La historia de la empresa de transportes de Paraguay que cobra pasajes por un tren que no es propio y por una concesión que no posee. La situación tendería a normalizarse el jueves 15
“Es un verdadero papelón internacional”, sostiene el colega Martín Boerr mientras envía la columna a La Nación.
Y lo es, qué dudas caben.
Un día antes, todo era felicidad y reencuentro.
El tren de pasajeros entre Posadas y Encarnación volvía a funcionar. Acto, funcionarios, diplomáticos, aplausos, banderitas.
Pocas horas después, todo mal.
A las 7:15 había salido puntual como un servicio inglés el tren desde Posadas. Pero cuando llegó el turno de pegar la vuelta, en Encarnación, todo estaba complicado.
Había dos ventas de pasajes y dos tipos de ingreso: uno al tren propiamente dicho y otro a la zona de acceso de preembarque que había sido construida por la firma paraguaya que se encarga del transporte de carga y que -de paso- tiene a cargo la estación de Encarnación. Sobre esta segunda condaición, la empresa del lado paraguayo se montó para cobrar el ticket.
Una boletería pertenece a de Don Casimiro, operador del tren y la otra de Itapúa Logística SA que tiene la concesión del tren de cargas (de allí su nombre, o sea, que acarrea cosas y transporta bienes pero no personas) y (este dato es importante) la estación de Encarnación.
Así que el que quería viajar de Encarnación a Posadas en tren debía abonar dos veces. Una para entrar en la zona de la estación y otra para el viaje.
Conclusión. Nadie viajaba. El tren venía a la Argentina vacío.
Los pasajeros que querían subir al tren se encontraron con que había dos boleterías. Una de Itapúa Logística que cobraba 18.000 guaraníes (unos 370 pesos argentinos) por ticket, sin ser reconocida por los inspectores y empleados de la empresa operadora del tren Casimiro Zbikoski.
Por otro lado, estaba la boletería de la empresa argentina Casimiro Zbikoski, que opera el tren, y que cobraba un boleto de 12.700 guaraníes (unos 260 pesos), que no era admitido por las autoridades Migratorias y de la empresa concesionaria de la boletería, Itapúa Logística, que tampoco dejaba ingresar a esos pasajeros.
Para resumir: para entrar a la estación y subir al tren hacía falta contar con dos pasajes, y gastar casi 1000 pesos.
Esto pasado a cifras internacionales implican más de 3 dólares o euros. En Europa cualquier servicio urbano de pasajeros no supera 1,50 euro (o dólar): en casi todas las ciudades está a 1 euro
En cambio, aquí se buscará una solución que implicará un valor tres veces superior al del primer mundo.
Lo más probable es que se admita que Itapúa Logística perciba un canon o tasa por el uso de sus instalaciones y según estimaciones el valor rondaría los 50 centavos de dólar, esto es, unos 150 pesos argentinos. A los que habrá que sumar -ahora sí- el valor del ticket que percibirá la firma argentina.
Según el abogado de Ferrocarril Casimiro en Paraguay, Juan Ángel Cabrera, el Consorcio Itapúa Logística construyó la nueva estación. “Sin embargo -señaló en una nota a Noticias del 6- toda esa infraestructura, todos esos materiales correspondían a la vieja estación construida por Ferrocarril Casimiro. Y de todos esos materiales se sirvió el consorcio Itapúa para mudar la estación a unos 200 metros antes de habilitarse los nuevos servicios pero con todos los materiales que ya estaban. Así que no se puede decir que han hecho una inversión. Y todo esto constituye un despropósito”.
No es la primera vez. En épocas anteriores, el Centro de Frontera en el Puente Internacional (como lo es, por ejemplo en Santo Tomé-Sao Borja) dejó de funcionar como tal y Paraguay trasladó sus oficinas y funcionarios de Aduana y Migraciones al lado de Itapúa.
En una palabra, si la crisis se zanja, probablemente sea a costa de los pasajeros. Que pasarán a pagar más caro que en el primer mundo porque algunos consideran que tienen derecho sobre el bolsillo de la gente (y gente humilde en general) sin más.
El sitio de canal 12 informa que en la mañana del jueves 15 la situación parecía normalizarse. No muchos, pero había pasajeros que se animaban a ir y volver. ¿El costo? Casi 500 pesos (por viaje, ida y vuelta casi 1000 pesos). Esto es a valores internacionales, aproximadamente 1,50 euro.
Vergonzoso e inaceptable. Deberían ser sancionados con una multa importante. Con las personas no se juega.
Tal cual. Coincidencia al 100%