Salió desde México en un velero con motor. Una tormenta le arruinó toda la tecnología (motor, transmisores) y quedó yirando en el Pacífico. Sobrevivió gracias a que juntaba agua de lluvia y comía pescados. ¡Ah! Y su perra Bella que lo acompañó en esos duros momentos. Los rescataron más de dos meses después y están bien
Tim Shaddock, de 51 años y residente de Sídney, Australia, zarpó de México con su perra Bella hacia la Polinesia francesa en abril, pero su barco sufrió una avería en motor y partes electrónicas durante una tormenta tiempo después.
Al igual que Relato de un náufrago, la notable recreación en forma de reportaje que hiciera Gabriel García Márquez acerca de las desventuras de un joven de la Marina colombiana que cae al agua y queda flotando, el caso de Tim llamó la atención.
Su plan de navegar más de 6.000 kilómetros se vio interrumpido tras perder el rumbo y quedar a merced de una tormenta: debió alimentarse con pescado crudo y tomar agua de lluvia para sobrevivir.
También logró evitar quedar expuesto a quemaduras del Sol refugiándose bajo el toldo del barco.
Poco después de su rescate se le vio sonriente y con un monitor de presión arterial en el brazo.
También puede comer pequeñas porciones de comida.
Aun después de todo ese periplo, el australiano se encuentra muy bien de salud. Shaddock tenía síntomas de deshidratación e insolación, aunque en los videos difundidos mostraba un buen humor tras su desventura. Sobrevivió gracias a la suerte y a su habilidad, pero también gracias a que tuvo la acompañante perfecta. A bordo del barco que lo rescató, contó su historia.
En abril de este año, Thimothy Shaddok, de 51 años, partió del puerto de La Paz (Baja California Sur) con la idea de navegar las aguas del océano Pacífico junto a su perra, Bella, y llegar a la Polinesia Francesa. Más de 6000 kilómetros a bordo de un motovelero, una embarcación que mezcla las características de un nave con motor y un velero.
Sin embargo, apenas unas semanas después del comienzo del viaje, fueron golpeados por una tormenta que paralizó su embarcación. Así, entregados a su destino, Timothy y Bella flotaron sin rumbo en la inmensidad del océano. Solo se tenían el uno al otro.
Para sobrevivir, Shaddock recurrió a juntar agua de lluvia y a comer pescados crudos. La dieta de Bella, como no podía ser de otra manera, fue la misma. Pasaron sus días esperando, con una esperanza de ser rescatados que se hacía más difusa con cada anochecer.
Sin embargo, la suerte que lo hizo naufragar fue la misma que lo salvó. Un barco atunero de Manzanillo (Colima), de nombre María Delia cuyos tripulantes habían sido advertidos por un helicóptero sobre el barco de Tim. Como se habían salido de su ruta original y alli divisaron a lo lejos a un motovelero con una perra y un hombre barbudo y haraposo a bordo. Eran Shaddock y Bella, cerca de tres meses después de haberse perdido.
Cuando lo encontraron, Shaddock tenía “signos vitales normales”: “Está estable, se está recuperando muy bien”, confirmó el médico que le brindó atención tras el rescate al canal 9News de Sydney. “Estoy muy bien de salud”, dijo el náufrago poco después.
“Pasé por una prueba muy difícil en el mar. Solo necesito descansar y comer bien porque estuve solo en el mar por mucho tiempo. Por lo demás, estoy muy bien de salud”, insistió Shaddok, que todavía está en su camino de regreso a tierra firme, donde recibirá más asistencia médica.
El informe de la TV australiana