Famosa en todo el país por sus calles, veredas y paseos públicos cargados de motivos navideños, Capioví llegó a su aniversario 102. Fundada un 12 de octubre de 1920 por el adelantado Carlos Culmey hoy exhibe un sentido de pertenencia, trabajo, limpieza y unión en la localidad
La ciudad de la Navidad llegó a 102 años, fue creada el 12 de octubre de 1920. Capioví es una localidad con una rica historia y su comunidad tiene un gran sentido de pertenencia. La localidad celebró su 102° en la céntrica plaza De los Pioneros con la presencia del vicegobernador, Carlos Arce el intendente Alejandro Arnhold, autoridades provinciales, municipales y su comunidad, entre homenajes, reconocimiento y testimonios de capiovisinos que continuó con un desfile cívico militar.
El Vicegobernador recordó los inicios de Capioví, y su recorrido hasta hoy y destacó a los primeros pobladores y el crecimiento a base de trabajo y esfuerzo, “que nos hace orgullosos de nuestros antepasados que forjaron los 77 Municipios” de la Provincia.
En otro tramo de su alocución, se refirió al crecimiento de nuestra provincia “pese a las grandes dificultades, somos argentinos que vivimos en Misiones y sufrimos muchas veces las políticas nacionales y hoy podemos decir que vivimos en paz en nuestra Provincia, no gracias sólo al Gobierno, sino a la Sociedad, a la población, al esfuerzo de todos y todas las que empujan cada día para que nosotros, funcionarios circunstanciales podamos seguir ayudando y acompañándolos.”
A su turno el intendente Alejandro Arnhold agradeció a los vecinos “por trabajar en conjunto para tener una ciudad limpia y ordenada. Mucha gente nos pregunta cuánto invertimos en limpieza y la verdad que hay que destacar que la comunidad se compromete en mantener la localidad reluciente”.
Luego del acto se realizó un desfile cívico militar que tuvo la presencia mirada de una gran cantidad de público
La historia del pueblo comienza cuando la compañía de Carlos Culmey (también fundador de Montecarlo y Puerto Rico)adquiere en 1919 terrenos en la zona. Un año después llegó Enrique Graef con su familia y se convertirían en los primeros colonos de Capioví. Aprovechando la caída de agua del Salto Capioví, Culmey mandó a instalar un aserradero aguas abajo del mismo generando energía con un molino que aún se conserva.
Con el paso de los años, Capioví adquirió reconocimiento nacional por sus adornos navideños preparados por su gente con material reciclado, en especial, botellas PET descartadas.