Se venderían en Ayolas, Paraguay, a un promedio de 4000 dólares cada uno, según un informe de El Territorio. Hasta Prefectura sufrió un robo, aunque en ese caso, se recuperaron la lancha y el motor. Igual, todo el personal de PNA fue relevado
En Dinamarca algo huele mal, era la frase de Hamlet. Los ladrones salen en noches heladas de invierno en sus lanchas por el mar Báltico y luego ingresan al Mar del Norte hasta dar con las costas de Copenhague, la capital danesa. Allí se “hacen un picnic”. Van en los clubes de navegación y pesca, y rompen lo que hay que romper y se roban los motores de lanchas y veleros. Cuando en la primavera, los propietarios vuelvan con deseos de salir a navegar se encontrarán con la desagradable sorpresa.
En San Ignacio Misiones ocurre otro tanto. Solo que el frío no es tan intenso. La pandemia fue el primer paso de los delincuentes que aprovechaban que “estaba todo cerrado” para venir a robar motores en el club de Pesca.
La pandemia pasó pero los robos no cesaron.
Aunque el club crezca en seguridad, cámaras, agentes de guardia y tenga a tiro de piedra (o de línea de pesca lanzada) la base de Prefectura (PNA).
Ver la imagen de la cercanía de ambos lugares preocupa más. Son apenas 190 metros de distancia. Nada.
Al menos cinco delincuentes participaron en el más reciente robo de un motor fuera de borda del Club de Pesca y Deportes Náuticos San Ignacio, y lograron burlar la seguridad del predio, incluida la custodia policial que pagan los socios.
Lo llamativo del caso es que fue el noveno motor sustraído del mismo predio, lo que alarma y genera serias suspicacias.
El reporte pertenece a Daniel Villamea conocido periodista de la zona centro. Y en El Territorio, consignó que la gran mayoría de los socios del Club de Pesca son de Oberá, como un empresario del rubro supermercado que también fue víctima de los malhechores. Hoy, su lancha sin motor descansa en el predio y no avizora que vuelva al río, al menos en el corto plazo.
“Es que te picha. Uno viene acá porque quiere tranquilidad y resulta que entran y roban cuando quieren”, graficó sin eufemismos otro socio.
“Los motores que roban acá valen entre 7 y 10 mil dólares. En Ayolas la pesca está en auge y es un mercado perfecto porque lo que roban acá, allá no se investiga. Varios datos surgieron por la detención de un muchacho de acá, de San Ignacio, que pasaba datos y le pagan 15 mil pesos por cada motor. En el celular encontraron varias pruebas, pero estuvo preso una semana y lo liberaron”, comentó un conocedor del entorno.
También avanzó en la participación de colaboradores de la zona, ya que en otro video que muestra el accionar de los ladrones “se nota que ya estaban cortados los cables y el motor separado del casco, porque los tipos llegaron y lo alzaron, no cortaron nada. Es decir, antes alguien cortó caños y cables para los otros se lo lleven”.
Vale mencionar que el puesto de PNA se ubica al lado del Club de Pesca, lo que supondría un lugar seguro. Pero la inseguridad también puso en alerta al country Cueva del Teyú, la reserva natural Monte Victoria y el Club del Río.
En diálogo con El Territorio, fuentes del club precisaron que todos los hechos fueron denunciados ante la comisaría local, aunque la situación persiste.
El robo más reciente se registró fue grabado por cámaras de seguridad.
“Nos robaron el noveno motor fuera de borda del club, a pesar que tenemos un destacamento de Prefectura a 500 metros, el Escuadrón de Gendarmería en la misma zona y dos policías que cumplen adicionales recorriendo el predio. Con todo eso, de un año a esta parte ya nos robaron nueve motores”, reclamó un socio.
En tanto, subrayó que cuentan con las imágenes del último caso, lo que permitiría identificar a los malvivientes.
Por ello, según el consenso entre los socios del club, la banda que roba motores tendría algún colaborador interno.
“El predio está cercado, hay cámaras de seguridad, cuidador y servicio adicional de Policía. No hay forma de robarse un motor al azar. Tiene que haber una inteligencia y una logística previa, alguien que aporte datos. Pero Prefectura dice que no tiene jurisdicción, Gendarmería se lava la manos y la Policía no hace nada”, se quejó.
Probablemente haya un error: ¿Cómo es posible pensar que PNA no tenga jurisdicción en la zona?
También a PNA, pero con más suerte
La Prefectura también sufrió una sustracción de la lancha de la fuerza y se dio cuando desconocidos sustrajeron la embarcación BP-5107 de su amarradero.
De inmediato se dio parte a personal de la Armada paraguaya, con base Puerto Paraíso, que lograron ubicar el bote en la costa del vecino país -aguas abajo de San Ignacio-, pero sin el correspondiente motor, el cual recién fue hallado el martes oculto del lado argentino.
Una fuente de PNA confirmó que todo el personal del destacamento de San Ignacio fue relevado, como así también los efectivos de la Unidad de Vigilancia Fluvial que se hallaban de guardia el día del hecho.
En paralelo a las medidas administrativas, se puso en conocimiento al Juzgado Federal de Oberá, a cargo de Alejandro Gallandat, quien ordenó las actuaciones de rigor.