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viernes, noviembre 22, 2024

Mató a tres integrantes de la familia que lo criaba: la historia de AMEZ

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Se llamó Alfredo Manuel Elizeche Zayas y sus siglas lo definían: AMEZ. Tenía 14 años y era de Encarnación, cuando decidió aniquilar a tiros a varios integrantes de la familia asuncena que se había hecho cargo de su crianza y educación. La terrible historia recordada por Lucas Junes, periodista de Itapúa en Noticias de Encarnación, Paraguay. Especial para PM

Sin mucho prólogo les detallaré lo que hizo un adolescente de tan sólo 14 años, dueño de una ira que contuvo por mucho tiempo, pero a la vez se hizo de templanza necesaria para planear y llevar adelante un horrendo crimen, esta es la historia de Alfredo Manuel Elizeche Zayas.
Lo más difícil de entender de este relato no es lo que hizo el protagonista, sino por qué lo hizo. Es por ello que les invito a que vayamos directamente al 4 de junio de 1993, una república del Paraguay emergente que había pasado de la dictadura a la democracia hace muy poco tiempo, todo era nuevo, menos la cultura.
Hago hincapié en la cultura porque no me detendré a opinar sobre lo que está bien o mal para mí, sino a contar lo que sucedió.

Alfredo Manuel Elizeche Zayas (AMEZ)

El criadazgo era una realidad sumamente patente, ocurría en demasía y hasta el día de hoy sigue ocurriendo. Familias que entregan sus hijos para darles de alguna manera un mejor pasar económico o posibilidades de algún día salir adelante. Infantes que realizan labores para personas que les dan a cambio alojamiento y comida, siempre sucedió y sigue sucediendo. “A la realidad no le importan los sentimientos” dice una frase.
Esta era la realidad de Alfredo Manuel Elizeche Zayas, alias AMEZ, un criado que fue llevado desde el interior del Paraguay hasta la capital del país, en la casa de la familia Rivelli, quienes tenían un buen pasar económico y todos ocupaban cargos importantes en la sociedad.
Hubo un día en que AMEZ se había quedado sólo en la casa de la familia Rivelli, se apoderó de dos armas que había en la casa, como ya lo había hecho en alguna ocasión anterior. Un revólver calibre 38 caño largo y otro calibre 32 caño corto.

La casa. El escenario donde ocurrió la tragedia

La primera en llegar a la casa fue su hermana, quien también había llegado a la casa de los Rivelli como criada, ella retornaba del colegio a esa hora, AMEZ la encerró en una habitación, le prendió el televisor y le dijo que unos hombres muy peligrosos llegarían a la vivienda y se ocuparían de todos en esa familia.
Después de eso, hizo que los dos perros de la casa de la raza Doberman ingirieran comprimidos de un tranquilizante. Luego cargó las armas que tenía, apagó las luces de la casa y se sentó a esperar que los miembros de la familia Rivelli llegaran luego de sus actividades.


Siendo las 16:30, María Lourdes Rivelli de 29 años, quien era analista en sistemas maniobraba su rodado para ingresar a la casa. AMEZ se paró frente a ella, abrió el portón y dio paso para que ingrese tranquilamente al predio de la vivienda, donde comenzó el terror.
Para ese momento AMEZ ya tenía las dos armas en la cintura, cuando María Lourdes ingresó a la casa y se disponía a subir las escaleras que conducían a su habitación, el criado desenfundó el revólver calibre 32 para intimidarla, la maniató y con una tijera le cortó los pantalones, la agredió sexualmente y le proporcionó dos tiros mortales. Luego arrastró su cuerpo hasta un taller de costura que estaba en el fondo de la casa, limpió la escena como pudo y se volvió a sentar a esperar el momento en que llegue su siguiente víctima, se hicieron las 19:00 horas aproximadamente, Angelica Torres de Rivelli, mamá de Lourdes, ingresó a la casa y pocos minutos después de haher llegado, AMEZ le disparó dos veces, uno en el pecho y el otro en la frente, la llevó hasta el taller de costura donde dejó también su cuerpo junto al de su hija.
Pasaron 45 minutos más, el estudiante y empleado bancario José Luis Rivelli, de 24 años, hermano de Lourdes e hijo de Angélica, llegó a la casa y al abrir la puerta recibió 3 disparos, en esta oportunidad AMEZ utilizó el revólver de calibre 38, sin embargo no lo mataron, intentó correr desesperado pero recibió otro disparo en la espalda, cayendo malherido frente al portón principal de su casa. AMEZ arrastró el cuerpo de José Luis hasta la cocina y lo dejó allí reposando.


Tiempo más tarde, ya en horas de la noche, el psicólogo Raúl Rivelli Torres quien era hermano de José y Lourdes pero ya no residía en esa casa, llamó esa noche preguntando por su madre. Esta llamada la contestó AMEZ, quien sorprendido inventó una historia diciendo que la señora no podía contestar porque se sentía mal. Esto llamó poderosamente la atención del psicólogo quien decidió ir al lugar. Cuando llegó a la casa y se topó con el cuerpo de José Luis, desesperado al no hallar a los demás miembros de su familia, comenzó a revisar las habitaciones, donde se percató que una estaba llaveada, derribó la puerta a golpes, allí encontró a su madre y a su hermana muertas. Ambas estaban maniatadas, semidesnudas y con señales de haber sido ultrajadas.
Volvamos un segundo a la secuencia de acciones de AMEZ, quien tras cometer el atroz hecho, debía continuar con su plan de escape, pues sabía que rápidamente alguien se daría cuenta de lo sucedido. Por ello sacó de la habitación a su hermana que había dejado viendo la televisión, robó unos 200.000 guaraníes (divisa oficial del Paraguay), algunas joyas y luego comete un acto que llama poderosamente la atención. No contento con matar a todos, antes de irse dañó los autos.
Cuando Raúl Rivelli, el psicólogo, llegó al lugar notó que su hermano José Luis aún estaba con vida, por lo que salió gritando pidiendo ayuda. “Mi hermano se muere, ayuda por favor.”
Rápidamente el lugar se llenó de vecinos y policías, que iniciaron la búsqueda de los dos criados. Pero antes de llegar a la parte final del caso, les quiero compartir algunos datos sobre AMEZ, para saber quién era, traten entender, o al menos explicar, si es que existe alguna manera de hacerlo, el porqué cometió semejantes atrocidades aquel 4 de junio de 1993.


Alfredo Manuel Elizeche Zayas nació el 3 de noviembre de 1978 en Encarnación. Tenía 12 años cuando fue entregado a la familia Rivelli para seguir sus estudios y aprender un oficio.
Ayudaba a la señora Angélica en el negocio de confección de cortinas, limpiaba, y hacía las compras. Por estas labores AMEZ recibía la suma de 40.000 guaraníes mensuales y gran parte de esa suma le envía a su madre.
Al poco tiempo la hermana menor de él, Dora Carmen Elizeche de 9 años, también fue a la casa de los Rivelli en Asunción para realizar las mismas tareas. Con el pasar del tiempo AMEZ cambió rotundamente su conducta, se volvió agresivo y maleducado, especialmente con José Rivelli, el menor de los hermanos y último en morir aquella tarde-noche trágica. Todo por los malos tratos que éste le daba a la pequeña de 9 años. En una ocasión en la casa se produjo el hurto de un televisor, dinero y un arma de fuego. Luego se encontró el arma en poder de AMEZ, por lo que el Dr. Rivelli, quien era el padre de aquella familia asesinada, amenazó con enviar a los niños de nuevo a Encarnación. Se cree que allí fue el momento en donde AMEZ comenzó a acumular un profundo odio hacia toda la familia.
Otro dato importante es que en la habitación del joven, habían una cantidad de revistas pornográficas y sadomasoquistas, se pasaba viéndolas y fumando a escondidas cigarrillos.

Volvamos y continuemos con el caso, el sábado 5 de junio, AMEZ y su hermana fueron capturados en una casa de empeños, donde trataba de vender las joyas que había robado de la casa. Ya en la sede policial comenzó su relato para nada creíble y extraordinario, dijo que 4 ó 5 hombres encapuchados ingresaron a la vivienda de los Rivelli y les obligaron a violar a María Lourdes, además le pusieron el dedo en el arma e hicieron que le dispare, así también según él sucedió con la señora Angélica y por último lo obligaron a matar a José Luis Rivelli.
Finalmente con un relato para nada creíble y las pruebas contundentes que había, además de la sangre en su ropa, comenzó a contar la verdad. AMEZ confesó el triple crimen y contó cronológicamente cómo lo planificó y lo llevó a cabo. Alegó que era maltratado sistemáticamente.

Dijo que lo trataban como “empleada doméstica” lo hacían trabajar hasta altas horas de la noche, además también maltrataban a su hermanita pequeña. Eso lo llevó a acumular un odio e ira incontenible que aquel día explotó.
Días atrás de lo sucedido como les comenté más arriba AMEZ fue descubierto hurtando objetos de valor y un arma. Tras esto un efectivo policial les advirtió a los Rivelli que el joven era peligroso, que debían enviarlo de nuevo a Encarnación. Su vuelta al interior del país iba a concretarse el 5 de junio, un día después de la masacre. Por su corta edad, AMEZ no podía ser imputado ni condenado, por lo que decidieron enviarlo a un hogar provisorio.
Más adelante, tras un largo debate judicial finalmente fue condenado a 25 años de cárcel pero su pena se redujo a 8 por el condicionante de su edad.

Luego de cumplir su condena AMEZ formó su familia, se casó y tuvo un hijo, estaba convertido en un hombre de fe, aprendió varios oficios y se instaló en Cambyretá – Itapúa. Manifestó tener miedo porque recibió muchas amenazas, le habían puesto precio a su cabeza.
Luego que pasó todo, una tarde de enero de 2015 Alfredo Manuel Elizeche Zayas llegó a su casa y se sentó en la mesa para cenar con su esposa.

En un momento una persona llegó, interceptó a AMEZ y le disparó a quemarropa. Alfredo murió en el Hospital tras ser baleado.
Nunca se esclareció el caso. Nunca se supo quiénes perpetraron el hecho, pero las hipótesis más fuertes que siguen sonando hasta hoy, es que aquella familia se tomó venganza.

El autor de esta nota

Lucas Iván Junes es periodista
Vive en Paraguay

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