Sigue el culebrón en PM. Ahora Mario Pernigotti sale a decir lo suyo pero sin sacarse la camiseta nacional. ¿Qué puede opinar alguien de 65 sobre la relación de una pareja que es cuatro décadas más joven?
En 2014, tuve la oportunidad de recorrer varias ciudades de Alemania. Es otro mundo aclaro, y no solo por el idioma.
Lo latino allí no existe.
Así, de una. Hay muchísimo de lo turco y lo kurdo. Pero, latino, casi nada.
Solo había dos manifestaciones de ese mundo nuestro por aquellas tierras: en las librerías -casi a escala real- aparecía una imagen de la inefable chilena Isabel Allende con su -a la sazón- flamante novela.
Y el otro hito era Tini. Estaba lleno de carteles gigantes por todos lados. Una argentina.
Sí, no se veían en ningún lado, por ejemplo, imágenes o menciones del flamante papa argentino ungido meses antes (algún escéptico me dirá: ‘Bueno, pero el cardenal porteño había remplazado a un alemán justamente’).
Pero a Tini, sí. ¡A ella sí se la veía!
Fenómeno global si los hay. Se había subido a la ola mundial y hacía surf planetario mientras cabalgaba la tabla Disney. Su novela Violetta arrasaba en todos lados.
Y comenzó a viajar, no solo a países que hablan castellano. ¡Fue a Francia y no sabía decir ni bon jour! Ni hablar de Alemania. Creo que tampoco andaba muy bien en inglés. Pero la argentina arrasaba.
Algo debía tener. Charm, encanto, ángel…Algo
Las preadolescentes, púberes y niñas (en especial) LA AMABAN y creo, siguen haciéndolo.
Dejó la factoría Disney y continuó siendo ella: una muchacha extremadamente flaca, bailarina y de rasgos muy atractivos y armónicos. El romance con sus seguidoras tinistas nunca se cortó.
Ah, también canta.
Pero de esta parte, me eximo de opinar.
Rodrigo De Paul se inició en Racing Club y luego fue vendido a Valencia de España. En el mismo año en que Tini se alejaba de Disney, De Paul dejaba Argentina. Luego él pasó a Italia.
Allí empezó a destacarse en Udinese. Ahí lo fichó Lionel Scaloni para la selección.
Cynthia Caccia en La Nación lo resume así: Se conocieron cuando ella tenía 15 y él 17. Por ese entonces, Camila Homs estudiaba en el colegio de mujeres San Martín de Tours mientras que Rodrigo De Paul jugaba en las inferiores de Racing, el club de su barrio. Primero se hicieron amigos, luego se enamoraron y ella se convirtió en su fan número uno. A tal punto que, cuando el futbolista fue transferido al Valencia de España en 2014, ella no dudó en resignar su incipiente carrera en el mundo del modelaje para acompañarlo.
Dos años después, la pareja volvió a hacer las valijas, pero esta vez para mudarse a Italia, donde el jugador brilló como figura del Udinese Calcio durante cinco años. Sus habilidades con la pelota y su cotización crecían a la par de otro sueño: el de formar una familia. Así fue como en enero de 2019, Camila y Rodrigo estrenaron el título de padres con la llegada de Francesca, quien vino a coronar el amor entre ellos.
Sin embargo, con el correr del tiempo, ese imparable presente profesional del futbolista comenzó a verse opacado por algunas crisis en su vida personal. Crisis que inmediatamente se pusieron en pausa cuando Camila quedó embarazada de su segundo hijo.
A pesar de la llegada de Bautista en julio 2021, la pareja no pudo reflotar ese amor adolescente que los unió. El desgaste de más de una década juntos, los efectos de la pandemia y algunos rumores de infidelidad por parte de él fueron motivo suficiente para que, después del nacimiento del bebé, Camila y Rodrigo tomaran una decisión.
Ella armó valijas. Juntó ‘cachorros’ y volvió a Argentina. Él ya le había echado el ojo a Tini.
Dicen que se conocieron en una cena en la casa del Cholo Simeone.
¡Listo!
Ángel de Brito y sus secuaces ya estaban listos para hincar sus afilados dientes en esta sabrosa carne de los chismes que unían dos pasiones argentinas: fútbol y Tini.
El romance, viento en popa.
Camila le metió una flor de demanda (pidió dos departamentos en Puerto Madero, viajes a España en clase VIP, viáticos, cuota alimentaria y una compensación económica por los años que estuvo sin trabajar al acompañar a su pareja en el exterior y se agregó luego una cuota alimentaria mensual de 30 mil dólares, dos vehículos -uno en España y otro en Argentina- y viajes más hospedaje en un hotel 5 estrellas cada vez que Homs tenga que llevar a sus hijos a visitar a su padre.).
Él, calladito, aceptó todo. Si se retobaba podía quedar fuera del mundial.
A mí, de la relación solo me interesaba que él anduviera bien. O sea, sin líos personales que suelen afectar a los jugadores por más profesionales que sean. Por eso Messi anda tan bien y -tocamos madera- casi nunca se lastima. Porque tiene el ‘frente familar’ muy estable.
Cuando Argentina ganó la Finalissima en Londres versus Italia me quedé tranquilo. De Paul andaba bien.
Se venía lo más importante. El mundial.
Y ahí llegó el primer partido.
Y perdimos mal.
Y De Paul tuvo un partido horrible…
¡Para qué!
Honestamente pensé que todo el ‘quilombo’ de la separación (perdón por usar esta palabra) lo estaba horadando a Rodrigo.
Y ella no estaba con él.
No, Tini es una pop star que tiene recitales en todo el mundo.
Ahí nomás compró un boleto y derecho a Qatar. A dar apoyo.
A bancar a su amorcito.
Lo increíble de esta historia es que Tini -técnicamente una botinera– es cero fútbol. No sabe nada. Ni le interesa. Le interesa él.
Tini es como los yanquis cuando fueron a ver el primer partido de fútbol que ellos llaman soccer. El match había terminado 1 a 1 y algunos se levantaban. “Pero ¿cómo? ¿no sigue?” decían otros mientras engullían sus hot dogs y tomaban cerveza (creían que iba a desempate con tiempo extra como en básquet).
Así es Tini.
Pero ante la crisis, sacó lo mejor de sí.
No importaba si sus colegas botineras le hacían el vacío en una especie de solidaridad con Camila.
Ella demostró ser más fuerte que las malas ondas. Lo bancó a él. Estuvo en las malas.
Y eso sí que valía.
Y De Paul junto a Messi y todos los demás empezaron a mejorar.
Hasta el final.
El resto…es historia que ya la conocemos.
PD paradójica (o. chaque tu karma). Homs bardeó bastante la relación del futbolista y Tini (entre otras cosas llegó a escribir que ella se había acostado con medio mundo). Ellos, calladitos. Nunca respondieron. Pero cuando él fue a verla cantar a ella en Buenos Aires, la que más pidió ir fue ¡la hija de Camila y Rodrigo!