Con el objetivo de disminuir la pérdida y el desperdicio de alimentos, desde el Ministerio de Desarrollo Social, la Mujer y la Juventud se llevó a cabo una charla de concientización en el colegio Martín de Moussy en donde los estudiantes aprendieron las causas y consecuencias poco conocidas de esta gran problemática cotidiana.
El programa “Misiones Valora” del ministerio de Desarrollo Social, la Mujer y la Juventud llegó al colegio Marín de Moussy con el objetivo de concientizar a los alumnos mediante a una charla, la importancia de disminuir la pérdida y el desperdicio de alimentos. Este programa surge en concordancia a los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS) por medio de la Subsecretaría de Innovación y Planificación Estratégica de Políticas de Integración.
Estos encuentros develan las causas, consecuencias y prevención del desperdicio de alimentos. Las jornadas se dan en escuelas secundarias y primarias de la capital de la provincia con el objetivo de que los jóvenes aprendan sobre el consumo consciente y responsable de los alimentos. Las charlas organizadas bajo el Programa Misiones Valora, concientizan sobre los problemas que originan estos actos en el ambiente, sociedad y salud.
La subsecretaría de Innovación, Planificación Estratégica de Políticas de Integración Adriana Rinas que forma parte de estos encuentros indicó. “Esta propuesta nace con el concepto de generar una red, en el marco de una política social, que tiene un triple impacto: el trabajo, la mirada social y el cuidado del medio ambiente”.
Bajo este contexto, el coordinador de Misiones Valora Gionnatan Borboy destacó la posibilidad de generar políticas públicas y acciones sostenibles a través del ministerio de Desarrollo Social. “Nosotros entendemos desde misiones valora que es tarea de todos disminuir a la mitad el desperdicio de alimentos. Para poder lograr este gran cambio necesitamos generar acciones sustentables, y que mejor que realizar esto con los chicos, que son las personas que estarán involucradas el día de mañana en esto”, desarrolló Borboy.
Por otra parte, la docente Patricia Amaro que es profesora de la materia Proyecto de Investigación e Intervención Socio-comunitaria, destacó la importancia de llegar con estas charlas a los estudiantes. “Conversar con los jóvenes sobre el cuidado de los recursos que tenemos es muy importante, es un hábito que todos necesitamos desarrollar en nuestros hogares, todos podemos sumar con nuestro granito de arena para este tipo de proyectos”, finalizó la docente.
Con esta gran jornada, el programa Misiones Valora inició con el primero de varios pasos a seguir y continuará con la adhesión al Programa Nacional para la Disminución de la Pérdidas y Desperdicios de Alimentos de la secretaría de Agricultura, Ganadería y Pesca. Asimismo, la generación de charlas antidesperdicio se desarrollarán en las distintas instituciones por parte de Gionnatan Borboy.
Desperdiciar comida, un riesgo para el ambiente
El desperdicio de comida es una de las peores problemáticas de la sociedad. Los productos perecederos olvidados en la heladera o en la despensa, que no se comen y que al final se desechan a la basura, representa un verdadero peligro al ambiente.
Según el Ministerio de Agricultura, se desperdician 7,7 millones de toneladas de alimentos cada año. Dada la difícil situación del hambre en el mundo, este hecho es totalmente aberrante y difícil de creer, pero de lo que muchos no se dan cuenta es que la comida desperdiciada también tiene un efecto dañino en el medio en el que vivimos. A continuación, se presentarán algunos de los puntos críticos relacionados con el desperdicio de diferentes alimentos.
Desperdicio de agua
El agua es indispensable para la vida y para la producción de alimentos. Tanto para regar los cultivos como para alimentar a los animales que proporcionan carne, leche o cualquier otro alimento que se consume a diario. Por lo que, cuando se desperdician los alimentos, también se desperdicia el agua.
Según el informe “Pérdidas y desperdicio de alimentos en el mundo. Alcance, causas y prevención” se desperdician 1.300 millones de toneladas de alimentos al año, que equivalen aproximadamente a 170 millones de litros de agua. Sin dudas son cifras que preocupan y no se deben dejar pasar.
Liberación de metano
Los alimentos que no se consumen y se tiran a la basura generan metano durante su descomposición. El metano es un gas que favorece el cambio climático debido que tiene cinco veces más afinidad por el calor que el dióxido de carbono, por lo que este producto acelera el efecto invernadero.
Desperdicio de tierras
El uso de la tierra en lo que respecta a la producción de alimentos se divide en dos categorías principales:
- Cultivable.
- No-cultivable.
La mayor parte de tierra necesaria para producir leche y carne es no-cultivable, como los pastos para la crianza del ganado. La tierra cultivable es la que se utiliza para el cultivo de vegetales. Pero, además, parte de las tierras también se utilizan para depositar los alimentos que se han desperdiciado.
Todas las toneladas de alimentos que se desperdician, afectan a las características de la tierra cultivable, por lo que puede haber otras consecuencias. Los principales problemas se detectan son:
- Bajo rendimiento.
- Degradación de la calidad de los nutrientes del suelo.
- Menos producción.
- Estrés en la tierra.
Estas son las consecuencias principales, se debe tener en cuenta que hay miles de problemáticas negativas debido a este hábito cotidiano tan dañino, como, por ejemplo, el incremento de recursos para conseguir el mismo volumen de alimentos.
Daños en la biodiversidad
Con la excusa de obtener más tierras para la producción de alimentos se implementan las prácticas de deforestación, especialmente en zonas tropicales en donde se destruye la flora y fauna naturales, incluso hasta su extinción.
En los mares y ríos ocurre lo mismo, muchos de los peces son rechazados por no cumplir determinados estándares o se dañan durante el transporte, y por lo tanto, se desechan sin pensar en el posible agotamiento de la población marina. De esta manera afecta gravemente a los ecosistemas que existen en el fondo del agua.
En conclusión, antes de desperdiciar comida se debería reflexionar para ser conscientes no sólo de la gran cantidad de comida que se desprecia en países desarrollados mientras en otros se pasa hambre, sino también de todos los efectos que tiene este fenómeno para los seres vivos y el medio ambiente. Es por eso que se recomienda incorporar el uso de alimentos reciclados, para poder reducir este gran desperdicio de comida.
Alimentos reciclados
La Upcycled Foods Association de Estados Unidos define a los alimentos reciclados como. “Alimentos que consisten en reducir el desperdicio de alimentos, creando productos alimenticios nutritivos y de alta calidad a partir de los nutrientes que escapan por las grietas del sistema alimentario”.
Según la asociación, los alimentos reciclados son:
- Elaborado a partir de subproductos o ingredientes que de otro modo se desperdiciarían.
- Productos de valor agregado.
- Seguro para el consumo humano, pero también se puede utilizar en alimentos para animales, alimentos para mascotas y cosméticos.
Además, los alimentos reciclados deben formar parte de una cadena de suministro que garantice su procedencia y asegure que realmente reduce la presión sobre el medio ambiente. Alguno de ellos son:
Barnana es una compañía de California que fabrica chips, tortillas y galletas hechas con plátanos “imperfectos”.
Rubies in the Rubble es una empresa de Londres que fabrica condimentos a partir de productos alimenticios rechazados.
Wize Monkey es la organización canadiense que trabaja para ayudar a los agricultores a mantener un ingreso durante todo el año. Utiliza hojas de la planta de café arábica para hacer té.
Takay Foods es la marca de helados ecuatoriana que utiliza frutas que fueron rechazadas por los compradores por razones estéticas para crear sus mezclas de batidos y helados saludables.
Informe: Sofía Cabrera