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jueves, noviembre 21, 2024

¡VIVEN!

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Los cuatro niños aborígenes de Colombia son como los 30 mineros de Chile. Tuvieron en vilo al planeta. Cuando se pensaba que ya no serían encontrados tras 40 días de búsqueda, fueron hallados con vida en medio de la selva amazónica. Cuáles fueron las estrategias de los rescatistas y cómo un perro que se perdió, en realidad, estuvo con los niños varios días. Cómo hizo Lesly la menor de trece años para guiar a sus hermanos a la salvación

Tras pasar 40 días y noches en la lluviosa selva colombiana con todos los peligros acechando, los cuatro niños que habían estado desaparecidos desde que el avión en el que viajaban se estrelló el 1 de mayo fueron encontrados con vida el viernes.
“Ellos mismos lograron un ejemplo de sobrevivencia total que quedará en la historia”, dijo el presidente Gustavo Petro en una conferencia de prensa la noche del viernes 9 de junio.


Todos los medios del mundo se hicieron eco de esta increíble historia. Cuatro pequeños aborígenes (una nena de trece, otra de nueve, un niño de cuatro y una bebé de un año) deambularon por las espesuras de la selva amazónica en una zona que fue barrida por las fuerzas del Ejército en compañía con representantes de aborígenes que se sumaron a la búsqueda.

Las dos hermanas mayores de trece y nueve años

“Están débiles. Están en San José del Guaviare”, fueron las primeras declaraciones del presidente Gustavo Petro, quien agregó que están a la espera de un parte médico oficial que indique si los niños deben ser trasladados a un hospital de Villavicencio o de Bogotá.
Cuando los rescatistas llegaron al sitio donde estaban los restos del avión el mes pasado, se encontraron los cuerpos de los tres adultos a bordo, pero no había señales de los cuatro niños que también viajaban en el avión.


El Ministerio de Defensa dijo en un comunicado de prensa que los niños fueron atendidos en un inicio por médicos de las fuerzas de operaciones especiales que participaron en la búsqueda, pero fueron trasladados a la base militar en la ciudad de San José del Guaviare, donde se encontraban en condición estable. Mañana los llevarán a un hospital militar en Bogotá para que continúen su proceso de recuperación, según el comunicado.

“Queremos compartir la felicidad de todo el pueblo colombiano con este verdadero milagro que hemos conocido en la noche de hoy”, dijo Iván Velásquez, el ministro de Defensa, en un video publicado en las redes sociales.
No están claros los detalles sobre quién realizó el hallazgo de los menores, ni tampoco cómo lograron sobrevivir tanto tiempo en una selva tan densa, propensa a las lluvias intensas y que es el hogar de jaguares y serpientes venenosas.

La bebé. Cumplió un año durante su extravío en la selva

Cuando el Presidente se apuró

La fuerza aérea colombiana y otras ramas de las fuerzas armadas pronto desplegaron aviones y helicópteros de búsqueda y rescate, así como equipos terrestres y fluviales. Las comunidades indígenas de la región se unieron al operativo.


Con un parlante que produce un sonido lo suficientemente fuerte como para ser escuchado dentro de un radio de aproximadamente kilómetro y medio, reprodujeron una grabación hecha por la abuela de los niños que los exhortaba tanto en castellano como en su lengua que se quedaran en un lugar y que la gente los estaba buscando.
Allí surgieron las versiones de una especie de Pombero local (duende de la mitología aborigen en Misiones que captura niños) que había raptado a los niños y los hacía deambular por los montes.


Los detalles contradictorios del caso confundieron e indignaron a muchos colombianos. El 17 de mayo, el presidente Petro anunció en Twitter que los niños habían sido hallados con vida y al día siguiente tuvo que desdecirse al declarar que el Instituto Colombiano de Bienestar Familiar, la autoridad nacional que vela por la infancia, había recibido información incorrecta.


En las últimas semanas, las autoridades indicaron que tenían motivos para creer que los niños aún estaban vivos, y señalaron las huellas, los pañales y los zapatos encontrados en la búsqueda.
“Se defendieron solos. Es su aprendizaje en las familias indígenas, su aprendizaje de vivir en la selva lo que los ha salvado”, dijo Petro en la rueda de prensa. “Son niños de la selva. Y ahora son niños de Colombia”.

El único varón de apenas cuatro años

Cómo sobrevivieron

 Lesly, la hermana mayor de trece años, los lideró en todo momento y se ocupó de mantenerlos sanos y salvos. Se sabe que se alimentaron con lo que podían y, más tarde, de los kits que los rescatistas lanzaron desde el cielo. Más de 100 miembros de las fuerzas especiales colombianas y 70 indígenas se encargaron de buscarlos como fuera mientras ellos vagaban sin rumbo por el bosque húmedo más grande del planeta.

Este perro habría estado varios días con los menores pero luego volvió con los rescatistas

En el camino se toparon con un perro que los acompañó durante un buen trecho y que les hizo muy buena compañía. Un buen día, se lo tragó la selva y nunca supieron más de él: su mejor amigo se perdió.

Es el mismo animal que tardó varios días en ser recuperado y que también fue objeto de búsqueda hasta hallarlos.

Ahí dentro siempre es de noche por el espeso follaje y es difícil advertir más de una silueta a 20 metros. Si alguien se aleja más de esa distancia puede perderse y nunca más aparecer. Así que los niños debieron permanecer muy juntos. Lesly, según una fuente militar, es la que cargaba al bebé la mayor parte del día.

El comandante encargado de la búsqueda, Pedro Sánchez, decía que si no fueran indígenas, las probabilidades de encontrarlos con vida serían muy bajas. Mantenía la fe por Lesly. Los rastreadores caminaron cientos de kilómetros, tejiendo con sus pasos una tela de araña sobre el mapa. Sin embargo, no terminaban de dar con los niños. El tiempo se agotaba, según de Juan Quesada para El País. “Hasta que no los encontremos no nos vamos a ir”.

Su teoría era que si estuviesen muertos ya hubieran encontrado sus cadáveres. No los encontraban, aseguraba él, porque eran blancos en movimiento. Blancos que cumplían años: el bebé hizo uno y el de cuatro cumplió cinco. Todavía no sabemos si fueron conscientes y si llegaron a celebrarlos. Los días y las noches en la selva son una masa uniforme, dejan de importar las hojas del calendario y las manillas del reloj.

Si en Misiones la cultura guaraní creó figuras como el Yasy yateré y el Pombero ¿por qué entre los aborígenes colombianos no habría algo parecido?

Pese a la humedad de la selva, los pequeños tenían síntomas de deshidratación

Para ellos, la selva es un ente viviente con racionalidad y voluntad. La abuela de los niños decía que era la naturaleza la que no les dejaba salir al exterior. El asunto espiritual es muy fuerte. Tienen también la teoría de que las tribus nómadas de esa zona aplicaban sus fuerzas ancestrales para que las autoridades no los encontraran y se quedaran a vivir con ellos.

Ese era uno de los temores: que una de esas comunidades que perviven prácticamente aisladas los hubiera encontrado y los hicieran sus hijos. Había que pensar cualquier cosa, menos que estaban muertos.

con síntomas de desnutrición y cansados, pero sin que su vida corriera peligro. Lesly lo consiguió. Colombia la eleva estos días al rango de mito.

La madre de los menores que falleció en el accidente

Los militares sacaron a los menores de la selva en un helicóptero y los llevaron a un hospital de Bogotá. Allí permanecerán unas dos o tres semanas. Allí se aburren en sus habitaciones y el niño, Tien Noriel, se quiere quitar los cables y salir a caminar Le contaron que después de esta odisea de 40 días solo quieren jugar. Siguen siendo unos niños, qué dudas caben. Sobrevivientes, con una resiliencia impresionante, pero por sobre todo, niños.

Bien por ellos

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