Fue el jueves 30 de marzo por la mañana. Llegaban a Posadas casi a la misma hora un low cost (Flybondi) y un Aerolíneas. En ese momento se abatía una lluvia sobre Posadas. Flybondi bajó con atraso luego de sobrevolar más de 30 minutos. Apenas tocó pista y los pasajeros comenzaban a salir y Aerolíneas ya tocaba pista
A muchas personas, las tensiones psicológicas se le transforman en descargas fisiológicas. Traducido: cuando hay una situación de tensión, les da ganas de ir al baño. El avión sobrevolaba Posadas pero no bajaba. Nadie entendía nada y no había comunicación oficial de los que conducían la aeronave. Dos jóvenes salieron disparados de sus asientos, tras sacarse el cinturón y corrieron al fondo con ganas de usar el baño. En seco, la azafata los paró y les dijo: “No. Acá no entran. Vuelvan a sus asientos”. Y listo. Nada más. A aguantarse, nomás.
Mientras una pasajera de origen paraguayo ponía en altavoz la comunicación con su familiar quien desde Encarnación avisaba al que quisiera enterarse que el puente estaba tranquilo y no iba a tener que esperar mucho. Nunca cortó la señal y continuó usando los datos. No existió para ella el “modo avión”. Mientras todos en forma callada, desesperaban, ella continuaba filmando los paisajes posadeños con su celular a pocos cientos de metros del suelo. Sí, estaba sentada en el lado de la ventanilla.
Son detalles de un episodio llamativo -al menos- que ocurrió el jueves 30 de marzo por la mañana en el Aeropuerto General San Martín de Posadas: la casi superposición de llegadas y el tiempo lluvioso aparentemente jugaron una mala pasada. Pero (al final se verá) quizá había algo más.
En especial para los pasajeros del vuelo FO 5120 Buenos Aires-Posadas que venían en el Flybondi. Habían visto el río Paraná y la costa posadeña puntualmente a las 8.25, hora en que estaba previsto que la nave empezara su descenso. Sin embargo, cuando parecía que realizaba las últimas maniobras de acercamiento a la pista, los poderosos turbos tuvieron un aceleramiento muy fuerte y el avión ganó altura. Caras de preocupación entre los pasajeros.
Las azafatas, desaparecidas. Luego de 25 minutos apareció la voz de una mujer por el intercomunicador del avión que avisaba que se aprestaban a bajar.
Aerolíneas Argentinas, por su parte, en su vuelo AR 1764 tenía previsto bajar en la pista de la capital misionera a las 8.50. No lo pudo hacer tampoco en horario.
Finalmente, luego de unos minutos que se iban tornando desesperantes y con los familiares en tierra con un signo de pregunta sobre sus cabezas y caras preocupadas leían el cartel en el Aeropuerto que decía escuetamente: “Preguntar en ventanilla” sobre el estado de vuelo, finalmente, a las 9.02 Flybondi tocó suelo (pavimento nuevo) en Posadas.
A las 9.12 la nave de Aerolíneas hizo otro tanto.
El susto había pasado y la historia tuvo un final feliz más allá del mal momento pasado.
En el Flybondi, más allá de los rezos y las santiguaciones, hubo salva de aplausos para los pilotos.
Un sitio platense dio una explicación del hecho que ya ocurrió en ocasiones anteriores con la misma empresa: “Indudablemente debe haber tenido algún problema menor porque si no, ya hubiese aterrizado. En esos casos, el controlador del aeropuerto le asigna un lugar donde puede esperar y gastar combustible”, fue la conclusión que un piloto de aviones identificado como Daniel le dio al medio platense 0221. Y agregó. “por seguridad, cada avión tiene un peso máximo con el cual puede aterrizar, sin dañar el avión y sin producir un accidente”. Y agregó: “Para eso, tiene que gastar combustible, no le queda otra”.
Por toda explicación, una azafata jefa dijo que hubo algunos inconvenientes y que se superaron. Tanto en la Administración Nacional de Aviación Civil (ANAC) como en Aeropuertos 2000 los teléfonos siguen sonando. Aún se espera que alguna vez respondan de manera oficial.
Nota del final (aclarado)
Un mes después de ocurrido el evento y en una charla informal se pudo llegar a dirimir la cuestión de por qué el avión no descendía. Era simplemente porque no podía bajar el tren delantero con sus ruedas. Una fuente bien informada del Aeropuerto de Posadas dio a conocer detalles de los momentos dramáticos vividos con el FlyBondi y cómo luego de más de 30 minutos de probar, el tren delantero se pudo desplegar y el aterrizaje hacerse sin problemas.
Eso sí, aunque quería volver a salir inmediatamente, no se permitió la partida hasta que un equipo técnico verificara las condiciones de la aeronave. Eso ocurrió recién 24 horas después…