José Cura fue el primero que salió a recibir a Eduardo “Balero” Torres en Apóstoles cuando llegó la tarde del jueves 16 de junio.
Era el cierre de la Feria del Libro en la ciudad de las flores y la semana había sido muy intensa. Habían pasado días de recibir gente (muchos estudiantes) y también de mostrar libros, escuchar a escritores y por qué no, de vender ejemplares.
Cura, ex intendente y bicicletero del pueblo, hoy retirado, junto a su esposa oficiaron de virtuales anfitriones mientras la Directora de Cultura, Stella Maris Pereira iba de acá para allá y trataba de poner la casa en orden en el salón “Raúl Delavy” que se llevó a cabo entre el 13 y el 16 de junio.
“Sí, estamos muy satisfechos por los logros obtenidos: las visitas y la asistencia fueron buenas y hubo charlas muy interesantes”, señaló Pereira.
Balero iba a constituir la última de esas exposiciones.
Al rato nomás, en medio de un atardecer cargado de nubarrones y clima hostil, ya estaba presente la intendente María Eugenia Safrán, siempre diciendo presente para este tipo de evento.
Y tras su pedido, se decidió aguardar a su hermano el inquieto y muy ocupado ministro de Hacienda. Adolfo Safrán quien no quiso estar ausente y la exposición comenzó.
¿De qué iba la cosa?
Torres venía a presentar su obra Socorro el desesperado grito de la selva, una novela científica donde se narran las aventuras de una familia de tucanes por los cielos (¡y por los suelos!) de Misiones.
En realidad, la ficción que utiliza técnicas de Esopo (los animales y hasta las plantas hablan e interactúan) es la excusa perfecta para conocer a fondo por qué Misiones tiene la mitad de la biodiversidad del país. “Es más que la fauna y flora”, como se decía antes, explicó Balero.
El obereño estuvo acompañado por la ilustradora del libro, la artista plástica también de Oberá Mariela Montero así como por la periodista Zuni Fariña quien ofició de editora del libro y además leyó en el inicio, el prólogo que escribiera para el mismo.
El presentador fue el periodista Mario Pernigotti
“¿Por qué elegí tucanes? –se le consultó a Balero- “Y, es sencillo: son aves típicas, muy típicas de Misiones. Pero si me preguntan por qué no elegí a los loros que también hay muchos en Misiones, en realidad contesto que hubiera elegido a la urraca azul que es muy de estas tierras y que me gusta mucho”.
Así, de manera sencilla y muy didáctica, fue explayándose sobre cómo tardó más de una década en conseguir todos los fundamentos científicos de la obra y cómo –a pesar de ser dura la lucha por la sobrevivencia- todo tiende a un equilibrio. La mamá tucán no puede cazar y matar pichones de boyeros porque ve a sus crías en esa situación y tiene lástima, mientras su pareja le dice: Mirá que eso es parte del equilibrio. Si no lo hiciéramos, sobrarían boyeros…”
El expositor también se refirió a su anterior oficio de agrónomo cuando gestionó las plantaciones de café en Campo Grande en la década del 70, tras dejar la formación en la escuela Agrotécnica de Eldorado y estudiar en la facultad de la UNNE.
“He cambiado mi perspectiva ya que antes solo veíamos a la tierra como un lugar que había que quemar (rozar) y tratar de sacar el máximo provecho posible. Esa concepción ya no va más. Ni para mí, ni para muchos más. Y eso es lo que trasmito en todas mis obras”.
Consultado por uno de los asistentes por qué había elegido ese tema, fue contundente: “Todas mis novelas y libros respiran Misiones, hay monte, selva, verde, agua, animales y plantas. Eso es parte de mí”, fue enfático.
La propia ilustradora Mariela Montero explicó cómo se fue imbuyendo de los personajes y cómo fue el proceso de buscar en la naturaleza, con viajes, fotos e imágenes para así plasmar sus dibujos en birome que acompañan la historia de los tucanes.
La propia intendente María Eugenia Safrán quiso saber cómo se puede difundir culturalmente en escuelas este tipo de trabajos y si no había riesgos de “partes muy explícitas en lo sexual” y que fueran expuestas a los niños.
A lo que Fariña puntualizó que había tenido algunas discusiones con Balero al respecto.
“Es que si tenemos el ESI –justificó el autor- y si la naturaleza es así, no lo podemos andar ocultando. De hecho, los que chicos que viven en las chacras en general son más achispados que los de la ciudad”, agregó entre risas de los presentes.
Aunque el programa preveía una media hora de exposición, la misma se extendió casi por 90 minutos y la atención nunca decayó.
En definitiva, una noche muy productiva
Los visitantes agradecieron la calidez y receptividad de los apostoleños.