Se llama Grace Victory y a fines de 2020 (cuando aún no había vacunas) tuvo a su bebé por cesárea mientras padecía un severo cuadro de coronavirus e inmediatamente decidieron ponerla en coma. En ese lapso llegó a estar muerta durante cinco minutos y los médicos le calculaban un 5% de posibilidades de supervivencia tras sufrir un paro cardíaco.
Así, haciendo honor a su nombre (Victoria con gracia) puede tener a su bebé y el cariño de su familia mientras revive los momentos vividos.
“Volaba por el aire en mi coma”
“Estaba embarazada de siete meses cuando comencé a sentirme mal. Era diciembre de 2020 y mi hijo Cyprus iba a nacer en febrero”.
“Fui al hospital y mis niveles de oxígeno estaban realmente bajos. Pedí a los médicos dar a luz y mi bebé nació por cesárea de emergencia, en Nochebuena”.
“Mi intuición lo salvó y creo que luego me salvó a mí. Luché y luché para volver a verlo.
La YouTuber británica Grace Victory acababa de dar a luz a su bebé cuando la pusieron en coma. Su relato formó parte de una historia de BBC Mundo.
La influencer de 31 años estaba tan enferma de coronavirus que la mantuvieron dormida durante tres meses.
Grace describió, en primera persona, cómo supero esa adversidad y las lecciones que aprendió.
Cuando pienso en el parto, no siento que fuera traumático en absoluto. Fue muy tranquilo, muy relajado, y recuerdo haber tocado brevemente a mi bebé. Entonces concluyeron que necesitaba cuidados intensivos.
El 26 de diciembre acepté que me pusieran en coma. Recuerdo a mi pareja Lee llorando y no podía entender por qué. Estaba confundida y no me daba cuenta de lo grave que era la situación.
Y así su relato continuó:
“En el coma me parecía estar en un sueño muy largo y extraño. Vi una luz verde y cosas espirituales, y tuve una conversación con Dios. Volaba. Y volé hasta Malasia en un momento. Después de un mes tuve un paro cardíaco y me explicaron que en realidad estuve muerta durante cinco minutos.”
Cuando desperté en marzo, quienes me atendían me dijeron: “Eres, literalmente, nuestro milagro. Se hablará de ti durante los próximos años porque no deberías estar viva”.
Y allí dio su explicación, sencilla y a la que se recurre desde tiempos inmemoriales: el rezo y la plegaria por alguien que la está pasando mal.
“Creo que la razón por la que estoy aquí es que muchas personas oraban por mí; todo el mundo en las redes sociales, y mis amigos y familiares.
Es increíble que no sufriera daño cerebral; me sentí como un milagro durante aproximadamente un mes.
Luego, la realidad de lo que había pasado me golpeó; el puro trauma de esa realidad.
Me di cuenta de que tenía que aprender a caminar de nuevo y pensé: esto es una broma.
Y me sentía muy culpable por no estar allí para Cyprus. Sé que lloraba por mí.
“No lo sentía mío”
Todavía siento dolor por las primeras etapas de Cyprus: su primera sonrisa, su primer llanto, su primer baño… todo eso lo extrañaba. No pude amamantarlo. La gente siempre me dice que él no lo recordará, pero yo sí lo recuerdo.
Solo me permitieron verlo una hora mientras aún estaba en cuidados intensivos. Ver cómo lo cuidaban desde el hospital por FaceTime fue muy difícil.
A Cyprus no lo sentía mío. Yo estaba muy débil, todavía me alimentaban con un tubo y me preocupaban los gérmenes, así que no quería besarlo.
Pero cuando me trasladaron a un hospital de rehabilitación en Hillingdon comencé a sentirme como una verdadera madre.
Tenía mi propia habitación y me lo traían todos los días de 14 a 20 horas. Podía cambiarle el pañal, darle de comer y estábamos constantemente en contacto, piel con piel.
Como solía trabajar con niños, sé cuán importantes son esos primeros meses para la vinculación. Podría haber sufrido algunos problemas de apego, pero es un verdadero niño de mamá.
Me afeité el pelo antes de que me dieran el alta porque estaba muy enmarañado y me preocupaba qué fármacos aún podrían permanecer en mi cabello. Necesitaba deshacerme de la energía y el olor del hospital. Fue muy purificador para mí.
“Me siento confundida sobre Dios”
Los médicos quedaron asombrados con mi recuperación. No he recuperado el agarre en el pulgar pero me han dicho que se curará y, si no, me pueden operar. Realmente no afecta a mi vida.
Mis órganos y pulmones ya están desconectados de las máquinas. Los especialistas aseguran haber evaluado en reuniones mis tomografías computarizadas y simplemente no pueden creerlo, no les cuadra.
La cicatriz de mi traqueotomía no se ha curado muy bien, pero los médicos dicen que tiene arreglo. Mi voz es ahora mucho más ronca, pero no me molesta.
Para quienes entienden inglés pueden ver la entrevista a Grace en la TV británica.
Mentalmente, sin embargo, he necesitado mucho apoyo. De hecho, ahora estoy en un momento espiritual en el que estoy bastante enfadada con Dios y me siento un poco desconectada.
En el cierre, dejó su mensaje:
Por lo que he pasado y visto sé que el mundo de los espíritus es real, pero no puedo negar la ira y la confusión que siento. Estoy en paz con lo que pasó, pero no lo estoy con lo duro que ha sido.