Los candidatos a la Presidencia de Argentina, Sergio Massa y el libertario Javier Milei llegan al debate del domingo 12 de noviembre, luego de una semana de intensa campaña en búsqueda de apoyos para el ballotage del 19 de noviembre.
Desarrollo de noticia en agencias extranjeras: Este domingo 12 de noviembre una semana antes de la segunda vuelta, los dos candidatos a la Presidencia de Argentina, el peronista Sergio Massa y el aspirante de extrema derecha Javier Milei, mantendrán un debate en la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires.
El actual ministro de Economía, Sergio Massa, aspirante de la coalición peronista Unión por la Patria, y el controversial economista Javier Milei, de la fuerza de ultraderecha La Libertad Avanza, presentarán sus posturas sobre economía; las relaciones exteriores de Argentina; educación y salud; producción y trabajo; seguridad; y derechos humanos y convivencia democrática.
Tras la primera ronda, la candidata de la coalición Juntos por el Cambio (centroderecha), Patricia Bullrich, y el expresidente Mauricio Macri (2015-2019) expresaron públicamente su apoyo y pidieron el voto para Milei en la segunda vuelta, lo que abrió disputas internas en ese movimiento.
Es que los votos de Bullrich son fundamentales: más de seis millones de argentinos la apoyaron en la primera vuelta. También los votos de Córdoba donde reside el filoperonista Juan Schiaretti pueden resultar importantes: obtuvo 7 por ciento del padrón, esto es, 1,8 millón de sufragios.
Milei asegura, al respecto, que la mayoría de los argentinos quiere un cambio y se respalda en el 29,99 % de votos que obtuvo en la primera vuelta del 22 de octubre pasado y el 23,81 % de Bullrich, frente al 36,78 % que obtuvo Massa.
Pero -de hecho- hay muchos seguidores de JxC que no compartieron esta decisión de la cúpula. Y en muchos casos, principalmente del lado radical de la coalición, no acompañan la decisión de la cúpula de JxC. En esencia, cada votante decide por sí mismo, más allá de lo que arreglen sus líderes.
Se sabe que JxC surgió a inicios de 2015 como la convergencia del partido porteño Pro más el aporte de la UCR y los votos de Lilita Carrió. Así en una peleada segunda vuelta, Mauricio Macri pudo derrotar a quien había ganado en la primera elección, Daniel Scioli del partido gobernante. Y ha sido el único partido no peronista que terminara su gobierno en décadas. A inicios de siglo, el errático Fernando de la Rúa llevaba adelante el gobierno de la Alianza que naufragó tras las elecciones de medio término y la imposibilidad de sostener la relación del peso 1 a 1 con el valor del dólar.
En tanto, el ministro Massa busca despejar las dudas sobre su candidatura, luego que el resto de candidatos cuestionaran en la primera vuelta su gestión en la cartera de Economía, dado que la inflación en el país se acerca al 140 % -una de las más elevadas del mundo- y un 40,1 % de la población está por debajo de la línea de pobreza. De hecho, Massa dijo que en el caso de ser elegido asignará el Ministerio de Economía a alguien ajeno al peronismo.
Por su parte, se prevé que Milei insista durante el debate en dos de sus principales propuestas: la dolarización del país y la eliminación del Banco Central.
“No se negociará ningún punto de mi política económica”, aseguró Milei tras conocerse el apoyo de Macri, ante los señalamientos de que el exmandatario es parte de la casta política a la que tanto critica el aspirante de extrema derecha.
Otro de los puntos centrales será la política exterior, asunto en el que Massa y Milei también mantienen posiciones opuestas.
Y ha aparecido una alternativa: el voto en blanco. Corresponde a todos aquellos que no apoyan ni les gustan las propuestas de cualquiera de los dos candidatos. Ha surgido una fuerte movida en todo el país bajo la pregunta: ¿Está bien votar en blanco? Los que rechazan esta postura tratan de incidir en este grupo de votantes bajo la consigna “si se vota en blanco, se favorece al que está más arriba”, en este caso Massa. Sin embargo, este razonamiento tiene una estructura falaz ya que parte de una premisa incorrecta: no hay certezas de que Massa esté arriba en las preferencias del electorado. Y por ende, no es dable asignarle a él los votos en blanco.
Milei propone que Argentina se alinee con Estados Unidos y con Israel, y deje de lado a otros aliados como China, Brasil y el resto de miembros del grupo de los BRICS. Esto viene a ser una versión de Carlos Menem (presidente peronista 1989-1999) del siglo XXI.
Al presidente del país vecino, Luiz Inácio Lula da Silva, Milei lo ha calificado de “comunista” y “corrupto”.
En tanto, el apoyo de Argentina, donde vive la mayor comunidad judía de Latinoamérica, a Israel en el marco de la guerra con Hamás es el único aspecto en el que los dos candidatos muestran una ligera sintonía.
El viernes 10 de noviembre fue el último día para que las consultoras divulgaran resultados de las encuestas de intención de voto de cara al balotaje. Varias de ellas muestran datos muy apretados entre los candidatos.
Circuitos Consultoras muestra que Massa está adelante con el 44,2 % de los apoyos y Milei recoge el 42,1 %. Según un sondeo de la encuestadora Proyección, el triunfo sería para el aspirante de extrema derecha, con 44,6 % de los apoyos, frente a un 42,9 % del candidato peronista.
Mientras que el Centro Estratégico Latinoamericano de Geopolítica encontró en una encuesta que Massa sería el candidato más votado con el 46,7 % y Milei quedaría en segundo lugar con el 45,3 %.
Información de EFE