Es en Holanda. El hallazgo del cadáver de una mujer que vivía sola diez años después de fallecida empujó iniciativas para buscar, acompañar y estar presentes para personas solas. Hay una alta relación entre soledad y mala salud física y mental
En 2013 un técnico de gas quiso visitar la casa de Bep de Bruin. La mujer vivía sola porque había perdido contacto con su hijo. Por ello cuando falleció, en algún momento de 2003, nadie se dio cuenta. Su jubilación se pagaba automáticamente en su cuenta bancaria, de donde a su vez se cobraba el alquiler de su vivienda. La policía se hizo paso en medio de una montaña de cartas, que más tarde ayudaron a precisar la fecha estimada de su muerte. La historia está referida en BBC/Mundo.
Hugo de Jonge fue quien se puso al frente de la experiencia.
Y fue bien sencilla: De Jonge creó un esquema donde voluntarios se ofrecían a visitar a todos los residentes de la ciudad de más de 75 años, y ayudaban a aquellos que necesitaban volver a crear vínculos.
Cuando De Jonge fue nombrado ministro de Salud, Bienestar y Deportes, continuó con la causa, y lanzó una iniciativa nacional para abordar la soledad entre los ancianos en 2018. Estadísticas recientes muestran que puede estar dando resultados.
Hugo de Jonge, le dijo a una estación de TV local que el hecho fue una “imagen conmovedora de cuán grande puede ser la soledad en una gran ciudad”.
El año pasado la primera encuesta a nivel de la Unión Europea reveló que alrededor de una de cada ocho personas se siente sola la mayor parte del tiempo, mientras que un tercio se siente sola al menos parte del tiempo.
Sin embargo, se descubrió que Países Bajos tienen uno de los niveles de soledad más bajos de Europa.
La soledad es un problema complejo, con causas que van desde habilidades sociales deficientes hasta grandes cambios en la vida y el aislamiento. También existe una fuerte asociación entre la soledad y la mala salud física y mental.
La iniciativa nacional, que se llama Een tegen eenzaamheid, o, en castellano, “Uno contra la soledad”, cuenta con consejeros que visitan las municipalidades, para ayudarlas a crear planes de acción. También las alientan a formar redes para combatir la soledad, con profesionales de la salud, voluntarios y empresarios.