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viernes, noviembre 22, 2024

Cuando los guaraníes enseñan sus secretos

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El sendero Yvytú Pora (los vientos lindos) se halla en el valle del Cuñá Pirú, ahí cerquita de Aristóbulo del Valle. El visitante es recibido y por un rato, se sentirá un auténtico mbyá que anda por el monte misionero, aprecia las plantas que curan y ve cómo se preparan las trampas para cazar el alimento.

El viajero sale de Aristóbulo del Valle y se dirige hacia Jardín América por la ruta provincial 7. Allí comienza un descenso fabuloso con paisajes de locura, cañadones que quitan el aliento y selvas donde el verde se colorea de azul en el horizonte. Hay “descansos” en esa ruta de descenso frenético y miradores para extasiarse. Hay que usar “freno de motor” dicen los carteles y tienen razón. La pendiente es grande. Ya está en pleno Parque Provincial Salto Encantado del arroyo Cuña Pirú que es como una mujer flaca que va moviendo su cintura de agua entre esos ejemplares de guatambú, cedro, grapia, incienso y loro blanco y, claro está, el sotobosque (el misionero lo llama ‘capuera’ a secas) que todo lo cubre.

Allí, en esa zona maravillosa se halla el ingreso a un lugar fascinante: allí, los propios Mbyá recibirán al visitante, le darán una charla explicativa de sus costumbres y luego, lo llevarán a recorrer el Sendero Interpretativo. O sea, el viajero recorrerá por una hora y media los montes misioneros como si fuera un guaraní más.

Aunque parezca increíble, esta iniciativa surgió en la propia comunidad. No vino de “los blancos”. No. Fueron ellos los que empezaron con la idea y el municipio local fue acompañando el movimiento.

El Sendero Interpretativo funciona desde 2015 y se fortalece en los años subsiguientes hasta la actualidad.

El sendero se concreta como una alternativa para obtener ingresos destinados a todos sus miembros, con la consigna de no alterar el entorno natural de la selva paranaense y ofrecer al mismo tiempo a los turistas obras artesanales en el mismo lugar donde las confeccionan.

Pero hay que decirlo con todas las letras: se trata de una de las ideas más sencillas para lograr que la comunidad Mbyá tenga ingresos propios, exhiba su modus operandi, muestre sus obras y artesanías y además –esto quizá es lo más importante- esté orgullosa de su forma de ser. Reivindicar su origen, su forma de adaptarse y de solucionar los desafíos que le impone la selva misionera.

Por empuje propio

La iniciativa de crear el Sendero Interpretativo nació de la propia comunidad y con el objetivo de generar un proyecto que motive a los integrantes de la comunidad a permanecer en la misma con un Proyecto que involucre a todos sus integrantes, especialmente a los más jóvenes y a las mujeres, y evitar así que tengan que abandonar la comunidad en búsqueda de trabajo y un futuro en otros lugares.

También el emprendimiento ha reportado mejoras en los servicios como luz, agua de pozo perforado, conexión de internet, también más acceso a la salud y educación. Otro puntal, es el rescate y revalorización de la cultura y el ser mbya, mediante el relato oral, las técnicas de artesanías, las recetas, la danza, la música y la cosmovisión.

Este proyecto, que nació de una necesidad y con una idea sencilla, fue el que llevó a Domingo Ramos hasta Puebla, México, al primer encuentro Terra Madre Indígena, durante los días 21 al 24 de febrero, recordó Silvia Godoy en El Territorio. El encuentro fue organizado por las mujeres y jóvenes nahuas que componen la organización global Slow Food, fundada para prevenir la desaparición de culturas y tradiciones alimentarias locales.

Sí, es la aripuca y trampa para cazar pequeños animales

También cuando ya han realizado todo el recorrido, los visitantes pueden adquirir elementos de la cultura guaraní y asistir a un espectáculo de música y cantos.

Al recorrer el sendero el visitante puede percibir la experiencia de toda la comunidad en el manejo de los recursos que la naturaleza nos brinda, así como su manera de vivir, sus creencias, su sabiduría ancestral y las costumbres de sus integrantes. Preservar este sendero de interpretación de la selva misionera permitirá que sus visitantes conozcan, aprendan y valoren la Cultura Mbya Guaraní, su sapiencia y su destreza.

En un recorrido que puede durar una hora y media (hay otros más cortos) en senderos por la selva misionera con dificultad baja, se ha desarrollado una forma amena de presentar el modo de vida del habitante de nuestra selva. Se muestran las trampas que usaban para cazar, las plantas medicinales que usaban para curarse y la recolección natural que hacían de frutas silvestres, las cuales eran parte de su dieta alimentaria.
Al finalizar, presentan coro típico.

Tarifas:

Internacionales: $ 1500
Nacionales: $ 600
Provinciales: $ 250
Residentes locales:
Menores de 6 años: no abonan.
Mayores de 6 años hasta 12 años: Abonan el 50%
Descuentos a estudiantes y jubilados. Abonan el 50%

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