El deportista Aarón Rodríguez compitió contra el cáncer con tan sólo 16 años y le ganó. Esta es la historia de un joven luchador que superó la muerte y hoy en día se refugia en las aguas del gran Río Paraná para practicar su gran pasión: canotaje.
Aarón Rodríguez es un joven de 21 quien a su corta edad ya transitó por una de las situaciones más difíciles. A los 16 años contrajo una infección a causa de un hongo que ingresó a su cuerpo a través de un raspón que se hizo mientras jugaba al rugby, lo que nunca se imaginó es que su cuerpo comenzaría a manifestar problemas graves. El diagnóstico de los médicos después de ocho operaciones fue el de amputarle la pierna para seguir con vida, por más de pasar por esta decisión tan dura siendo adolescente, siempre mantuvo la confianza.
Tiempo después, contrajo leucemia la cual superó gracias a la ayuda de los profesionales de la salud, pero el panorama se volvería a complicar al saber que el hongo que causó la amputación de su pierna, había llegado hacia su pulmón y lo destruyó completamente. El joven pasó por una operación para extirparle el pulmón en la cual tuvo más de 2 paros cardíacos pero su fortaleza no tiene límites, él pudo salir con vida y en este nuevo “renacer”, decidió refugiarse en las aguas del gran Río Paraná en donde practica canotaje y lo describe como su lugar de paz absoluta. También como un medio para desahogarse e inspirar al otro, se dedica a escribir y dibujar.
En una entrevista exclusiva con Periodismo Misionero, Aarón contó su difícil historia de superación. “Mi vida en sí cambió en el 2018 por una enfermedad que tuve, lo que me afectó fue un hongo. Yo en ese entonces jugaba al rugby, un día mientras jugaba me caí en medio del partido y me hice un raspón. En esa misma herida me entró una infección, específicamente un hongo. De ahí en adelante empecé a tener problemas de salud que fueron avanzando muy rápido y en tan sólo dos semanas el hongo se “comió” toda mi pierna. Por lo tanto, me tuvieron que amputar para que no me siguiera afectando, trataron de no llegar a esta decisión, pero no había caso, tuve que pasar por ocho operaciones que eran para salvar la pierna, sinceramente no funcionaron, entonces la única forma de salvar mi vida era amputarme la pierna”.
El deportista continuó. “En ese momento que pasó todo yo tenía 16, cumplí los 17 estando en el hospital mientras transitaba el proceso. Para el primero de enero de 2019, tuve complicaciones otra vez y entonces me internaron devuelta, estaba bastante mal. En ese entonces me quedé un mes internado y mientras me hacían estudios y cosas para saber qué tenía, querían saber por qué me sentía tan mal otra vez. La respuesta llegó el primero de febrero de ese mismo año, en ese momento me detectaron cáncer en la sangre, sería leucemia y los médicos me dieron un año de vida”, expresó con nostalgia al recordar aquel momento difícil que le tocó vivir.
Cabe recordar que la leucemia es una enfermedad del sistema inmunológico que se caracteriza por el crecimiento anormal de células blancas de la sangre, llamadas glóbulos blancos. Estas células no son capaces de realizar sus funciones normales, lo que provoca una acumulación excesiva y puede afectar a otros órganos. Este cáncer generalmente se divide en dos tipos: aguda y crónica. La forma aguda progresa rápidamente, mientras que la forma crónica avanza lentamente, pero con mayor duración. Los tratamientos para esta enfermedad incluyen: quimioterapia, radiación o trasplante de médula ósea para eliminar las células cancerígenas.
El joven continuó el relato y destacó el compromiso de los médicos. “Ellos sinceramente me dijeron que iban a hacer lo posible para salvarme la vida a pesar de este diagnóstico inicial. Después de pasar, por tanto, en cuatro meses logré sacar el cáncer de mi cuerpo con ayuda del tratamiento y los médicos, de ahí me fue bastante bien. En esos cuatro meses pasé por lo peor, fue muy jodido porque las quimios me hicieron muy mal, me destruyeron en todos los sentidos. Inclusive yo sentía que casi me moría, pero por suerte pude salir de esto que fue tan difícil para mí”.
Mientras superaba esta etapa, Aarón comenzó a retomar su vida pero en el medio tendría otras complicaciones. “Después de salir de ese cuadro en cuatro meses, para la mitad del año estaba re bien, en ese momento que salí, retomé el rumbo de mi vida otra vez, todavía tenía que terminar el colegio. Pero para enero del 2020 todo cambió repentinamente, caí de vuelta internado otra vez muy mal. En ese momento me habían diagnosticado que el mismo hongo que perjudicó mi pierna, había subido a mi pulmón. Entonces me tocó pasar por otra decisión difícil la cual fue que me tuvieron que extirpar el pulmón, me lo tuvieron que sacar completamente porque estaba básicamente podrido, no servía más y la solución en ese momento era sacármelo o morir, no había otra alternativa”, recordó el joven.
El hongo no sólo afectó y terminó destruyendo su pierna (que fue amputada) sino que luego aparece en un pulmón: también hubo que extraerlo
Rodríguez describió uno de los momentos más duros que atravesó. “Durante esa operación me agarraron tres o cuatro paros cardíacos, fue muy complicado. Yo tenía que salir en un tiempo determinado y finalmente salí al doble de tiempo porque tuve complicaciones en esa cirugía. Gracias a los médicos pude salir bien de esta situación. Para cuando me desperté, estaba en terapia intensiva, de ahí en adelante pude salir de esta situación bastante bien. Luego de la recuperación salí otra vez y volví a tener la oportunidad de continuar con mi vida. Me recuperé al mes, se me cerró directamente la cicatriz de la herida del pulmón que tengo cortado acá en el pecho. En ese momento empecé devuelta con la actividad para seguir adelante”.
A penas el joven se recuperó, comentó que en su mente sólo tenía la idea de continuar en movimiento. “Mi acercamiento al deporte comenzó cuando empecé crossfit porque decidí que no me iba a quedar quieto mucho tiempo, entonces después de la operación del pulmón empecé de vuelta con la actividad. Primero comencé tranquilo y de ahí estuve haciendo crossfit por un tiempo, pero después decidí ir subiendo de nivel en cuanto a lo deportivo haciendo atletismo. En ese momento entré en el Cepard, ahí empecé el gimnasio, hice natación y ahora estoy con el canotaje”, desarrolló.
Sin dudas siempre tuvo una gran determinación y fuerza de voluntad para el deporte, pero su gran pasión es el canotaje, así lo comentó Aarón. “El canotaje sinceramente fue una puerta que me cambió la vida, nunca me hubiera imaginado que me gustaba tanto. Nunca supuse que el río me iba a encantar tanto como para no salir más del agua, como que el canotaje para mí es mi casa, es mi cable a tierra en todos los sentidos y agradezco eso, haber encontrado mi pasión. El deporte significa muchas cosas para mí, es mi soporte cuando estoy bajón, cuando no puedo más, cuando sinceramente ya reventé. En esos momentos de tristeza decido directamente ir a remar y como que todo lo malo lo descargo en el agua, y eso es realmente bueno”, expresó con gratitud hacia su deporte favorito.
El deportista también destacó que Posadas desde su punto de vista es inclusiva para las personas con discapacidades. “En cuanto a la estructura de la ciudad estoy conforme, como que se adaptó mucho a las personas con discapacidad, desde mi punto de vista me siento bastante cómodo y está muy linda la verdad”.
“El canotaje me salvó la vida. Nunca pensé que me iba a gustar tanto”
Otro de los puntos que también destacó en cuanto a la inclusión es sobre la actitud de las personas hacia él. “Hubo gente con la que me crucé en todos estos años desde que tuve ese cuadro y desde que salí de la enfermedad, es como que tuve personas realmente buenas, pero también malas. Desde que salí ese día del hospital sin una pierna, como que tuve personas malas e ignorantes que me quisieron tirar para abajo diciendo que yo no podía llegar ni a la esquina. Pero esto lejos de hacerme daño como lo empecé a tomar como una motivación para ser cada día mejor y me alegra tanto haber podido lograr muchas cosas, nunca me sentí limitado con nada, al contrario, siempre hice todo lo que me propuse”, desarrolló Aarón.
En esta misma línea el joven añadió. “También tengo personas que desde el del día uno hasta hoy en día están siempre apoyándome e incentivándome a no dejar que me caiga. Esas personas valen oro, desde mi mamá, mis hermanos, hasta mis amigos que son pocos, son personas que adoro. En síntesis, así es la vida, no queda de otra como que aguantar todo y seguir a pesar de los comentarios, de las maldades que digan”.
También mencionó como al arte como un medio de desahogo y ayuda en los momentos duros de la vida. “Cuando estaba encerrado en esos años en el hospital internado de acá para allá, mi descargo fue escribir y dibujar. Actualmente tengo dos tatuajes, que los dibujé en esos momentos, yo los diseñé y me los realicé porque tienen un significado muy especial para mí. También otro de mis desahogos fue escribir, hoy en día escribo también. Es como que todas mis palabras y todo lo que no puedo expresar hablando, las escribo. Eso es algo que sinceramente me gusta, me libera y me ayuda mucho”.
En cuanto a la escritura como medio, Aarón decidió dedicar unas palabras de motivación para las personas que necesitan motivación para seguir sus sueños. “Si tuviera que dar palabras de motivación a los chicos sería que no se dejen caer porque te pasa esto o aquello, hasta lo imposible se cumple. No hay limitaciones para lo que soñas, porque cuando uno se propone una meta no hay que dejarse guiar por los problemas que vienen, porque hay muchos en el medio. No es que vos te propones una meta, cerras tus ojos, los abrís y ya llegaste a lo que querías, no. Lleva un proceso lo cual cuesta, va a ser duro porque tener personas malas, piedras en el camino, miles de dificultades y de todo. Pero uno no se tiene que dejar llevar por eso y hay que moverse, hay que saber apreciar la vida porque es la única que tenemos. A pesar que yo estuve a punto de morir en cuatro ocasiones, esas ocasiones me dieron la esperanza para seguir y acá estoy dando lo mejor, ayudando a chicos, haciendo muchas cosas por lo demás y sabiendo que yo pasé por toda esa situación. Los chicos de nuestra generación tienen que saber que no deben bajar los brazos porque todo se puede, lo imposible se puede. Está en uno decir: “Yo puedo, quiero y voy por eso”, no es hay que quedarse en el camino porque eso no vale. Hay que ponerse en la cabeza del que puede, quiere y siempre va a poder, aunque se te presenten miles de murallas enfrente, hay que romper las limitaciones y seguir, aunque cueste, pierdas personas o muchas cosas. Todos tienen que saber que si luchan por sus sueños van a terminar llegando a donde quieren y eso es hermoso, llegar a donde querés y decir “lo logré”, no hay nada mejor”.
El joven mencionó que estas palabras que emite para otras personas son la que él mismo aplica a su vida para continuar. “Esa es mi motivación desde el día uno, siempre tuve en mente que tengo que seguir adelante por más de las dificultades. Desde que me amputaron, fue como que me puse en la cabeza eso y acá estoy. También una de mis más grandes aspiraciones es poder seguir ayudando a muchos más de los que estoy asistiendo actualmente. Ayudar a las personas con necesidades y que realmente necesitan una mano”.
Por más de que su vida cambió repentinamente, Aarón agradeció a Dios por la oportunidad de poder vivir. “Agradezco a Dios porque nunca me dejó de lado y me ayudó con todo. Me enseñó a que vos tenés que vivir tu vida, disfrutar, salir, hacer todo lo que corresponde. Yo aprendí a ser feliz aun no teniendo una pierna, no teniendo un cuerpo sano debido al cáncer, teniendo asma desde los 2 años, y soy feliz por el trabajo que tengo ahora. También soy feliz porque a pesar de las adversidades de la vida soy un deportista de alto rendimiento y tengo el honor, también el orgullo de representar nacionalmente a Misiones”, expresó con gran regocijo.
Como todo un luchador, aún quedan sueños por los cuales pelear. “No me voy a cansar de perseguir mis sueños, actualmente a lo que aspiro es a quedar en la selección Argentina y viajar a los Juegos Olímpicos que serían el año que viene en París. Realmente representar a Argentina es mi gran sueño y yo sé que voy a lograrlo. Estoy muy confiado que todo lo dicho se cumple, no tengo dudas de eso”, afirmó con gran determinación.
Desde que comenzó en el deporte, participó de diversas convocatorias en la búsqueda de hacer un camino para lograr su gran sueño. “Hasta ahora participé en lo que sería el juego de Playas Nacionales, fui a nadar a Mar de Ajó y también compito en las regionales de canotaje que se hacen por todos lados. Ahora hace poco vinimos de uno entrerriano. Este año también fui al selectivo de velocidad para canotaje, ahora me queda un selectivo más en mayo así que le estoy metiendo full en eso, siempre entrenando y motivado”, comentó Aarón.
Por último, el joven expuso todo el esfuerzo que realizan los deportistas para poder asistir a las competencias. “En cuanto a los organismos lamentablemente aún no contamos con su apoyo, en el sentido que no se acercaron a hablar con nosotros en el club. Somos nosotros, los chicos del club, quienes nos reunimos a juntar cosas, a recaudar los fondos y demás para viajar. Muchas veces tocamos puertas y fueron pocos los que realmente me ayudaron. Entonces nos movemos por nuestra cuenta para poder competir”, concluyó Aarón que no sólo tiene metas, él hace lo posible para cumplirlas y verdaderamente es de admirar.
Deporte y arte, dos remedios perfectos para las emociones
El deporte es una excelente forma de mejorar el estado de ánimo. Al practicar deportes se liberan endorfinas una de las sustancias que elabora el cuerpo, las mismas alivian el dolor y dan la sensación de bienestar, también ayuda a aliviar el estrés y la ansiedad.
Además, hacer ejercicio también ayuda a sentirse mejor debido que proporciona un mayor nivel de confianza en las personas en cuanto a las habilidades físicas y mentales. El hecho de ser activo también contribuye a reducir los síntomas depresivos, lo cual resulta beneficioso para el bienestar mental y emocional general.
En cuanto al arte, la escritura es una herramienta invaluable para ayudar a las personas. Proporciona un medio para expresar ideas, comunicarse con otros y procesar los pensamientos profundos de la vida. Escribir también puede ser terapéutico, ofrece a las personas la oportunidad de liberarse de sus emociones sin el juicio del mundo exterior. Al escribir sobre experiencias difíciles, las personas pueden explorarlas desde nuevas perspectivas, identificar patrones en su comportamiento y sentimientos que les permitan tomar mejores decisiones en el futuro.
Notas y entrevistas: Sofía Cabrera