidental. Todavía son pocas las personas refugiadas de la guerra que han llegado a la región.
Sobre Misiones Bogdan indicó que vio varios videos e imágenes sobre las colectividades aquí asentadas. “Ahora quiero ser parte de la sociedad y colaborar en todo lo que pueda”, destacó.
Balanda consignó que Bogdan tiene dos semanas aseguradas de techo y comida provistos por la provincia. Estará alojado en el hotel del IPS y tendrá un voucher para el almuerzo y la cena. En el consulado y la comunidad estarán ayudando para conseguir el departamento.
Y consiguieron el compromiso de la Universidad Nacional de Misiones (Unam) para empezar esta misma semana con talleres de español. Vivirá los primeros días en un hotel y luego abordarán la cuestión laboral y sus inquietudes. Sobre la documentación, están trabajando con las autoridades para que pueda recibir una visa humanitaria, que es lo que corresponde en estos casos.
“Nos pone muy felices y orgullosos”
El gobernador de Misiones, Oscar Herrera Ahuad, participó ayer de la recepción al refugiado ucraniano en el aeropuerto de Posadas y contó: “A nosotros nos pone muy felices y orgullosos que haya elegido la provincia para venir así como hace muchos años sus ancestros vinieron a la provincia. Pero también vinieron de todos los lugares del mundo porque Misiones es un crisol de razas”.
El primer mandatario le acercó unos obsequios, le convidó una chipa y le dijo: “Misiones siempre fue una provincia con el corazón abierto a recibir a los inmigrantes y en este caso nos hace recordar a los primeros que vinieron. Esta es una comunidad que vive en paz, que busca la paz y trata de estar por encima de todas las grietas porque acá conviven todos. Misiones es un ejemplo en Argentina y en el mundo de una sociedad que puede vivir en paz, puede crecer y desarrollarse”.