Bolsonaristas invadieron y destrozaron las sedes de los tres poderes en Brasilia. Miles de seguidores del expresidente Bolsonaro ingresaron al edificio del Congreso Nacional y luego se dirigieron al Palacio del Planalto, la sede del gobierno. Los manifestantes rompieron vidrios, cámaras de seguridad, armarios y despachos. Lula decretó la intervención federal a Brasilia y la Justicia suspendió al gobernador de ese estado por tres meses
Miles de seguidores del expresidente Jair Bolsonaro que reclaman un golpe de Estado invadieron el domingo 8 de enero por cuatro horas y provocaron destrozos en el Palacio del Planalto (casa de gobierno), el Congreso y el Supremo Tribunal Federal (STF), motivo por el cual el presidente Luiz Inácio Lula da Silva decretó la intervención federal en la seguridad de Brasilia, acusando a los responsables de la policía local por haber liberado la zona y permitir un ataque que rememora el que sufrió el Capitolio de Estados Unidos en enero de 2021.
El presidente Luiz Inácio Lula da Silva, en respuesta, determinó la intervención federal en la seguridad de Brasilia, cuyo gobernador, Ibaneis Rocha, es un aliado de Bolsonaro.
Lula, tras calificar de “fascista” a los manifestantes, determinó la intervención de las fuerzas de seguridad en Brasilia hasta el 31 de este mes, mientras el gobernador Rocha decidió echar a su secretario de Seguridad, Anderson Torres, quien fuera ministro de Justicia de Bolsonaro y se encontraba en Orlando, la misma ciudad donde está el exmandatario.
El ataque a las instituciones en la Plaza de los Tres Poderes fue llevada a cabo por más de 5000 personas que llegaron en más de 80 ómnibus de todo el país. Estas personas protestaban en todo el país en la puerta de los cuarteles para pedir un golpe, anular la elección de Lula y reponer a Bolsonaro desde noviembre.
Los agresores entraron sin resistencia al Congreso, al Palacio del Planalto y el STF, donde destrozaron muebles y se pasearon mientras iban destruyendo todo a su paso, ante la mirada pasiva de los policías.
La Policía Militar logró desalojar y recuperar los edificios más de cuatro horas después de comenzada la invasión, y la Policía del Senado reportó la detención de 30 personas, según el diario Folha de Sao Paulo.
Lula también aseguró que van a tener que pagar también los policías del Distrito Federal que fueron filmados evitando detener a los manifestantes y calificó de “genocida” a Bolsonaro, a quien acusó de estar convocando a desmandes desde hace varios meses.
Lula se encontraba en Araraquara, interior de San Pablo, en una visita prevista en agenda desde el viernes para ver zonas de desastre causados por las lluvias.
El presidente del Partido Liberal de Bolsonaro, Valdemar Costa Neto, aseguró que esta manifestación “no representa al partido ni a Bolsonaro”.
Horas después, las autoridades anunciaron que habían recuperado el control de los edificios que, al ser domingo, estaban vacíos en el momento de un asalto que evidencia la tensión política que vive el país en los últimos años.
Hay que recordar que Brasilia es una ciudad creada por el país para tener la sede administrativa de los tres poderes en el centro del país. Se trabaja de lunes a viernes. Los fines de semana es una ciudad vacía y casi sin movimiento. Antes, la capital del Brasil estaba en Rio de Janeiro pero hace varias décadas se trasladó a este lugar.
Los partidarios de Bolsonaro pedían una intervención militar y la renuncia de Lula, quien derrotó a su rival de extrema derecha en las elecciones de octubre.
Lula, que tomó posesión del cargo de presidente el 1 de enero, visitó la zona por la noche. Su ministro de Justicia habló de “terrorismo” y de un intento de “golpe de Estado”.
En la madrugada del lunes, el Supremo Tribunal de Brasil destituyó al gobernador del distrito federal de Brasilia, Ibaneis Rocha quien fue separado de su puesto por 90 días. Lo decidió el magistrado Alexandre de Moraes tras el asalto a la capital brasileña de este domingo. Acto seguido, el magistrado señaló al gobernador Rocha como responsable, aunque, horas antes, este había destituido a su secretario de Seguridad, Anderson Torres, y quien supo ser ministro de Justicia durante los últimos dos años de la gestión de Bolsonaro.
Aunque Rocha se disculpó por no haber podido evitar el motín, el Tribunal consideró su conducta “dolorosamente silenciosa” y lo acusó de haber ignorado los llamamientos a crear un plan de seguridad ante la presencia de los bolsonaristas en las cercanías de los edificios públicos.
Tras horas en silencio desde que se desatara la insurrección, Bolsonaro, que se encuentra en Florida (EE.UU.), escribió una publicación en Twitter para desmarcarse de las acciones perpetradas por sus seguidores el domingo 8 en Brasilia.
“Las manifestaciones pacíficas son parte de la democracia. Sin embargo, las depredaciones e invasiones de edificios públicos como las ocurridas hoy, así como las practicadas por la izquierda en 2013 y 2017, se salen de la regla”, expresó.
Las autoridades brasileñas anunciaron que hay al menos 200 manifestantes arrestados.