Salió con el vehículo desde Posadas rumbo al norte. En la zona de General Urquiza embistió otro vehículo de gran porte y despistó y -tumbado- terminó desparramando sal mineral. El patrón adujo robo. El chofer y sus acompañantes tenían aliento etílico pero no querían hacerse el test de alcoholemia
General Urquiza es un pueblo que está entre Santo Pipó e Hipólito Yrigoyen por la ruta 12. Un lugar donde no suele pasar demasiado. Sin embargo, la noche del lunes fue escenario de un hecho llamativo. Un camión que había partido desde Posadas horas antes chocó contra otro que venía en sentido contrario (esto es, de norte a sur) y terminó al borde del camino con su carga de sal mineral desparramada. El dueño de este camión viajó presto al lugar de los acontecimientos y se desvinculó de los mismos.
El chofer de 31 años viajaba en compañía de otros dos hombres. El reporte policial acotó que “aunque tenían aliento etílico, rechazaron realizarse el test de alcoholemia”.
En el impacto, el Mercedes Benz que provenía de Villa Lanús en Posadas, dio de lleno sobre el lateral izquierdo frontal del camión Volvo. Justo del lado del chofer y no fue gratuito: el conductor de esta segunda máquina sufrió un desplazamiento de fémur.
El dueño del primer camión, de 52 años, enterado del percance viajó hacia General Urquiza y se presentó en la Comisaría. ¿Qué dijo? En evidente intento por deslindar responsabilidades, indicó: “Su empleado, quien trabaja como chófer de dicho transporte, le sustrajo el camión estacionado en el barrio Miguel Lanús. Además, manifestó que desconocía a los otros dos hombres que lo acompañaban y que lo que llevaban no le pertenecía”.
En el reporte policial, se mencionó: En el sitio se hicieron presentes los bomberos voluntarios de Jardín América, quienes trasladaron a los ocupantes de los transportes involucrados hacia el Hospital de Santo Pipó. Asimismo, el personal de la División Policía Científica realizó las tareas de rigor, en tanto el médico policial que examinó a los lesionados estableció que el conductor del Volvo presentaba un aparente desplazamiento de fémur, mientras que los otros tres ocupantes estaban en buen estado y todos presentaban aliento etílico, aunque se negaron a realizarse el correspondiente test de alcoholemia.