Son los que sobrevivieron a la caída de una avioneta. Hace más de tres semanas deambulan por la selva amazónica del sur de Colombia. Los buscan todos (parientes, ejércitos, comunidades aborígenes) sin resultados hasta ahora. Un familiar dijo que una especie de Pombero los tiene de rehenes
La versión la dio el diario El Día de Colombia. El que habló fue el abuelo de los menores y señaló que el duende no sólo los tiene secuestrados sino que les impide hablar. Por eso, ellos van dejando elementos que portaban (biberones, tijerita, colita para el pelo) como pruebas de su presencia, cual recreación del cuento Hansel y Gretel que para tratar de no perderse en el bosque van dejando migajas o elementos que llevan consigo.
“La selva tiene un misterio, no es el primer caso que ha pasado, por ejemplo en la parte del Amazonas, por las partes del Vaupés también se han perdido muchachos e indican que son por los misterios de la selva. Cuando una persona se pierde, ellos son los que los cargan”, afirmó Fidencio Valencia el abuelo de los cuatro niños.
Ante la situación, el abuelo de los cuatro menores pidió apoyo espiritual de las autoridades de cada territorio para pedir que la extraña fuerza, a la cual denominó como ‘duende’ suelte a los niños.
“El ‘duende’ sale por presencia del ser querido, él es el que los tiene así a los niños. Los menores pierden la voz, por eso ellos botan las tijeras, porque le dicen que lo bote, que lo bote, que eso no le sirve”, expresó.
En Misiones la leyenda del Pombero funciona igual y esto haría las delicias de los antropólogos y estudiosos de la mitología regional.
Y el abuelo agregó: “Los niños en este momento no se pueden encontrar. Uno con gritar, con llamar, ellos no escucha. Por ese lado ya no se puede”.
El pombero es un duende que vive en las selvas de Misiones y Paraguay aunque también en Brasil y Corrientes. Vive en zonas selváticas y defiende animales y elementos del bosque de los depredadores. Su silbido es característico y suele seducir a los niños que no quieren dormir la siesta (elemento de control) cuando se escapan de sus casas para deambular por el monte mientras los adultos descansan. Para tratar de quedar bien con él hay que dejarle un poco miel, dicen.
