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viernes, noviembre 22, 2024

El Jesús no era negro, tenía mugre

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El mítico Cristo de Lepanto se caracterizaba por su exótico color negro brillante resultó que tenía otro tono. Llevaba 120 años con una capa de suciedad compuesta por hollín y en realidad, era blanco.

El Cristo de Lepanto restaurado.

Una limpieza en medio de procedimientos de restauración develó que la imagen original de Cristo de Lepanto de Barcelona tenía una piel de tonalidad blanca, además de otros colores que la componen y hermosos detalles que no serían descubiertas hasta ese entonces. La misma fue oscureciéndose por el hollín y la suciedad acumulada durante el último siglo. Esta pieza es la más venerada de Barcelona y los expertos describieron a este hallazgo como “una sorpresa maravillosa”.

Con una simple goma de borrar y agua destilada la restauradora Ana Ordoñez al limpiar la imagen reveló que el Santo Cristo de Lepanto no era un Jesús negro, en realidad lo que tenía en su exterior era una capa de suciedad acumulada pero no desde el siglo XVI, cuando se creía que fue esculpido, sino mucho antes en el XIII.

Así se encontraba la imagen antes de la limpieza.

Esto cambió para siempre a la Catedral de Barcelona, la imagen fue venerada por miles de fieles durante 120 años por su particularidad exótica de ser completamente negro. Se puede decir que en la actualidad volvió a su estado original mediante la profunda limpieza que se realizó con agua caliente.

Los expertos consideraban que era una imagen renacentista del siglo XVI debido a la confusión que existía con respecto al color del Cristo. Sin embargo, al realizar la restauración de la imagen, los historiadores descubrieron que el cabello del Cristo en realidad era marrón, tenía las gotas de sangre en rojo y que su piel era completamente blanca. Por lo tanto, esta figura se remontaría hasta el siglo XIII o al XV a lo sumo.

Limpieza del cristo en proceso.

Se decidió iniciar la consolidación de la talla porque la pintura se comenzó a caer. Tras el estudio de la composición de la policromía, se ha fijado el color con delicadeza en las zonas más estropeadas, y se ha limpiado toda la imagen. En tanto, el color oscuro se atribuye al efecto del humo y la cera de las velas, pero también a restos de barnices del siglo XIX y repintes posteriores para igualar el color del humo y el hollín, materiales que se han retirado con paciencia y delicadeza.

“Era humo y suciedad y algún trocito que para igualarlo lo habían pintado de negro”, explicó Ana Ordoñez quien es la conservadora de la Catedral de Barcelona. Se descubrió que la capa de suciedad que se formó en el exterior de la imagen estaba compuesta por humo, barnices y hollín. Bajo la misma se escondía una antigua policromía del siglo XIX, la más reciente sobre la imagen luego de que se oscureció como consecuencia de los factores externos como las velas prendidas, el humo, etc.

La imagen en su exterior presentaba hollín y suciedad.

“Para hacer esta esta intervención, primero hacemos unos estudios previos que han consistido en hacer una radiografías, estratigrafías, análisis de pigmentos, macrofotografías para ver cómo está la pieza y tratar de tener unos unos estudios antes de intervenirla. Lo primero que se hace es fijar la la parte de los brazos, que es la que tiene más pérdidas pero viendo y empezando a limpiar nos damos cuenta que toda la policromía está entera”, recordó Ordoñez cómo comenzó dicha sorpresa.

“El hallazgo es una sorpresa maravillosa”, destacaron los expertos en medio de una conferencia de prensa que se dictó en el Museo Diocesano de Barcelona. Allí estaban presentes el deán de la Catedral Santiago Bueno junto a Robert Baró quien es el conservador de patrimonio y las restauradoras Ana Ordoñez y Esther Gual.

Estudios que se realizaron antes de comenzar con la restauración.

El Cristo estrena su color original

Hasta el momento la imagen fue vista por los fieles completamente negra por muchas capas de hollín que se acumularon en su superficie. Esto cambiaría desde 2020 cuando las tareas de restauración comenzaron y se descubrió que la iconografía original es blanca, además su policromía está completa y sorprendentemente muy bien conservada.

“Se pudo destacar que la policromía no solo estaba bien conservada, sino que era de muchísima calidad”, manifestó Baró, que también ha destacado la conveniencia de recuperar su color anterior, puesto que el ennegrecimiento de la pieza se produce durante el siglo XX.

La calidad de detalle que se había perdido bajo la oscuridad.

Robert Baró explicó que la imagen comenzó a oscurecerse en los últimos 120 años por el humo de los inciensos y velas, también por la suciedad que la rodeaba. Lo más curioso es que además retocaron esta figura con partes negras para igualar el color general en antiguas restauraciones. Esta capa gruesa y con un negro brillante fue retirada con facilidad por Ana Ordoñez la cual describió que únicamente con el uso de una goma y agua pudo retirar la capa para después descubrir la policromía del siglo XIX del Santo Cristo de Lepanto, el cual tiene millones de devotos en Cataluña.

 “Nos habíamos acostumbrado a tenerla sucia, y ahora la tenemos limpia”, comentó Santiago Bueno con emoción por lo hallado.

Así retocaron la imagen con partes negras que posteriormente fueron cubiertas.

Por otra parte, la restauradora Esther Gual explicó que se realizaron estudios con luz ultravioleta y análisis en la madera los cuales indicaron que el cristo está formado por una única gran pieza hueca de álamo y una cruz de pino. La misma fue intervenida a lo largo del tiempo en distintas oportunidades, por ejemplo en el siglo XIX se le añadió a la figura una barba y sangre que brota de la herida en su costado derecho.

Esta restauración que data del siglo XIX en la que se incluyó una barba, melena postiza, llevó a los expertos a la confusión debido al tizne negro acumulado y anteriormente determinaron que se trataba de una imagen renacentista del siglo XVI. Los resultados de este extenso trabajo de investigación finalmente dieron con la conclusión de que la talla se remontaría hasta el siglo XIII o a lo sumo al XV. Lo más probable según Nil Raider quien es el técnico del patrimonio de la catedral se trataría de una talla gótica temprana entre los siglos XIII Y XIV.

Estudio ultravioleta.

Una preocupación tras la restauración: los devotos

La tradición cuenta que el Santo Cristo de Lepanto de Barcelona estuvo dentro de la nave capitana de la decisiva batalla de 1571, que impidió el avance de los turcos sobre Europa. Su característica inclinación del cuerpo se le atribuye a un milagro que cuenta que la figura esquivó una bala mediante sucedía este conflicto, otro de los milagros es que también tapó una brecha abierta en el navío.

La mayor parte del año esta figura se encuentra en la capilla del Santísimo de la Catedral de Barcelona y durante la Cuaresma se lo puede venerar en la capilla de San Severo. La devoción popular continúa viva, y seguirá de la misma forma a lo largo de los siglos. Una prueba de esta gran devoción, fue cuando nació la cofradía del Santo Cristo de Lepanto con evidencia documental desde 1651, para custodiar la capilla y el culto en torno al santo Cristo, sobre todo durante la semana santa.

Batalla de Lepanto.

El “nuevo” color que en realidad es el original de la pieza, ahora permanecerá en la catedral. Lo que se preguntan los expertos y miembros de la Catedral es sobre qué sucederá con los que admiraban al Cristo en su color negro. Para complementar, en el caso de la Moreneta que es la segunda imagen católica más venerada de Cataluña se decidió mantenerla de color negro, debido que tampoco era su color original. Se llegó a esta decisión puesto que después de tantos siglos de que las personas la consideraban de ese color, se estimaría un supuesto daño al patrimonio inmaterial y también a lo cultural.

Los fieles admiran su “nuevo” color.

Lejos de seguir los mismos pasos que la Moreneta, Baró aclaró que la intención de la restauración no era ni por casualidad cambiar el color del Santo Cristo. El obejtivo era sencillamente consolidar y aplicar técnicas curativas necesarias para que la pieza estuviera bien. Además, una intervención permitió apreciar mejor las expresiones del rostro de la figura y el realismo de las heridas que presentaba. Por lo tanto, el estado original de la figura hace que sea más bello de apreciar debido a la sutileza de los detalles.

La Moreneta.

El deán Santiago Bueno presentó una declaración firme sobre no volver a colorear de negro la figura por una razón religiosa, el manifestó: “La oscuridad del Santo Cristo de Lepanto era suciedad y hubiera sido pecado volverlo a ensuciar”.

Este hallazgo no ha sido la única novedad, ahora se presenta el interrogante de la fecha en la que fue creada la pieza. Hasta la fecha todos creían que se realizó en el siglo XVI, pero debido a este gran cambio, muchos creen que puede remontarse a un periodo anterior del siglo XII. Se espera que esto se termine de resolver en los próximos meses en donde se investigará a fondo.

La imagen reluciente y limpia.

informe y edición Sofía Cabrera

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