Con sus 95 años, el “Arandú” fue ovacionado por el público porteño que disfrutó de la interpretación de algunas de sus más emblemáticas canciones en formato sinfónico en el Centro Cultural Kirchner. Y Posadas prepara otro homenaje similar: El miércoles 16 serán presentadas en el Teatro Lírico del Parque del Conocimiento
El gualambao tiene nombre y apellido: Ramón Gumercindo Cidade. O, Ramón Ayala, su nom de guerre. Ya se sabe, por ley se declaró al gualambao patrimonio cultural. Y su autor, en vida, recibe homenajes únicos.
Mezcla de melodía guaraní y ritmo afro, formado por la polca y la galopa. Se escribe en compás de 12/8. Ramón Ayala nació en Garupá hace 95 años. Escribió más de 300 canciones. Su infancia en Misiones significó una fuente inagotable de inspiración.
Y así, este emblema de la música del Litoral y uno de los grandes referentes de la música popular argentina, fue homenajeado la noche del domingo 6 de noviembre en el Centro Cultural Kirchner con un emotivo concierto en el que El Mensú recibió de manos de Tristán Bauer, ministro de Cultura de la Nación, una placa en reconocimiento a su trayectoria
“Tuvo que haber música para contener a toda nuestra provincia, de norte a sur y de este a oeste. Tuvo que haber alguien que comprenda la profundidad del alma de personas que viven ahí. Y allí aparece el gualambao. Y allí aparece Ramón Ayala. Un ser mágico que comprende cada una de esas almas. Indudablemente (se trata de) un ritmo, una danza que ve el más allá. Y que así como está presente hoy en nuestra tierra, va a estar presente por la eternidad. Eso es el patrimonio de los misioneros, la identidad misma de nuestra gente” reflexiona visiblemente emocionado el multifacético artista Luis Marinoni, director del Ballet Folklórico del Parque del Conocimiento y con una larga trayectoria sobre los escenarios.
Homenaje en Buenos Aires
En CABA, un comienzo solemne, con la reproducción del recitado del poema “Ser” -en voz de Ramón-, dio lugar al concierto de 45 minutos, que estuvo dividido en dos segmentos. Primero una parte instrumental con una orquesta de piano, cuerdas y percusión (Cacho Bernal) con arreglos y dirección de Juan de Dios Rivas, que interpretó “Alma de lapacho”, “Corochiré” y “El gualambao”; y una segunda, que contó con dirección musical de Maru Figueroa y se ejecutaron clásicos como “Posadeña linda” en la voz de Cecilia Pahl; “Retrato de un pescador”, en una versión enérgica interpretada por la destacada Nadia Larcher; y “El mensú”, con Walas –cantante de la banda de rock Massacre y sobrino de Ayala–, quien desde su personal impronta sorprendió al público con el brillo especial que le dio el hecho de cantar en un registro diferente y mirando a su tío desde el escenario.
Para el cierre, llegó “El cosechero” en las voces de los tres cantantes y el auditorio, que cantó al unísono haciendo palmas. Finalmente, los saludos de rigor a este emblema de la cultura misionera que se ha vuelto de trascendencia nacional.
“Es una alegría enorme haber podido cumplir el sueño de Ramón”, expresó Joselo Schuap, quien estuvo presente al regreso de su estadía en Mar del Plata, donde participó junto a León Gieco, del estreno de la película documental “Seremos millones”, basada en la vida de Evo Morales.
Todos reconocen la obra extensa, dilatada, multiforme de Ayala en el escenario cultural de Misiones.
“Es como una pintura de nuestra provincia –sostiene Fabián Meza-. Cada vez que vamos a tocar a otra provincia u otro país, no puede faltar una canción de Ramón Ayala”. Y hace un pedido especial a la juventud: “Más allá de todo lo que consumamos en materia de cultura, hay que conocer la obra de los creadores misioneros. Por eso es importante este paso que se da a través de una ley”.
El miércoles 16 de noviembre el Teatro Lírico será escenario del espectáculo “Gualambaos:
Concierto Sinfónico para Ramón Ayala”, ejecutado por músicos de la Orquesta de Cámara del Parque del Conocimiento y artistas invitados.
Una velada única: “Gualambaos: Concierto Sinfónico para Ramón Ayala” es el espectáculo producido en conjunto por el Ministerio de Cultura de la Provincia y el Parque del Conocimiento a través de la Orquesta de Cámara, para rendir homenaje al El Mensú. “Esta es una ofrenda, en nombre de todo el pueblo misionero, a uno de nuestros artistas inolvidables, y responde a un viejo anhelo de Ramón, algo que por suerte podemos regalarle y que ya tuvo su primera entrega el domingo pasado en el CCK”, manifestó el ministro de Cultura y artífice de este homenaje.
Cumpliendo un sueño
En Posadas, los ensayos ya se vienen llevando a cabo en el Parque del Conocimiento, bajo la coordinación de la dupla de arregladores que tendrá esta pieza especial: Juan de Dios Rivas y Gonzalo Bobadilla. “Ramón siempre soñó con que su obra de gualambao pueda tener una fase sinfónica, y para nosotros, como músicos, es una verdadera bendición y un gran desafío poder trabajar con las canciones que él mismo eligió y adaptarlas” afirma el músico Juan de Dios Rivas durante un respiro en medio de la intensidad del ensayo.
Más de 30 artistas son los que intervienen en la delicada ingeniería sonora de este gran tributo. Violines, violonchelos, contrabajos, oboes, timbales, flautas, clarinetes y otros instrumentos, confluyen bajo la dirección del maestro Nicolás Albornoz para darle nuevo aliento a composiciones como “Corochiré”, “Panambí Hovy”, “La voz del monte” y “Volver en cuento”, por citar sólo algunas de las piezas que seleccionó “El Mensú”, a las que se suma la participación especial del percusionista Cacho Bernal, amigo personal y percusionista histórico de Ramón.
La velada iniciará a las 20 con entrada libre y gratuita, con ingreso por orden de llegada y sujeto a capacidad de sala.
Bobadilla tiene en cuenta las tendencias artísticas del artista misionero. “Ramón Ayala es un admirador declarado del impresionismo”, en alusión al movimiento artístico que surgió en la esfera de las artes pictóricas (que Ramón también abraza), pero cuyo espíritu decantó en la música a partir de una búsqueda de inspiración e interpretación de los elementos propios de la naturaleza.
“Para trabajar en este homenaje, tuvimos que considerar ciertos parámetros que tienen que ver con las melodías, y en este sentido la premisa de respetarlas en la mayor medida posibles, basándonos en esas ideas y sosteniendo a nivel rítmico las bases del género, del gualambao, que es nuevo. Por eso a nivel personal lo vivo de manera de representar a una música que recrea nuestro paisaje y esencia” afirma Bobadilla.
Para Juan de Dios Rivas, quien además reside en un entorno natural (“vivo en el monte”, la obra de Ayala “es una interpretación de todas esas características sonoras que aparecen en el monte, como una imitación magnífica del paisaje y las voces de la naturaleza”.
Todavía quedan ensayos por delante, pero ya se perciben las nuevas dimensiones y texturas de este manojo de gualambaos que el 16 de noviembre serán presentados ante los ojos y oídos de su creador, en el marco de una noche en la que el público podrá ser testigo del homenaje soñado por uno de nuestros principales embajadores artísticos.