La famosa comida guaraní que es apreciada (y cocinada) en los hogares de la región. Una exquisita mezcla de leche, huevo, cebollas fritas que se mezclan para recibir la especial harina de maíz súper fina y el agregado final del queso.
Su origen no está confirmado. Algunos sostienen que un mandatario paraguayo (Carlos Antonio López) encargó una sopa de maíz o choclos. Pero a la cocinera se le pasó un poco. Decidió agregar queso y la metió en el horno hasta que salió el pastelón que todos conocen en la región. Y de allí quedó acuñado el término “sopa paraguaya”, la única sopa sólida del mundo.
Pero otros afirman que la historia (de la denominación, al menos) fue diferente. Un grupo de aborígenes recibió una visita importante. Sirvieron las pocas comidas con proteínas que tenían (pescados) y que luego como no había más, presentaron su pastel de choclo. Y señalaban: “so’o opá”… Algo así como “se acabó la carne”. Y de allí, el origen virtuoso del nombre.
Como fuere. La sopa paraguaya se halla instituida en la región como una de esas comidas de la amplia y exquisita gastronomía guaraní y es apreciada por todos. Nadie quiere quedarse sin su porción: las rotiserías de Misiones, por caso, siempre ofrecen este producto exquisito que combina unas cebollas levemente freídas con leche, huevos y la especial harina de maíz paraguaya (no es tan fina como un almidón pero es menos gruesa que una polenta).
The New York Times, en su edición de este martes 23 de enero, presentó una nota dedicada a la sopa paraguaya y el debate alrededor de su origen.
Christina Morales es la periodista del medio que redactó la nota en la que resaltó aspectos que hacen único a este popular plato nacional: “En Paraguay, la sopa paraguaya es mucho más que un simple alimento: es un distintivo culinario que genera tanto deleite como curiosidad. Este pan de maíz, de consistencia densa y con un rico contenido de queso, proviene de una cuestión que divide a los historiadores: ¿fue el resultado de un desmedido empeño de un chef presidencial?”, se preguntó.
Igualmente, reparó en la consistencia de la sopa que a diferencia de las tradicionales es sólida y no líquida. Además, es un acompañante y no una comida principal.
La nota de The New York Times describió a la sopa paraguaya como un pan de maíz: “para preparar la sopa paraguaya se utilizan ingredientes como harina de maíz, cebolla, queso, leche y huevos. Estos componentes se amalgaman para producir una textura similar a la de un budín de pan, pero con el carácter distintivo que le confiere el maíz. Es precisamente esta combinación la que sitúa al plato como uno de los preferidos en las mesas del país”, destacaron.
En definitiva, como sostiene la nota del NYT, se trató de un delicioso error. El medio estadounidense realizó una publicación sobre la sopa paraguaya bajo el título de “¿Qué delicioso error llevó a la creación de este plato nacional?”
“La sopa paraguaya es emblemática no solo por su sabor, sino también por su historia y el papel que desempeña en la identidad gastronómica de Paraguay. A pesar de las diferencias de opinión sobre su origen, lo cierto es que su presencia es indiscutible en cualquier celebración o asado que se precie en el territorio paraguayo”, concluyeron en la publicación.
