Silvina Batakis fue el resultado de una charla entre el Presidente y la Vice. Cuenta con apoyo político. Tiene prioridades y urgencias, con la inflación como número 1
El domingo 3 de julio quedará para el recuerdo en el Poder Ejecutivo Nacional por las reuniones llevadas a cabo por el presidente Alberto Fernández quien se hallaba en la búsqueda de alguien que se animara a tomar el cargo de ministro de Economía. El día anterior, el anterior titular de la cartera Martín Guzmán había pegado el portazo.
Fue una jornada de tensas negociaciones ya que la comunicación entre el Presidente y la vicepresidente Cristina Fernández estaba virtualmente cortada. En ese punto, las gestiones de la dirigente de DDHH, Estela de Carlotto, achicó la brecha. Fernández llamó a Fernández y se pusieron de acuerdo. Aunque se especulaba que Martín Redrado o Carlos Melconián podían venir a ocupar el lugar, terminó siendo ungida una mujer, una profesional con tres décadas en ámbitos oficiales.
La designación fue para Silvina Batakis como nueva ministra de Economía.
Y ahí aparecieron las tareas pendientes que quedaron de la gestión Martín Guzmán, entre las que se encuentra la renegociación de la deuda con el Club de París, la definición de las nuevas tarifas de luz y gas, y promover una baja de la inflación.
Batakis deberá reprogramar su agenda para viajar a la capital francesa en momentos en que los vencimientos de la deuda con los Estados europeos se aproximan y se requiere de una nueva negociación para reprogramar los pagos.
El encuentro con la organización de acreedores estaba previsto para el próximo miércoles 6 de julio, con el objetivo de obtener una modificación de las metas para el segundo trimestre y renegociar nuevas condiciones de tasas de interés y plazos.
La ministra viene de desempeñarse en el manejo de las relaciones fiscales y financieras con las provincias, lo que le augura un gran base de apoyo de los gobernadores, en particular del oficialismo.
La urgencia de las cuestiones económicas apura la necesidad de enviar señales a los actores domésticos y del exterior que la ayuden a transitar los primeros momentos.
Batakis conoce la función pública y los pasillos del Palacio de Hacienda ya que se desempeñó durante el primer mandato de Cristina Fernández de Kirchner en el área de la Secretaría de Hacienda, lo que le permitió interiorizarse en el armado y el manejo del presupuesto.
Ya estuvo con Scioli
Una experiencia clave para la futura titular del Palacio de Hacienda resultó su gestión en la cartera de Economía de la provincia de Buenos Aires entre 2011 y 2015, durante el segundo período de Daniel Scioli como gobernador.
Su reciente desempeño en el Ministerio del Interior transitó sobre dos ejes claves. Por un lado, debió instrumentar el denominado “Consenso Fiscal” con las provincias para ordenar y armonizar todo el sistema tributario.
Sobre este tópico, Batakis consideró que el acuerdo con las provincias apuntó a devolverles “autonomía política”.
En ese punto, el gobernador de Misiones, Oscar Herrera Ahuad, recordó la actualidad de la provincia. “Ante los acontecimientos de cambios en el gabinete nacional los misioneros tenemos la saludable expectativa de ser escuchados para hacer realidad la zona franca, que se realicen las obras energéticas postergadas por la EBY”.
Así, puso de relieve las demandas misioneras fundamentadas en los últimos resultados del Censo Nacional. “(Pedimos) que se actualice el índice de Coparticipación Federal con los resultados del nuevo censo, donde Misiones es la gran provincia emergente de la Argentina, luz, gas y combustibles con precios accesibles para incrementar la producción que demanda nuestra industria y nuestros productores”.
Asimismo Herrera Ahuad solicitó la reglamentación del artículo 10 de la ley de Pymes.
Hay problemas macroeconómicos como pagar bonos, el FMI, la reprogramación de plazos
Inflación, lo más urgente
Pero la urgencia por controlar el proceso inflacionario se convertirá en el tema más sensible para la flamante ministra, quien deberá manejar con cuidado la actualización tarifaria a partir del recorte de los subsidios al consumo de luz y gas.
Al mismo tiempo, no podrá descuidar algunas cuestiones macroeconómicas, como la renegociación de la deuda en pesos que va venciendo y sobre la cual es preciso reprogramar los plazos, para lo cual deberá coordinar con el Banco Central el manejo de la tasa de interés y la asistencia financiera al Tesoro.
A Batakis también le espera la revisión de las metas cuantitativas acordadas con el Fondo Monetario Internacional (FMI) dentro del actual programa de Facilidades Ampliadas, que le permita al país acceder a otro tramo de financiación con fondos frescos y para reforzar el sistema de reservas.
Hay problemas macroeconómicos como pagar bonos, el FMI, la reprogramación de plazos
Las negociaciones con el FMI comenzarán antes de fin de mes, aunque el organismo le dio al Gobierno argentino un margen de maniobra más amplio para que el cumplimiento de las metas fiscales pueda administrarse a lo largo del año siempre que a fin de 2022 el déficit sea del 2,5% del PBI.
El mercado financiero espera ahora señales de la nueva ministra tanto en materia financiera y cambiaria como también en medidas de contención de la inflación.
Un día intenso
Tras varias horas de febriles conversaciones en la Quinta de Olivos para resolver la urgencia de la vacancia que dejó Martín Guzmán en el Ministerio de Economía, y a horas de que el mercado financiero abra una nueva jornada de actividad, la portavoz presidencial, Gabriela Cerruti, confirmó que la reemplazante será la economista Silvina Batakis.
De una charla telefónica con la vicepresidenta Cristina Kirchner, a quien el presidente se negó a llamar hasta la noche, se consensuó el nombre de Batakis, luego de barajar otras opciones que quedaron en el camino.
Una jornada de definiciones
En una jornada donde primó el hermetismo, el presidente Alberto Fernández se reunió durante el domingo en la Residencia de Olivos con su círculo de funcionarios más cercano para definir los cambios en el Gobierno tras la renuncia Guzmán al Ministerio de Economía, tras lo cual surgió la designación de Batakis para reemplazarlo.
A las 11 de la mañana, el portón verde de la Quinta de Olivos, ubicado entre las calles Carlos Villate y Hernán Winemberg, se abrió para recibir al presidente de la Cámara de Diputados, Sergio Massa, que llegó antes de lo anunciado para el encuentro con el primer mandatario.
Un grupo de periodistas se acercó a la camioneta negra Hyundai que trasladaba al líder del Frente Renovador para intentar confirmar su presencia en el lugar, pero las ventanillas altas y el vidrio polarizado dificultaron tener una imagen clara y preanunciaron que en la jornada iba a primar el hermetismo.
La misma situación se repitió durante todo el día en el arribo de cada funcionario, e inclusive la Policía Federal, que se encontraba custodiando la entrada, por precaución colocó conos naranjas sobre la acera para marcar el descenso de velocidad de los vehículos con el fin de cuidar a los periodistas.
Luego de Massa, se sucedieron las llegadas del Secretario General de la Presidencia, Julio Vitobello; la portavoz Gabriela Cerruti y el funcionario de Comunicación y Prensa Marcelo Martín, y fue habilitada la Sala de Prensa, ubicada sobre Villate.
Tras las 14.30, Massa dejó la Quinta de Olivos por el túnel de la Avenida Libertador y se dirigió a otra reunión en Tigre. Volvió, por el mismo lugar, a las 17, sin ser divisado por la prensa.
Entretanto, el secretario de Asuntos Estratégicos, Gustavo Beliz, y el secretario de Comunicación y Prensa, Juan Ross, se sumaron a la reunión.
Sobre el final de la tarde también llegaron el jefe de Gabinete, Juan Manzur, y la secretaria Legal y Técnica, Vilma Ibarra.
Algunos pasaban en auto y tocaban bocina a modo de protesta y otros ponían los dedos en ‘V’
Varios vecinos y vecinas que pasaban por el lugar se sorprendían por la presencia de las cámaras de televisión y se quedaban unos minutos a observar para luego continuar con su rutina.
En algunos casos, vehículos que pasaban tocaban bocina a modo de protesta, y en otros casos, ponían los dedos en “V”, en muestra de apoyo al Gobierno.
Por la tarde, un hombre llegó con una pancarta que decía “Basta, hasta acá llegamos”, y continuó hasta la noche sosteniendo la misma consigna.
Por la noche, una señora se sumó solitaria con una cacerola al reclamo contra el Gobierno, lanzando denuncias al aire como “fuera el comunismo de Argentina”.
Sobre el final de la jornada también hubo un aumento de la presencia policial con cambio de guardias por parte de la Policía Federal, hasta que finalmente se supo el nombre de Batakis y la zona volvió a la normalidad.