Juntó más de 3 millones de dólares entre 300 fieles. Fue con una cripto moneda. Los gastó en su mansión, en belleza, bolsos caros, viajes y dentaduras nuevas. Pero cuando reclamaron el dinero dijo que los usó porque quizá “había oído mal a Dios”
Todo ocurrió en una comarca de Denver en el centro de Estados Unidos. Es el estado de Colorado. Eligio es (o era) el pastor de una iglesia con muchos latinos donde Eli (así le dicen) era uno más. Regalado es su apellido y allí fue (Regalado es caro, suele ser un dicho en la Argentina que evidentemente no conocen en Denver). Con el convite a sus fieles de que invirtieran en una cripto moneda porque Dios se lo había sugerido. Cuando se descubrió el timo, le echó la culpa a su Creador.
A pesar de no tener experiencia previa en el comercio de criptomonedas, Regalado dijo que se inspiró para vender INDXcoin porque “Dios está en el negocio de hacer cosas nuevas y romper sellos. Y nos dijo que hiciéramos esto”.
“Dije: Señor, no quiero hacer esto. No sé cómo hacerlo. No tengo experiencia en esta industria. No sé lo que hago. No quiero quedar atrapado en algo”, expresó.
Lo que dicen las autoridades de control es otra cosa: “Alegamos que el señor Regalado se aprovechó de la confianza y la fe de su propia comunidad cristiana y que les realizó promesas extravagantes de riqueza cuando les vendió criptodivisas esencialmente sin valor”, dijo el Comisionado de Valores de Colorado, Tung Chan, en un comunicado.
La presentación alegó que mientras los inversores perdieron millones de dólares, la pareja Regalado utilizó los fondos para mantener su “lujoso estilo de vida.” Además, vendió el activo digital a más de 300 inversores entre junio de 2022 y abril de 2023, añadió el comunicado.
Juntaron 3 millones de dólares. Hubo 300 inversores. Ergo, en promedio cada uno perdió (además de la fe en Eli) unos 10 mil dólares.
En el proceso de recaudar más de u$s 3 millones, se dice que los Regalados se embolsaron u$s 1,3 millón, que gastaron en bolsos de lujo, odontología cosmética, aventuras en motos de nieve, una au pair, renovaciones del hogar, vacaciones de lujo y otros artículos.
Interesante cómo el pastor Eli admitió todo. “Sí, hemos gastado unos pocos cientos de miles de dólares en una remodelación de la casa que el Señor nos dijo que hiciéramos”.
Y al mejor estilo Adán cuando señaló a Eva y dijo. “Es la mujer que me diste”, Eli alegó: “O yo escuché mal a Dios, y cada uno de ustedes que oraron y entraron – ustedes también. O dos, Dios todavía no ha terminado con este proyecto”, dijo Regalado.
“Dicen que Kaitlyn y yo nos embolsamos $1,3 millón, y sí esas acusaciones son ciertas: varios cientos de miles de dólares fueron para una remodelación de la casa que el Señor nos dijo que hiciéramos”.
Este sistema piramidal donde todos ponen los primeros cobran rápido y mientras se agregan nuevos inversores, el sistema (denominado Pozzi) sigue hasta que comienza la sospecha de que la exagerada avaricia le ha jugado una mala pasada y comienza la etapa final de manotear lo que se pueda y que quede un tendal de estafados en la buena fe. El caso Cositorto en Argentina recuerda en parte esta historia ya que se basa en la fe que tiene la gente por una persona.
Poco antes de que la denuncia por fraude llegara la Justicia, el pastor Eli sugirió a sus fieles inversores que no se dejasen dominar por el dios dinero. Sugirió a los inversores que “dejasen de dejarse dominar por Mammon (perseguir el dinero)” y “eliminasen toda conversación negativa de la comunidad”, de la que se quejaba de que estaba siendo inundada con comentarios negativos.
O como dicen en Argentina, era el tiempo de decir “chau, tu plata”.
