Hacía 20 años que estaba instalado en la capital del monte. Francisco Rolando Angelotti usó lugares como cíber, pizzería y delivery de pantallas y -a la vez- tener niños cerca. Se aprovechaba de los más desválidos y los reclutaba para la prostitución infantil. En su caída, arrastró al muy famoso Marcelo Corazza, vinculado a Gran Hermano, consumidor y cliente
Para que no quedaran dudas de su origen, su negocio se llama “Pizzas porteñas”. Su local sobre la calle Haupt al 1700 de Oberá era la pantalla donde podía recibir a chicos, niños de la calle que entraban allí. Así los podía ocupar para cumplir con los envíos a domicilio (delivery). Antes su negocio había sido un ciber y permitía a los chicos participar en juegos de computadora. Esa era su forma de “tirar el anzuelo”.
Francisco Rolando Angelotti (a) el Porteño, además había participado como cocinero en el pabellón argentino del Parque de las Naciones y jurado en la competencia por el mejor asador realizada en el Salto Berrondo. En una palabra, un personaje público y conocido. No era alguien que actuaba la sombra y se andaba escondiendo. No.
Tuvo un ciber frente al casino e incluso un boliche que fue clausurado por haber -no hay casualidades- menores en su interior.
Ya había sido denunciado por abuso sexual en 2008, pero absuelto al año siguiente por la justicia.
Quizá esa situación lo cebó y lo hizo sentir impune. Si había salido libre ante la Justicia, iba a poder seguir haciendo lo que siempre hizo: proveer de criaturas para la prostitución infantil en un aberrante caso de trata de personas. Los clientes hasta podían ser famosos de la tele.
“¿Vamos a Buenos Aires. Tengo a mi mamá en General Rodríguez. Vamos… te llevo y así conocés lugares y gente nueva”… quizá eran las expresiones con que invitaba a sus futuras víctimas.
Y, claro. El caso se hizo más resonante al aparecer un productor del programa más visto de la Argentina.
Marcelo Corazza había ganado la primera edición de Gran Hermano en 2001. Y en la actual edición seguía participando como productor en Telefé y poniendo la cara ante la tele los viernes en el día de los antiguos participantes.
El relato de los hechos por parte de las víctimas que obran en el expediente son elocuentes de por sí.
En base a la acusación, el detenido “ofrecía los servicios sexuales de Víctima 1 y Víctima 2 a terceras personas, presumiblemente, a cambio de dinero” desde 1999 hasta 2003. Incluso, según consta en el expediente, “Angelotti llevó a la Víctima 1 a un garaje en el Conurbano, donde había personas de entre 50 y 60 años. El único recuerdo que tuvo es estar arrodillado y todos ellos rodeándolo”.Víctima 1
“Los hechos sucedieron en reiteradas ocasiones en fechas que no pueden ser individualizadas, cuando la Víctima 1 tenía entre 11 y 13 años”, detalla el texto sobre el primer caso y al que había conocido en “en sitios de chats”. El primer encuentro entre ambos ocurrió en una esquina de Caballito, un domingo por la tarde. “No parecés tan chiquito”, fue lo que le dijo en medio de la charla el detenido, según la causa, y justo antes de ir hasta Parque Centenario, donde lo besó.
Según la pesquisa, Angelotti era quien captaba a varones menores para corromperlos y luego introducirlos en la prostitución, relata Daniel Villamea periodista de Oberá.
“Se hacía amigo de los chicos, les hacía regalos y después los corrompía. Por eso siempre tuvo ciber, que es un ámbito de chicos. Llegado un momento los invitaba a viajar a la casa de su madre, en General Rodríguez, Buenos Aires, la última escala antes de ser prostituidos”, precisaron los fundamentos de la acusación.
Se estableció que las víctimas era siempre de condición humilde, provenientes de barrios carenciados y de familias con problemas o padres ausentes.
“En muchos casos él ocupaba el rol de padre para esos pibes”, agregaron.
Sin “Corazza” de protección
El cotejo con varias fuentes con acceso al expediente permiten vislumbrar que la investigación apunta que por lo menos una docena menores y adolescentes fueron víctimas de esta maniobra desde hace 20 años, lo que coincide con el arribo a Oberá de Angelotti.
Luego de las primeras denuncias y establecida la identidad del sospechoso, los investigadores avanzaron con las averiguaciones y dieron con direcciones y números de teléfono, datos mediante los cuales también pudieron llegar a los clientes de la red.
Fue así que dieron con el nombre de Marcelo Corazza, ganador del primer Gran Hermano y productor de la edición actual.
Entre muchas otras cosas que realizó Corazza en todos estos años fue estar ¡en un programa infantil de la tele! Sí, era como haber puesto a la comadreja para que cuide el gallinero.
Corazza fue detenido en Tigre, provincia de Buenos Aires.
“Soy inocente” le decía el hombre de GH a los medios mientras lo llevaban con las esposas colocadas. Pero ante el juez prefirió callarse y no decir nada.
Cuando empezaron estos abusos los criminales tenían más protección porque las leyes no eran tan precisas.
Pero ahora todo cambió.
HE aquí a continuación un sucinto resumen de avance de normas que castigan estos delitos.