La noche era agradable y los jóvenes universitarios estaban en un momento de distensión y probaron hongos alucinógenos. El enano lo denunció
Habían viajado hasta un pequeño pueblo, se alojaron en un hotel y decidieron salir a tomar algo. Ese “tomar algo” se transformó en el paso de las horas en un “probar estos honguitos”. Y de ahí, a tomar decisiones incorrectas. Muy.
Eran alucinógenos, sin dudas.
Todo era risas y el estado en general es de estar un poco descentrados: todo da vuelta y los colores son más intensos. Hay cierto tipo de música que va con ello.
Pero el joven no se quedó con el grupo.
Lentamente y bamboleando, se alejó y se internó en un bosque. Bueno, eso pensaba él al menos.
Hasta que lo encontró.
-Eres un duende? –le preguntó al ver su pequeño tamaño y escuchar la voz un tanto aflautada.
No entendió lo que el otro le contestaba.
Ahí mismo, procedió
-Me tienes que contar dónde guardas tu marmita con monedas de oro, ¿sí? Vas a ser bueno y me vas a llevar allí.
Es la vieja tradición celta que habla de los seres pequeños (gnomos, elfos o duendes) que se mueven en los bosques y que poseen poderes además de atesorar su marmita repleta de monedas de oro.
Como el otro no contestaba, o el estudiante no entendía bien, decidió tomarlo.
Aunque el “duende” pataleaba y tiraba maldiciones, el universitario hizo caso omiso y lo llevó. Entró en esas altas horas al hotel y nadie lo vio…
Se dirigió a su habitación, y lo metió de uno solo movimiento a su secuestrado en un placard.
-Hasta que no me digas dónde lo tienes, no te suelto..
Y se quedó dormido.
Al día siguiente, en la resaca de su noche, seguía chocho por su captura.
Ahí aparece Kat, una de las chicas que fue parte de la excursión.
Y lo contó en Twitter.
“Cómo olvidar la vez que un estudiante de cierta universidad en un mal viaje creyó que había capturado un duende, pero secuestró un enano y el enano lo denunció”.
Y siguió: “Un grupo de amigos se fue a un pueblo cercano. Se hospedaron principalmente en un hotel, y salieron cerca al pueblo como a pasar la noche. Esa noche metieron alucinógenos, y mientras todo era risas, uno de ellos se alejó”.
“Ya pasado el mal viaje alucinógeno, no lo encontraban. Empezaron a buscar, y bueno, al día siguiente regresaron al hotel y encontraron al tipo en la puerta de la habitación, todo feliz”.
Kat es colombiana además afirmó que el chico drogado en su viaje manifestaba entusiasmado “que mientras él se había alejado, había encontrado un duende, que decidió capturar al duende para que lo llevara a la olla de oro”.
Enseguida sus amigos incrédulos accedieron a ir donde el hombre tenía detenido al “duende”. “Abrió el placard y resulta que era una persona con enanismo. El sujeto de baja talla procedió a denunciar por secuestro”.
Enseguida de contar la controvertida historia, la mujer aseveró que contaba con el permiso del protagonista para contar la experiencia vivida por ese medio ya que como él aseguro es de dominio público y todo el mundo sabe del hecho en su universidad.
Popularmente, los duendes siempre han tenido relevancia, hay algunas personas que creen firmemente en estos seres mitológicos, les guardan respeto y admiración, otros hasta los tienen como amigos y dicen haber vivido experiencias inimaginables con ellos, así mismo están los incrédulos que solo los relacionan con historias de fantasía.
Estos pequeños seres son populares en la cultura irlandesa, donde se relacionan con la suerte y la famosa olla de oro al final del arco iris. Según la leyenda, son criaturas solitarias que pasan su tiempo haciendo y remendando zapatos.
Es claro, la mitología regional guaraní también tiene sus propios duendes: el pombero y el yasy yateré entre los más populares.
Un humano si encontrara con un duende, ya sea a propósito o accidentalmente, e intentará capturarlo. Si tiene éxito, el duende concederá tres deseos u otorgará una marmita de tesoro a cambio de su libertad. Sin embargo, a menudo distraen a su capturador lo suficiente para escapar, y crear estragos antes de desaparecer.
Por otra parte, usuarios en la plataforma de videos de TikTok, han compartido sus experiencias con estos pequeños y aseguran haber experimentado situaciones de travesuras, y hasta les ha tocado abandonarlos porque se llegan a obsesionar con sus dueños o familiares.
