Paola Fernández vive en Chaco. Desde hace cinco años ayuda a mascotas callejeras. “Lo que más me motivó fue la falta de adopciones”, señaló. Necesita materiales para seguir ayudando.
“Empecé a rescatar perritos y no tenía dónde ponerlos. Me di maña observando la cucha de mi mascota”, señaló.
Se trata de Paola Fernández, una empleada de comercio que trabaja por la mañana y por la tarde. En su tiempo libre y desde hace 5 años, ayuda a las mascotas abandonadas.
“Las personas que las hacen se las van a poder llevar, siempre y cuando sea para un perrito callejero”, sostuvo Paola en diálogo con Diario Chaco.Ella trata de enseñarles a otros a hacerlas porque no da abasto.
Además, la integrante de la organización Puro Amor y Todo por Ellos, reveló: “Lo que más me motivó fue la falta de adopciones y de tránsito que hay. Al no haber, no queda otra que hacerle una casita y que el perro esté en la calle”.
Logró encontrarle “la vuelta” para que hacer el trabajo sea fácil, rápido y que no requiera tantos materiales para la construcción. El único requisito es que sea “cómoda” para el perro.
Querían comprarlas
Luego de que su iniciativa se hiciera conocida, le ofrecieron venderlas. Sin embargo, aclaró: “No vendo las casitas, las regalo. Son pura y exclusivamente para ellos. La ropa y los colchones sí, ya que con un abrigo que venda, saco para la tela y le hago prendas a cinco perritos de la calle”.
Un par de cuchas ya fueron donadas a perros adoptados por agentes de la Policía Caminera, en el Puesto Peaje Makallé. Además, varios abrigos fueron destinados a caballos recuperados por la Asociación Animalista Libera Chaco, la organización que se dedica a rescatarlos.
Cuando dejan las casas en un lugar, piden a los vecinos que colaboren con el cuidado para que no se las lleven. “Algunos les ponen cadena para que no se las roben y ellos se encargan de cambiarle adentro los colchones, porque los perros ensucian. Además me avisan si se rompió o si hay que reparar y volvemos a arreglar”, detalló.
Pide donaciones de tela, lonas y clavos
Desde hace casi un año, Fernández alquila un local que usa de depósito para guardar los materiales necesarios. Los palets los consigue gracias a empresas que le ofrecen, pero lo que más necesita son donaciones de tela, lonas y clavos.
En Instagram y TikTok, además de publicar las fotos del resultado final de su trabajo, tiene tutoriales sobre lo que hace. Cuando hay jornadas de enseñanza, las anuncia en sus redes sociales.
Cuando va a algún lugar a enseñar, solo pide por el transporte. “Lo demás lo pongo yo, herramientas y materiales. Hago las casitas todo el año. No paro de hacerlas acá en mi local”, remarcó. “El perro y el gato son familia. No podemos abandonarlos porque sí. Hay que buscarle la vuelta”, reflexionó.