Ricardo “Cacho” Barrios Arrechea fue gobernador de Misiones entre 1983 y 1987. Pero antes y después compitió mucho para llegar, porque no era sencillo competir en una provincia donde muchas veces el radicalismo era minoría.
Ricardo Barrios Arrechea tiene una extensa trayectoria en la actividad política de Misiones y sus experiencias se combinan con el humor de algunas situaciones vividas en el contacto directo con los (eventuales) votantes a los que se buscaba seducir
Algunas de esas historias fueron referidas en El Territorio del domingo 31 de diciembre pasado.
Entre ellas valen estas menciones.
“En campaña ya no sé qué año, sería 83 porque había bastante gente en la estación de servicio próxima a la entrada a Corpus. No sé por qué razón la gente parada y en un círculo cerrado, era de noche. Algunas caras conocidas y la mayoría no. Gente joven que escaseaba en anteriores campañas.
“El nombre del pueblo por Rudecindo Roca, primer Gobernador del Territorio Nacional de Misiones; su mérito entre otros fue hacer un trueque con Corrientes, la Capital del territorio era Corpus y el límite no sé dónde, pero Trincheras (actual Posadas) quedó en Corrientes y San Carlos era parte de Misiones. Con la cuña de su hermano, el General Roca Presidente de la República, consiguió que Trincheras de San José pase a Misiones como Capital y San Carlos a Corrientes. Tenía visión de futuro Don Rudecindo con 36 años en aquel tiempo.
“La reunión comenzó como siempre, dando la mano uno por uno. Del primero al último cuidando que no te la trituren. A veces un abrazo para darle jerarquía a algún dirigente conocido. Si me permiten una digresión: el abrazo político debe ser franco, sincero pecho con pecho, auténtico. Que el que comparte se sienta un igual. Como dijo una vez un correlí: “a mí me gusta el candidato porque te abraza y no le tiene miedo a la catinga”… (para el que no es de Misiones y no sabe a qué se refiere, solo se puede consignar que no tiene nada que ver con las caatingas o bosques achaparrados del norte del Brasil. Nada).
“Y me fui DE la Bajada Vieja”
Y otro recuerdo de los años 50, cuando Misiones dejaba de ser Territorio Nacional y las elecciones locales importaban.
“Década del cincuenta. Plena época dura peronista. Elecciones de no sé qué, pero elecciones, yo radical iba de visita al Comité de la calle Ayacucho, pegado a lo de Sokol, donde se amontonaba el radicalaje de la época. Noboa, más conocido por el Gordo Noboa, me dice: “Che, Cachito, acompañame a un acto en la Bajada Vieja”.
-Y sí, vamos.
Montamos en una chatita y al acto rebosando radicalismo.
“No va a haber mucha gente, pero vamos igual, la gente escucha por las ventanas”.
Era de noche. Posadas por esa época tenía casi nada de pavimento y menos casi de luz. Saliendo del centro invadían las tinieblas, salvo unos focos con una luz amarillenta que apenas respiraba. Llegamos a la Bajada vieja iluminados por las estrellas en el camino y las blancas barbas de Alem en la cabeza.
No había nadie, pelado el lugar… Sin aflojar un ápice del entusiasmo partidario Noboa atraca la chata perpendicular a la zanja que hacía de mediadora entre la vereda y la calle de tierra. Subimos a la caja a armar micrófono y batería. Todo listo en un giro de 180 grados desde la Subprefectura en el bajo a la Escuela Leguía en el alto arranca Noboa; no veía ninguna ventana abierta, ninguna luz como para hablarle al foquito ni que sea. Todo bien, ninguna agresión al adversario, pero nos cae una inocente piedra tirada a mano desde la oscuridad, luego una segunda y una tercera, se enoja Noboa y en tono bélico: “¡¡Tiren, carajo, que acá hay un pecho radical!!”. A continuación una lluviarada de piedras. “Che, muchachos, déjense de joder”, en tono amistoso, pero las piedras no pararon. “Cacho, rajemos que nos matan”
Llegados al comité:
-¿Cómo estuvo el acto?
-Bastante bueno.
Publicado en El Territorio