La Economía es una ciencia social que trabaja sobre algunas bases sólidas: cómo producir, almacenar y distribuir bienes y servicios en una sociedad. Asistida por la tecnología, puede lograr llegar a más población (más consumidores) con menores costos (economías de escala). En las últimas décadas ha estado jugando muy fuerte la cuestión del cuidado ambiental y es un jugador más.
Otra definición de la Economía es: “La asignación de recursos escasos a fines alternativos”.
Es muy micro, pero sirve también.
Pero hay algo más y que tiene que ver con la parte más “social” de esta disciplina.
Se sabe que las expectativas influyen en la economía.
Para ejemplo, simplemente vale recordar qué pasó con el breve interinato (¿se puede decir sin ofender?) de Silvina Batakis en el ministerio de Economía.
Durante la efímera gestión de Silvina Batakis el dólar blue saltó de 239 a 326 pesos, explotaron el dólar bolsa y el contado con liqui, y el riesgo país coqueteó con la barrera de los 3000 puntos básicos. El marido de Pampita se jactaba que el dólar llegaría nomás a los 400 pesos…
¿Qué expectativas jugaban ahí? Las peores.
Pero, el anuncio de la llegada de Sergio Massa al gobierno, investido con la autoridad que le confiere esa suerte de “superministerio” no sólo aportó algo de calma en un país que parecía avanzar indefectiblemente hacia el abismo sino que pareció haber renovado un moderado “clima de expectativas” positivas.
Así, cambiaron las expectativas
Tras haber alcanzado el pasado 22 de julio un récord de 350 pesos, el dólar informal retrocedió significativamente, cerrando la rueda del martes a $290 para la venta, con lo que completó así una caída de 60 pesos o 17% desde su precio máximo. Los bonos argentinos que cotizan en Wall Street y el mercado bursátil local mostraron una tendencia alcista. Y el riesgo país tuvo un fuerte retroceso hasta bajar a los 2451 puntos básicos.
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